Con la llegada de la COVID-19 y las acciones de distanciamiento social para frenar su propagación, la mayoría de empresas, incluídas aseguradoras, optaron por el trabajo remoto y aunque las opiniones sobre el éxito del home office varían entre los ejecutivos, lo cierto es que este cambio repentino ha sembrado dudas sobre los planes de continuidad de negocios del sector seguros.
En efecto, las aseguradoras han tomado el reto como un éxito rotundo y la mayoría se siente bien por la rapidez con la que se adaptaron. No obstante, “si nos preguntaran hoy si el trabajo a distancia es sostenible, tendríamos que decir no, porque actualmente no es el momento de ser complaciente. Por tanto, las instituciones que deseen impulsar la moral de la fuerza laboral y construir una ventaja competitiva para garantizar el éxito futuro tienen trabajo por hacer”, sentencian Jim Bramblet, director gerente y líder de Seguros en Norteamérica; y Jeana Muñoz, director gerente de la consultoría de Seguros de Accenture.
Los autores revelan que el trabajo remoto incluso parece correlacionarse con una mejor productividad y eficiencia; y añaden que en una encuesta, observaron que más del 50 por ciento de los directores de información (CIO) declaró ganancias en productividad y eficiencia, mientras que alrededor del 25 por ciento de los directores de operaciones (COO) informó aumentos en las métricas con el cambio al trabajo remoto.
Los autores señalan que en otros hallazgos, la mayoría de los encuestados afirmó que habían digitalizado sus operaciones en un 10 o 15 por ciento; en tanto, 25 por ciento indicó que lo había hecho en menos de 25 por ciento. Además, 82 por ciento mencionó que sus operaciones de datos y reclamaciones se digitalizaron en más de un 10 por ciento antes del cambio del lugar de trabajo.
Pese a las noticias alentadoras, la investigación de los ejecutivos de Accenture encontró que la opinión varía mucho en la alta dirección sobre si las organizaciones y los empleados estaban preparados para el trabajo remoto. Aunque 82 por ciento de los CIO pensaba que su empresa estaba preparada cuando comenzó la crisis y 74 por ciento de los COO estaba de acuerdo en que sus empleados tenían las herramientas y la tecnología necesarias para trabajar de forma remota, solo 64 por ciento de los directores de recursos humanos (CHRO) creía que los miembros de la organización estaban listos para esa modificación en su labor.
En este rubro, los CHRO también revelaron otras preocupaciones, pues más de la mitad (55 por ciento) dijo que los empleados declararon aumentos en la ansiedad y la depresión y 73 por ciento señaló que sus colaboradores están sintiendo un mayor grado de presión debido a la pandemia.
Casi al término de la investigación, Jim Bramblet y Jeana Muñoz detallan que los participantes del sondeo coincidieron en que ahora pueden trabajar de forma remota, pero cuestionaron si están en condiciones de hacerlo bien de esa forma. Y es que aunque la productividad y la eficiencia parecen estar aumentando en el nuevo entorno, las tendencias emergentes del capital humano indican que estas ganancias pueden tener un costo, concluyen.