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- REFLEXIONES
Por: Carlos Molinar Berumen / carlos@molinar.com
Hoy, más que nunca, los mexicanos tenemos que voltear hacia el futuro, estar unidos y trabajar para construir un nuevo país.
Desde el 1 de julio, los mexicanos tenemos un nuevo presidente electo, y eso significa que, nos guste o no, el sistema de votación que tenemos es lo que arrojó como resultado. ¡Y eso es lo que hay!
Se acaba el ruido estruendoso con el que querían convencernos de que el candidato de su preferencia es el mejor y que cualquier otro nos llevaría al despeñadero.
Debemos respetar la decisión de los mexicanos que votaron por el que ganó. Había tres candidatos con posibilidades, y eso significa que el que triunfó seguramente tendrá muchos detractores. Si no supimos ponernos de acuerdo para tener una mayoría por el que nos pareciera menos malo, y salió el que no queríamos, ahora tenemos que apechugar, y aceptarlo todos.
Si ganó el voto útil por alguno, ya sea que haya sido el que preferíamos o el otro, todos debemos aceptarlo también, incluso aquellos que no quisieron que ganara el voto útil. Ya basta de quejarnos, México, veamos hacia adelante; y, si queremos un cambio, seamos nosotros el cambio que queremos ver.
Desde el primer día de julio, hay un presidente elegido por la mayoría de los mexicanos que votamos, de una u otra manera, con mano negra o sin ella, con votos comprados o sin ellos. Ya aquél que los compró lo cargará en su conciencia, y el que lo vendió también,, de alguna manera.
Me queda claro que muchos no van a estar de acuerdo con el presidente electo, pero basta de criticar, basta de agredirnos, basta ya de descalificaciones; construyamos un mejor ambiente entre los mexicanos. Depende sólo de nosotros.
Me agoté de tratar de convencer a otros vía redes sociales de cómo veía las cosas, pero siempre tratando de hacerlo de una manera respetuosa. Eso ya se acabó; el ruido de las campañas ya fue historia, y las discusiones de las redes sociales deben cesar. Basta de descalificaciones para otros mexicanos: no aceptemos que nadie llame chairos o pejezombis a unos, o pirrurris o miembros de la mafia del poder a otros. Siendo todos mexicanos y ciudadanos del mundo, construyamos un México y un mundo mejor erradicando la violencia, por el bien de nuestros hijos y nietos. Gane quien gane tenemos que trabajar todos en armonía por un futuro mejor.
Ahora que hemos visto lo que ha pasado en Rusia en el Mundial de Futbol, es una vergüenza que nuestra afición mexicana vaya a hacer desmanes a Rusia, mientras que los japoneses dan muestra de civilidad limpiando el estadio y recogiendo la basura al salir de él. Afortunadamente, muchos mexicanos siguieron ese ejemplo y los vimos hacer lo propio: ¡qué orgullo me dio ver eso!
Se nos debe caer la cara de vergüenza al darnos a conocer al mundo con nuestras incivilidades, haciéndonos los chistosos gritando estupideces en el estadio y faltándole al respeto a cuanto monumento encontramos a nuestro paso. Es patético nuestro comportamiento. En cambio, es maravilloso ver cómo la alegría sana de nuestra gente se contagia al mundo y cómo se admira a los mexicanos por ello.
En los grupos de whatsapp se ha formado una verdadera torre de Babel donde no hay diálogos, sino una auténtica ametralladora de videos que pretenden ser chistosos denigrando a la gente, ya sea en su imagen o de mil y una maneras diferentes: ¡ya basta, México! Sugiero que cada vez que nos envíen algo así les respondamos: “Gracias por compartir, pero preferiría que no me mandes este tipo de post, y te invito a cambiar para lograr un México mejor, más alegre y sin violencia. Seamos la muestra de alegría y paz para el mundo”.
Hoy es hora de construir un nuevo México; es hora de sacar lo mejor de nosotros mismos y contagiar a nuestros familiares y amigos para ser mejores individuos, mejores familias, mejores comunidades, un mejor país.
Tenemos que tirar para adelante; lo hecho hecho está, y los mexicanos ya elegimos, y, estemos de acuerdo o no, lo elegimos la mayoría de los mexicanos, o al menos la mayoría de los mexicanos que votamos.
Si no estamos de acuerdo con los políticos, volvámonos políticos o impulsemos gente nuestra con valores y convicción a la política para luchar (en la mejor de sus acepciones) por un México mejor. No podemos seguir quejándonos sin hacer nada proactivo.
Tenemos la responsabilidad de dejar un México mejor del que encontramos para que, cuando dejemos de existir, la gente que nos conoció al menos diga: “Sin duda, el mundo es un poquito mejor porque por aquí él pasó”.
Demos un buen ejemplo; empecemos por participar de manera activa, tolerante; aprendamos a debatir con ideas y de manera respetuosa. De nosotros depende seguir quejándonos de todo sin actuar, o ser el ejemplo para convencer a nuestra gente cercana de ser una comunidad mejor.
A ti, lector, con respeto y cariño te pregunto: ¿cuál de los dos caminos quieres tomar? Ojalá me digas que el de ser el ejemplo, y seguro nos descubriremos de repente quejándonos y en el otro camino; pero, si tenemos conciencia de lo que queremos lograr, es tan fácil como detenernos y cambiarnos al camino correcto. Así de fácil.
¡Te invito a que tomemos esa decisión!