No cabe duda de que hay noticias que alegran, y la que se acaba de anunciar en el sector sin duda es una de ellas.
Con la salida de Mario Vela de GNP, se creó mucha expectativa sobre quién sería la persona que cubriría tan significativa vacante, y hace un par de días se dio a conocer la decisión de Grupo Bal de nombrar a Eduardo Silva como director general de esa importante aseguradora.
A mí en lo personal me dio mucho gusto cuando me enteré porque GNP es una aseguradora a la que le tengo especial aprecio por varias razones: en principio, por el simple hecho de haberle dedicado 13 años de mi vida, en los cuales acumulé mucha experiencia como asegurador; por otra parte, guardo bellos recuerdos y simpáticas anécdotas de mi época como funcionario en ella; y, por si fuera poco, me hice de muchos y muy queridos amigos, que aún conservo.
Por ello, cuando ocurre algo que es bueno para una aseguradora a la que le tienes tanto aprecio, obviamente te alegras por ello.
Estoy seguro de que Eduardo es una persona que va a aportar mucho, y me atrevería a decir que no sólo a esa aseguradora, sino al mercado en su conjunto.
Uno de los problemas del sector es que hoy en día es más frecuente ver al frente de aseguradoras a personas que jamás hicieron carrera dentro de seguros; es decir, se han reducido los casos en los que un director general proviene de la misma aseguradora y ha realizado un recorrido ascendente dentro de la institución.
Lo anterior ha provocado que las prioridades de la empresa, sus enfoques y la manera en que se la conduce cambien diametralmente.
Un asegurador tiene una visión distinta de lo que debe ser la misión de una aseguradora, y es mucho más probable que centre el quehacer y los intereses de la empresa en el cliente y en sus productores. Eso obviamente redundará en beneficios para la aseguradora misma y para el sector en general.
Por todo ello, ahora que escasean los directores generales con ese perfil, cuando algo así ocurre, la noticia no puede sino llenarnos de regocijo a todos los que queremos a la institución del seguro y nos preciamos de ser aseguradores.
La experiencia de Eduardo en el mercado es muy vasta, y él es una persona que se formó y se desarrolló dentro de GNP ocupando puestos en el área de Finanzas; pero, aún más importante, en el área técnica de la aseguradora, lo cual le proporciona una visión muy completa, y cualquiera que haya pasado tiempo en esas posiciones será consciente de la gran importancia que tiene el cliente y el productor de seguros en la ecuación.
Eduardo pasó sus últimos 20 años dirigiendo la afore de Grupo Bal (Profuturo), ya que fue justamente en el tiempo de la creación de las afores cuando le encomendaron la difícil tarea de crear y dirigir esa empresa. Y decimos que fue una tarea difícil porque, mientras que muchas de las otras afores contaban con el enorme apoyo que representaba ser filial de un banco, Profuturo era de las pocas que no tenían el respaldo de una plataforma similar.
Definitivamente, el mercado asegurador mexicano requiere que las compañías de seguros sean dirigidas por aseguradores de cepa, y cada vez que se nombre como director general a un asegurador, esto será sin duda motivo de festejo para el sector.
¡Felicito a Grupo Bal por tan acertada decisión!