Ante un clima de volatilidad y de escasa liquidez derivado de la pandemia de COVID-19 será fundamental que las instituciones de seguros efectúen una adecuada medición de los riesgos financieros y vigilen constantemente las tasas de inversión, así como la fluctuación de las monedas, una estrategia que les permitirá registrar números positivos en lo que se refiere a estabilidad, rentabilidad e índices de solvencia, incluso en un contexto de contracción económica como el actual.
Esto es lo que ha expresado Agustín Rosales, presidente de Funcionarios del Sector Asegurador, A. C. (FUSA), en entrevista exclusiva con El Asegurador. El dirigente de este organismo gremial dijo que las aseguradoras están obligadas a reforzar los mecanismos de manejo de crisis e intensificar la medición de los riesgos operativos para garantizar la continuidad del negocio ante este tipo de eventos.
“Sabemos que no es fácil predecir los efectos financieros que la crisis derivada de la COVID-19 nos traerá; por ello es importante que las empresas desde ahora se enfoquen en fortalecer sus capacidades clave y procuren mantener al máximo las cobranzas, las ventas y los controles, tanto de los siniestros como de los gastos. También es importante que mantengan un monitoreo financiero por medio de asesores profesionales enfocados en cuidar los diversos riesgos, en coordinación con cada área de la compañía”, explicó Rosales.
El presidente de FUSA insistió en que las aseguradoras deben hacer las mediciones de riesgo en el largo plazo para que los niveles de rentabilidad de la industria aseguradora se mantengan elevados. Para ello, dijo, se deberán cuantificar los costos de los seguros de Vida y Gastos Médicos Mayores.
“La contracción económica traerá como consecuencia una disminución en el ritmo de las ventas, y los efectos aquí pueden ser mayores a lo que suceda en la economía en general. Por ese motivo, el sector asegurador deberá redoblar esfuerzos en promociones e incentivos para sus canales de distribución. Además, es de suma importancia que las instituciones garanticen sus índices de solvencia siendo cautelosas en los movimientos de capital y en el manejo del flujo de efectivo”, advirtió el funcionario.
Rosales añadió que las aseguradoras también tendrán que diseñar mecanismos de atracción de nuevos asegurados, crear productos innovadores y fomentar campañas de concientización que influyan en el incremento del ahorro voluntario, ya que, de acuerdo con su opinión, este último factor es fundamental para enfrentar una crisis como la actual.
Obligatorio, mejorar tiempos de respuesta
En otra parte de la conversación, el especialista subrayó que una vez que se supere la pandemia las compañías de seguros deberán determinar qué inversiones tecnológicas realizarán en infraestructura de TI que les faciliten mantener o hasta aumentar su velocidad de respuesta en todo momento, pero ante todo en circunstancias adversas.
“Es imperativo fortalecer las áreas de administración de riesgos operativos, ya que eso les permitirá a las instituciones tener una capacidad de reacción más rápida ante el surgimiento de estos eventos u otros, como los sismos, inundaciones o incendios, frente a los cuales lamentablemente las sociedades estamos poco preparadas y carecemos de conciencia para prevenir los riesgos”, amplió Rosales.
Para finalizar, el presidente de FUSA exhortó a las autoridades a convertirse en aliados que faciliten los procesos de recuperación y atención durante la contingencia sanitaria, con la finalidad de que se logre reconstruir el país de manera conjunta.
“Es importante que las autoridades tengan mayor acercamiento con el sector asegurador para que conozcan de primera mano la labor social que constantemente realizan las aseguradoras. Esta crisis derivada de la COVID-19 le dejó una gran lección no solo a la sociedad en general sino también a las actuales autoridades: debemos trabajar todos juntos, tanto el sector público como el privado, para lograr recuperar y reconstruir a nuestro querido México”, cerró Rosales.