La salud mental es definida como el bienestar que permite a las personas gestionar el estrés, desarrollar sus capacidades, trabajar productivamente e integrarse en su entorno. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, aquellas personas que padecen algún problema mental tienen una esperanza de vida entre 10 y 20 años menor que la población general, y enfrentan un mayor riesgo de suicidio, así como de sufrir violaciones de sus derechos humanos.
En México, este panorama presenta grandes desafíos, pues de acuerdo con el Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones, entre enero y mayo de 2024, al menos 158,000 personas recibieron atención por condiciones relacionadas con su salud mental, con la ansiedad ocupando el 51.5 por ciento de los casos, y la depresión, un 25.9 por ciento.
“Esta es una señal clara de que necesitamos redoblar esfuerzos en la promoción del bienestar mental, especialmente en regiones donde los problemas socioeconómicos aumentan la vulnerabilidad de las personas” indicó el doctor Humberto Bautista Rodríguez, especialista en psico-oncología y vocero de PiSA Farmacéutica.
Bautista Rodríguez añadió que esta información, aunada al hecho de que en México tres de cada 10 personas padecen un trastorno mental en algún momento de su vida de acuerdo con Instituto Mexicano del Seguro Social, pinta un panorama con grandes áreas de oportunidad:
“El creciente número de personas que buscan atención por problemas mentales en el país es reflejo de una realidad alarmante que no podemos ignorar. Nos estamos enfrentando a una crisis de salud mental y es esencial que la sociedad en su conjunto actuemos para crear un entorno de apoyo, prevención y tratamiento accesible” subrayó el vocero de la farmacéutica.
También añadió que el grupo de personas de entre 30 y 49 años es el que más solicita atención por problemas como ansiedad y depresión en México. Esta etapa de la vida, marcada en su mayoría por una intensa actividad laboral y responsabilidades familiares, genera una mayor carga de estrés y preocupaciones, lo que incrementa la necesidad de apoyo en salud mental.
En cuanto a su distribución geográfica, el estudio también reveló que los estados con mayor porcentaje de ansiedad incluyen a Oaxaca (64 por ciento), Michoacán (61 por ciento) y Zacatecas (62.7 por ciento); mientras que Tabasco, Morelos y San Luis Potosí ocupan los primeros lugares en tratamiento por depresión.
“Es urgente mejorar los sistemas de atención y garantizar un acceso más equitativo y eficaz a los tratamientos de salud mental”, afirmó Bautista Rodríguez. “México tiene la oportunidad de liderar este cambio, reforzando sus sistemas de salud mental y promoviendo una cultura de apoyo, comprensión y cuidado hacia aquellos que lo necesitan”, concluyó.