Hace unos días realizamos un open house virtual al que asistieron parte del staff que compone nuestra promotoría, asesores de seguros establecidos y candidatos a dar el salto de agente a empresario.
Habíamos planeado dicho evento con mucha anticipación, por lo que habíamos evaluado y cuidado cada detalle. Entonces sabíamos que los que participarían en el evento conocían de arriba a abajo el papel que tenían que desempeñar y sabían con total claridad lo que debían decir y hacer.
La reunión virtual arrancó a la hora indicada. La asistencia había superado las expectativas en cuanto a personas confirmadas. En resumidas cuentas, ¡todo comenzaba de maravilla!
Minutos después de arrancar la presentación, la persona responsable de ofrecer la ponencia perdió la conexión a internet. Por unos segundos, las pantallas de los participantes no mostraron imagen alguna. Minutos después de la perturbación regresó la transmisión, aunque sin la participación del expositor y, peor aún, sin la presentación que serviría como material de apoyo.
Frente a un panorama tan complejo, ¿cómo continuar, cuando lo que planeaste y ensayaste durante mucho tiempo no sale como lo esperabas? La respuesta es sencilla: convierte cualquier revés u obstáculo en una experiencia positiva.
El open house virtual continuó, y cada participante desempeñó el papel establecido. En tal sentido, transmitimos tranquilidad a los asistentes al explicar con sencillez lo que había sucedido. Al término de la actividad, cada miembro del equipo cumplió su tarea de forma excepcional. Dicho esquema permitió que, a pesar de lo ocurrido, se pudiera sortear el imprevisto y se lograra conseguir lo planeado.
En este punto de la narración, estimado lector, quizá se pregunte: ¿cuál fue la moraleja de esta historia?
Vale decir que, cuando un candidato está analizando la posibilidad de abrazar la profesión de agente de seguros, las dudas, los miedos, el desconocimiento, la emoción y el entusiasmo brotan por todos lados. Tal como sucedió en el open house virtual, en la carrera de asesor de seguros (como todo en la vida) no siempre salen las cosas como las planeamos. De modo que es muy común que haya dificultades, e incluso que se cometan errores graves. Sin embargo, siempre es posible revertir las situaciones adversas y superar los escollos. ¿La clave? Delimitar un plan con objetivos específicos, perseguirlo hasta cumplirlo y, más importante todavía, contar con el respaldo de un equipo que nos permita avanzar con firmeza, de manera que podamos sobreponernos a cualquier dificultad.
Lo anterior es una forma de explicar con sencillez la verdadera función por la que existen las promotorías de agentes de seguros, organizaciones en las que diariamente se apunta a ayudar a los asesores a registrar un desarrollo personal y profesional integral, de modo que alcancen su máximo desempeño como especialistas de la intermediación.