COMO YA HA explicado el próximo presidente, la primera transformación fue la independencia; la segunda, la reforma; la tercera, la revolución. De modo que, con su gestión, ya inminente, él se hará cargo de la Cuarta Transformación, cualquiera que sea el significado de eso.
SI TAL COSA EXISTE, seguramente se refiere a lo que, como candidato, se cansó de decir. Esto es, su campaña mostró una muy eficaz fraseología. Sí: fraseología. No se puede decir que haya mostrado algún viso de ideología, y mucho menos de bases filosóficas; ambas posibilidades contendrían un marco conexo, coherente… Vamos, estructurado. Pero no fue así. Su campaña se desarrolló con puras frases melódicas. Pero, en fin, melódicas o no, fueron eficaces.
DURANTE LA CAMPAÑA fue prolífico en frases y ocurrencias que, más que enojosas resultaban divertidas; lo absurdo es con frecuencia divertido. Las contradicciones y los desdecires se daban a menudo. Todas esas posturas, entre graciosas y eventualmente descompuestas, caracterizaron eso que él mismo bautizó como la Cuarta Transformación. Al principio generó alguna expectativa… pero al avanzar, y tras el triunfo electoral, la pregunta es: ¿qué se va a transformar? Su equipo son puros dinosaurios, y bien sabido es que chango viejo no aprende maroma nueva. En fin, la campaña tuvo un tinte muy a la manera de “la oveja negra”.
PERO, AL ACERCARSE la toma de posición —o posesión, como se quiera—, se va aclarando cuál será el verdadero estilo del gobierno entrante. De modo que, si se consideran como ejemplo algunas medidas como la ayuda de mil pesos diarios para gasolina, sin necesidad de comprobación, o los aguinaldos ya aprobados para sí mismos, los congresistas (mayoriteando, como harán por lo menos los próximos seis años) están dando señales del festín que se han preparado; con pena hay que decirlo, pero festejan como brujas en aquelarre del siglo XVII.
ASÍ ES QUE EL DISCURSO de campaña está terminando y se nos está dejando ver una realidad que claramente contradice el discurso de la austeridad republicana. Diario, sin análisis, sin tomar en cuenta a su anunciado gabinete, sin consultar con nadie, AMLO nos anuncia que se gastarán cientos de miles de millones de pesos en cuanto programa se le ocurre, olvidándose de que presidir la mesa —o al país— no quiere decir ser dueño de todas las decisiones y los dineros. O sea, el término presidente, que ya se venía componiendo en los últimos sexenios, está involucionando más de 500 años para volver a ocupar la figura de tlatoani plenipotenciario —casi un pleonasmo.
LA CUARTA TRANSFORMACIÓN, con todos sus tintes, arrebatos, contradicciones y gracejadas, se está acabando. Ese que va a oír “al pueblo” (terminajo que le causa fascinación y que, según le cuentan —no creo que lo haya leído—, se utilizó por los autores revolucionarios) no es que vaya a oír “al pueblo”. En realidad, va a oír sus recuerdos frustrados y sus pesadillas rencorosas, digan lo que digan los demás. Está por dejar el escenario esa Cuarta…
LO QUE SE VE VENIR CON CLARIDAD es la Quinta Transformación, una realidad más apegada a hechos concretos y a estilos en la toma de decisiones. Habrá un gobierno en dos canales. Para los integrantes de Morena, estén donde estén (cámaras, secretarías, gubernaturas o alcaldías), el estilo de su gurú será dictatorial. Una sola voz… ¡y todos a abonar y encontrar la parte buena de cada contradicción o capricho suyo y empujarlo con el mayoriteo de aquelarre!
PARA “EL PUEBLO”, su amado pueblo, el próximo gobierno ofrece un régimen totalitario: Dictadura con Totalitarismo.
PERO HAY UN PLAN B. Me explico: en la primera encuesta de validación de poder bastará con votar por la revocación de mandato. Acto seguido, se convoca a elecciones. Pero, para evitar el tema de las simpatías y las susceptibilidades, se propone que los candidatos no sean personas ni partidos. Que sean las casas encuestadoras. Berumen, Mitofsky y demás encuestólogos. Así, la toma de decisiones siempre tendrá un responsable del bien y del mal: “el pueblo”.
DE GOBERNARNOS UN encuestador, tendremos muchas ventajas. Por ejemplo: ahorro verdadero en sueldos, mínimos gastos de viajes de representación oficial, introducción de conferencias y congresos mundiales por skype, cero discursos fraseológicos, ideológicos o filosóficos, adiós para siempre a las discusiones del Congreso (un muestrario de sordos que sólo oye para adentro); más aún, adiós al Congreso: ya no habrá que andar defendiendo o atacando posturas. Simples informes que irán desde la estadística descriptiva hasta la traducción —que no interpretación— de los terminajos y comportamientos de las diferentes curvas que muestren las variables poblacionales estudiadas y las conclusiones básicas —como en toda democracia, determinadas por la moda y la mediana—. Nada de complicaciones, y todo diáfano. ¡Listo! Ésta sería una excelente opción para la Quinta Transformación. ¡Hágalo viral! Y levantemos una encuesta para ver si se está de acuerdo con tan beneficioso esquema de gobierno.