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Una pregunta

acontrerasberumen@hotmail.com
Los números cuentan

Por: Antonio Contreras

acontrerasberumen@hotmail.com

En México y el mundo, las empresas realizan muy diversas actividades, orientadas por la misión, la visión y los valores definidos por cada una en procesos más o menos estructurados. Al transcurrir el tiempo, muchas de estas empresas se quedan en el camino; otras logran sobrevivir y desarrollan una cultura empresarial única, ya sea con la voluntad de sus accionistas y funcionarios o sin ella.

En mi paso por diferentes empresas pude observar un hecho asombroso: sólo es necesaria una pregunta para efectuar el diagnóstico de la cultura de cualquier negocio; y con ese diagnóstico también es posible determinar de manera general su probabilidad de sobrevivencia. La pregunta es ¿qué es necesario hacer en esta empresa para sobrevivir? Después de haberla planteado, y una vez efectuado el análisis necesario para clasificar las respuestas de los entrevistados, podremos obtener las conclusiones que buscamos.

Uno de mis clientes se dedica al diseño de estructuras. Ha labrado un prestigio muy merecido al cual es posible confiar el diseño o verificación de las condiciones de estructuras diversas, sean edificios, puentes, naves industriales u otras. El corazón de la empresa es su área de Ingeniería, donde especialistas realizan el diseño o la verificación de estructuras utilizando tecnología y metodologías hechas en casa.

¿Cómo se sobrevive en esta empresa?

El director general es un ingeniero muy competente. Él ha realizado una labor eficaz de reclutamiento, selección, contratación y capacitación de los profesionales que forman el equipo técnico.

La respuesta a la única pregunta necesaria para realizar el diagnóstico de esa empresa fue muy evidente: se necesita realizar el diseño de estructuras con la máxima calidad disponible, basado en tecnologías de punta y estándares actualizados de los requerimientos oficiales aplicables a las estructuras. En palabras más sencillas: se requiere ser un ingeniero competente.

Parece suficiente; sin embargo, la concentración del equipo de trabajo en las actividades técnicas, relacionadas con el giro de la empresa, ha propiciado una menor concentración en la atención de otros aspectos del negocio, relacionados con la administración y las finanzas. En esta empresa se sobrevive siendo un buen ingeniero y, por supuesto, haciendo bien lo que se espera de ese ingeniero, sea diseño de estructuras, verificación de diseño de estructuras ya existentes o algún otro dictamen o tema relacionado con tan delicado tema de ingeniería. Otros aspectos del negocio, como el contacto y contratación de nuevos proyectos con nuevos clientes, su atención para la solución de aspectos comerciales, el registro y análisis financiero de las operaciones de la empresa, etcétera, son actividades que han ido adquiriendo importancia para la empresa pero que hasta hace no mucho tiempo tenían escasa relevancia. La sobrevivencia sigue estando basada en un desempeño superior en los trabajos de ingeniería; pero, a medida que la dirección valora el resto de los temas, la empresa ha despegado rumbo a un mayor crecimiento y estabilidad.

¿Qué sucede en otras empresas, incluidas algunas aseguradoras?

Existen algunas donde la sobrevivencia de quienes trabajan en ellas depende de su capacidad para complacer al jefe máximo, dueño, administrador único y dador de vidas y haciendas. Las empresas familiares dependen de la cabeza para la toma de decisiones sobre todos los aspectos de éstas, sean las acciones comerciales por emprender o la respuesta a peticiones o preguntas de los clientes. Todo depende de la esperada llegada a la empresa del único iluminado. 

¿A qué hora llegará don Luis? Necesitamos pagarle al del café, y no sabemos si él quería que compráramos un kilo o dos. La presencia de los parientes del jefe máximo no hace sino complicar el escenario, pues por lo regular son personas sin la preparación necesaria para manejar los departamentos de Administración, Recursos Humanos o Ventas, adonde los asigna el Señor de los Cielos esperando un desempeño medianamente competente, auxiliados por personal especializado, de menor nivel jerárquico pero con el perfil requerido, lo cual no impide los vaivenes propiciados por las iniciativas de quienes llegaron al puesto por el único mérito de ser hijos, sobrinos o esposa del jefe máximo.

Un amigo trabajó algunos años en un negocio familiar grande, dedicado a la distribución y venta de calzado, y después de sufrir varios años los avatares renunció. Su conclusión fue: “Los negocios familiares son maravillosos siempre y cuando sean de tu familia”.

En algunas aseguradoras establecidas en México se sobrevive soportando los vaivenes de la dirección general en turno. Cuando la empresa es filial de alguna multinacional, los cambios son frecuentes y un tanto caprichosos, dependiendo de la percepción de la matriz, ubicada en el Sol respecto a la situación y los resultados de la muy pequeña filial mexicana, que para fines prácticos bien podría estar en Caronte, satélite de Plutón, otrora noveno planeta del sistema solar.

En otras aseguradoras existe un concurso de actuación, con los directores como alternantes en las juntas de dirección, los eventos de lanzamiento del plan de incentivos y, sobre todo, en las convenciones de agentes. Como en alguna ocasión me dijo Félix Alarcón, veterano director del área Comercial: “Los agentes te suben o te bajan”. De cómo le vaya al funcionario en esos eventos y de los comentarios de la fuerza de ventas dependerá la sobrevivencia del afanoso empleado, quien solicita a su esposa que se luzca con las esposas de los agentes para ir sacando al buey de la barranca.

Continuaremos con el tema.Antonio Contreras tiene más de 25 años de experiencia en el sector asegurador mexicano. Su correo es acontrerasberumen@hotmail.com

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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