Vana, la inversión en tecnología si no se cambia el esquema mental y operativo

El Asegurador

En materia de tecnología, las compañías de seguros en México experimentan una realidad doble: por una parte, hay organizaciones que consideran que por el simple hecho adquirir equipos o plataformas  ya están de lleno en la era tecnológica, lo cual es falso; por la otra, hay empresas que invierten sumas de dinero cuantiosas y, paralelamente, están transformando su mentalidad, los productos que ofrecen y su cultura de servicio. Lo cierto es que, sin un cambio de mentalidad,  toda inversión en tecnología será en vano.

Así observan el panorama de la adopción de la tecnología aplicada a seguros en México, Edson Díaz, director general de In Motion México, y Antonio Guzmán, presidente de la vertical de seguros de la misma firma en Estados Unidos, país cuya población, por cierto, aunque no muestra indiferencia en cuanto al consumo de seguros, sí manifiesta descontento frente al servicio que otorgan diversos ramos.

Los especialistas en desarrollo de tecnología aplicada a seguros coincidieron en señalar que  alrededor de la transformación tecnológica todavía prevalecen algunos “temores” relacionados con   el futuro de la figura del intermediario tradicional, el agente, y otras áreas de operación como consecuencia de la adopción de las diversas modalidades de tecnología.

Sin embargo, agregaron, debe tenerse  en cuenta que la transformación tecnológica no ocurre de la noche a la mañana, ni implica que las aseguradoras rompan relaciones con sus canales tradicionales; más bien se requiere crear los vínculos necesarios para lograr una transición amigable en la que estos agentes se sientan acompañados para migrar de lo tradicional a lo tecnológico de manera gradual.

Edson Díaz y Antonio Guzmán observaron que, a diferencia de décadas pasadas, hoy la industria aseguradora está tratando de adoptar de manera rápida todo lo que suene a tecnología para no quedarse atrás, y esta premura se agudiza  ante la posibilidad de que surjan canales digitales, como Amazon, Google, Facebook, entre otros, que los podrían desplazar; y, ante tal amenaza, la industria se está preparando para contrarrestar el efecto de un escenario semejante.

Para In Motion, explicaron  los directivos, es muy importante precisar que el hecho de que una empresa compre tecnología en ningún momento significa que dicho negocio ha logrado ya su transformación digital;  “porque, si el paradigma al respecto consiste en adquirir sistemas, equipos o plataformas, están equivocados. Eso  te hará lucir como una empresa que utiliza tecnología nueva, pero no como una transformada hacia lo digital. Los cambios tienen que ser primero de otra naturaleza”.

Aunque en México hay una brecha importante entre compañías que lo están haciendo bien  y las que solamente están comprando tecnología, Edson Díaz y Antonio Guzmán prevén que en  el futuro las olas o ciclos del cambio cada vez se acortarán más. Lo que antes tardaba una empresa para recoger  los frutos de determinada inversión, quizá una década, hoy por la inclusión de la tecnología el efecto puede llegar a notarse al primer año, o al segundo o  tercer trimestre, y en algunos casos hasta en semanas.

Antonio Guzmán indicó que, no obstante el nivel de cultura de seguros que existe en la Unión Americana,  la industria aseguradora en aquel país también tiene sus problemas en cada ramo. El que padece la situación más complicada es el   seguro de Salud, porque los costos son exagerados y unánime es la desaprobación de los clientes frente a la atención médica. Ahí hay un problema severo en el que  la tecnología puede influir en generar un cambio radical.

En seguros de Autos,  agregó Guzmán, la industria está tratando de descifrar qué significará para el sector, por ejemplo, el hecho de que los autos se manejen solos. Seguramente, la siniestralidad cambiará sustancialmente,  así como las preferencias de los consumidores, que cada vez manifiestan menor interés por tener un auto propio y prefieren usar aplicaciones como Uber.

Tradicionalmente, indicó Antonio Guzmán, en el seguro de Vida el agente se acordaba del cliente una vez al año, para renovar el contrato, y a lo largo de esos 12 meses  la comunicación era de nula a esporádica. “En ese aspecto creemos que el internet de las cosas cambiará radicalmente la forma en que el cliente y la aseguradora mantienen  la comunicación, más allá de la venta inicial”.

Un  riesgo gigantesco  que está sobrepasando al resto de los existentes  es el relacionado con la ciberseguridad. El escenario es complicado, muy complicado, advierte el directivo de In Motion, y las compañías que tarden  en reaccionar y poner manos a la obra para enfrentar dichos riesgos la pasarán muy mal.

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