El mundo laboral está inmerso en una dinámica acelerada y plagada de cambios tecnológicos, ante el cual las aseguradoras se enfrentan al desafío de transformar paralelamente su modelo de talento para hacerlo coincidir con los requerimientos necesarios y así garantizar su éxito en los próximos años. De ahí que perfeccionarlo es tan importante como diseñar las estrategias empresarial y comercial en las organizaciones.
En el documento titulado Transformando el modelo de talento en la industria de seguros elaborado por McKinsey & Company en colaboración de Tanguy Catlin, Ari Chester, Julie Goran, Megan McConnell, y Scott Rutherford, representantes de la práctica de seguros y organización de la firma, advierten lo anterior al tiempo que afirman que el tema de referencia cobra una mayor importancia debido a que la industria de los seguros se enfrenta a riesgos cada vez más frecuentes y severos.
Ejemplo de ello es el cambio climático o los ciberriesgos que continúan intensificándose, o los nuevos riesgos de responsabilidad que son emergentes en todos los mercados, incluida la pandemia de la COVID-19 que tomó a muchos por sorpresa.
Para gestionar estos riesgos y tendencias y optimizar el valor de las nuevas tecnologías, subraya McKinsey & Company, la industria necesita crear una especie de infusión que concentre las habilidades técnicas de sus colaboradores y paralelamente desarrollar un nuevo enfoque para talento orientado a generar valor y a cultivar las nuevas capacidades.
El documento destaca que entre 10 y 70 por ciento de las operaciones de seguros experimentarán un cambio significativo en su alcance al grado que un gestor de reclamaciones podría incluso enfocarse mucho más en brindar excelentes experiencias al cliente o asumir diferentes responsabilidades, que en realizar tareas que no agreguen valor en ese sentido.
La firma asegura que los aseguradores no se convertirán en programadores, sino que interactuarán extensamente con colegas especialistas en las nuevas tecnologías digitales, así como en roles centrados en datos para desarrollar y gestionar soluciones de suscripción, que se volverá más técnica y requerirá de más habilidades sociales, agilidad y adaptabilidad.
McKinsey & Company estima también que casi todas las funciones de seguros cambiarán significativamente en la próxima década, por lo que en la parte de estrategia de talento identifica cinco elementos críticos:
1. La estrategia de talento requiere la misma intensidad que la comercial.
2. Cerrar estas brechas significa abordar estrategia de talento con la misma intensidad y rigor que la empresarial: cuantificar necesidades, traducirlas en objetivos, comprometiéndose con las inversiones, reasignar recursos de manera significativa e instituir disciplina en torno a la ejecución.
3. A nivel macro, las transformaciones exitosas involucran ampliamente tres fases: exploración, formación y cambio.
4. Tiempo. Estas fases son intuitivas, cada una incluye medidas que son nuevas para la mayoría de las organizaciones.
5. En la fase de cambio, las organizaciones deben adoptar los cambios necesarios a gran escala.
El talento cambiante y estratégico genera cambios en roles críticos; lo que implica evaluar el valor que cada candidato o elemento de la empresa aporta en materia de conocimientos, habilidades y experiencias.
Finalmente, la McKinsey & Company hace un llamado a que las compañías de seguros ofrezcan entornos de trabajo dinámicos y vibrantes que atraigan a nuevos talentos, lo que solo sucederá en organizaciones cuya cultura de trabajo esté revestida por la innovación.