Todo lo que aprendimos para realizar nuestra actividad cambió de la noche a la mañana.
Nos enseñaron a hacer llamadas, pedir una cita, trasladarnos al lugar de la cita, intentar convencer a alguien de que necesita un seguro, recibir objeciones, tratar de rebatirlas, ser rechazado, tener éxito en poco menos de la mitad de las veces, pedir que nos recomienden con alguien aunque no nos hayan comprado… Y a repetir el proceso.
Y, de repente, las personas dejaron de hablar por teléfono, de salir de casa, de recibir a otras personas, mucho menos si eran vendedores de seguros.
De repente nuestra actividad se volvió otra. Tuvimos que quedarnos en casa, empezar a dejar atrás lo que habíamos aprendido, comenzar a aprender cosas nuevas, cosas mejores; y descubrimos que hay herramientas que nos pueden ayudar a ejecutar mejor nuestra actividad.
Y entonces descubrimos que hoy existen mil y una formas distintas de comunicarnos con los otros de forma eficaz, así como mil canales diferentes, y tuvimos que aprender a usarlos y a hablar el lenguaje de esos canales para expandir nuestro mensaje de previsión y protección hacia los demás.
Descubrimos que este elefante en la sala llamado COVID-19 había llegado para quedarse y cambiar el mundo tal como lo conocíamos antes de que irrumpiera en nuestra casa de esa manera estrepitosa y firme.
El virus ya demostró de lo que es capaz, y no se va a tentar el corazón para avanzar. Depende de nosotros adaptarnos a su presencia y sacar lo mejor de nuestra persona para seguir llevando a cabo nuestra actividad de aseguradores.
Entonces empezamos a reescribir la historia de nuestra carrera, y así fue como México empezó a creer más en las bondades de los seguros, porque había miles de “predicadores” llevando el mensaje que de un día para otro empezaron a difundir entre más y más personas; y todo sin salir de casa, solo usando el poder de internet y de las benditas redes sociales.
¿Ves un futuro igual al que veo yo?
Entonces empieza desde hoy a dejar atrás todo lo que sabes sobre cómo llevar a cabo tu actividad y aprende cosas nuevas, y úsalas para llevar tu mensaje a más personas y asegurarlas. Solo así ganaremos todos.
Ésta es una gran oportunidad de reescribir tu historia. Si te toca hacer tu trabajo en casa, deja de quejarte y empieza a adaptarte a trabajar desde ahí. Empieza a cambiar tu modelo de pensamiento y sé consciente de que la primera oportunidad para aprender a usar internet en beneficio de tu carrera llegó hace poco más de 10 años con un evento similar a éste. Solo se llamaba diferente y era local. La famosa influenza. ¿La recuerdas?
Hoy no hay más “después aprendo”, “luego me meto a ver cómo funcionan las redes sociales”. Ésta es tu gran oportunidad, porque hoy internet está maduro y hay empresas que han nacido para ayudarte a seguir teniendo citas desde la sala de tu casa.
Una de ellas es Zoom, una herramienta muy fácil de usar y que te permite hacer videollamadas de una forma muy fácil. ¿Hasta cuándo vas a esperar?
Algunos consejos para trabajar en casa
1) Levántate a la misma hora en que te levantabas para ir a la oficina.
2) Báñate y vístete para ir a trabajar.
3) Asigna un lugar de casa que sea tu lugar de trabajo.
4) Lleva una agenda de lo que harás cada día.
5) Determina el objetivo de tu día.
6) Trabaja durante el mismo horario en que lo hacías antes, por ejemplo de 9:00 a 18:00 h.
7) Al final de la jornada evalúa si cumpliste el objetivo del día.
Si nunca has trabajado en casa, estos consejos te podrán ayudar a hacer la transición más llevadera y sentarán las bases de lo que será tu nuevo sistema de labores; sin duda te ayudarán a empezar a escribir una nueva y mejor historia en tu carrera. Con el tiempo, tal vez te darás cuenta de que este elefante en la sala trajo también cosas muy buenas.