La economía global se está desacelerando, pero no está tan débil como sugiere el pánico asociado a la actividad de los bancos centrales de las últimas semanas. Dicho esto, con una carga global de deuda mucho mayor a la de hace 10 años y con niveles de crecimientos más moderados, el mundo está precariamente preparado para la próxima crisis. Los riesgos a la baja para la economía global se incrementaron en el transcurso de 2018 y se mantienen elevados. Dada la estrecha relación que existe entre la actividad económica, los mercados financieros y la industria aseguradora, el crecimiento del mercado asegurador primario y la rentabilidad de la industria se encuentran expuestos a estos riesgos macroeconómicos.
En cuanto al crecimiento del mercado primario, estimamos que las primas globales crecerán cerca de 3 por ciento anualmente en los próximos cinco años, con Asia emergente —más específicamente, China— propulsando la mayor parte del crecimiento durante la próxima década. A pesar de la existente adversidad macroeconómica, los mercados emergentes se sitúan en una posición económica favorable en comparación con los mercados avanzados. En cuanto a la rentabilidad, esperamos un escenario prolongado de bajas tasas de interés que presionará los rendimientos de las inversiones, especialmente para las aseguradoras de Vida. Los márgenes de suscripción, por su parte, tendrían que mejorar si se ha de reducir la brecha de rentabilidad en el sector No Vida.
Las condiciones de mercado blando, las pérdidas relacionadas con catástrofes naturales y los bajos rendimientos de las inversiones han ejercido presión sobre la rentabilidad del reaseguro
La rentabilidad en el reaseguro de No Vida continúa siendo un desafío. Uno de los acontecimientos más importantes en los últimos años ha sido el influjo de capacidad alternativa en segmentos clave, como el reaseguro de daños relacionados con catástrofes naturales y el mercado de las retrocesiones. Esta capacidad comoditizada adicional ha sido una de las principales fuerzas detrás de la rápida erosión en la adecuación del precio de la prima de seguro. La otra gran tendencia ha sido la consolidación de la industria del reaseguro. Desde la crisis financiera, el número de compañías independientes que cotizan ha disminuido sustancialmente en las dos grandes ubicaciones del reaseguro: Bermudas y Londres.
El prolongado periodo de condiciones de mercado blando ha desafiado el rol y el modelo de negocios del reaseguro tradicional. Más recientemente, dos temporadas consecutivas de grandes pérdidas relacionadas con catástrofes naturales redujeron el suministro de capital que estaba inundando el mercado. Este fenómeno ha sido más evidente en el segmento de retrocesiones, el único segmento donde las primas se han encarecido significativamente. La capacidad de la industria se redujo, y el entorno de precios se volvió más conservador. Aun así, los precios en el sector No Vida continúan considerablemente blandos dado que la industria se mantiene bien capitalizada. Los rendimientos de las inversiones continúan siendo modestos, y probablemente se mantendrán así en el futuro previsible dado que las tasas de interés en Estados Unidos han subido en 2017 y 2018, aunque se prevé que se muevan lateralmente a futuro.
Con respecto al origen regional del crecimiento de las primas de reaseguro, la fuerte expansión en Estados Unidos en 2018 —más notablemente, en el reaseguro de Daños— fue contrarrestada por un declive en los países de Europa occidental. El crecimiento fue bajo en Latinoamérica, Oriente Medio y África. En cuanto a mercados emergentes, se espera que los mercados asiáticos proporcionen la mayor parte del crecimiento futuro. Proyectamos que esta tendencia se mantendrá durante la próxima década, contribuyendo al desplazamiento de la actividad económica del oeste al este. Aun así, el crecimiento global de las primas cedidas depende mucho de los mercados avanzados, dado que en ellos se encuentra cerca de 70 por ciento del mercado de reaseguro mundial.
Para el año 2019, esperamos un endurecimiento moderado en las primas de seguro que quizá se estabilice en torno a 2020. El declive en el exceso de capital dentro de la industria, que ha ocurrido entre finales de 2017 y finales de 2018, es uno de los principales factores subyacentes a este pronóstico. El endurecimiento en los precios de las retrocesiones provee cierta esperanza para las renovaciones de abril y de junio-julio.
Una característica común del ecosistema del (rea)seguro es que el incremento de los precios en el mercado de retrocesiones tiende a derramarse sobre el reaseguro, y eventualmente sobre el mercado primario. La demanda por el reaseguro será reforzada por nueva regulación de solvencia que hará del reaseguro de No Vida un segmento cada vez más atractivo para las aseguradoras europeas que actúan bajo el régimen de Solvencia II. El retorno sobre el capital de la industria se espera que se sitúe en torno a 10 por ciento, una mejora si se compara con el 0 y 5 por ciento de 2017 y 2018, aunque lejos del ~15 por ciento registrado en el periodo 2012-2015. Entendemos que el creciente segmento del reaseguro estratégico (referente a transacciones grandes y complejas) quizá provea un entorno de rentabilidad más prometedor, dado que éste es un espacio de relación estrecha con el cliente y está menos expuesto a competición de precio que otras coberturas ya más comoditizadas.
Las primas cedidas de Vida y Salud se contrajeron en 2018. Datos recientes muestran una ralentización en la mejora de la mortalidad
Las cesiones globales de Vida y Salud se contrajeron luego de una caída en los mercados avanzados y en China —en el último caso, la contracción se produjo debido a cambios regulatorios—. Creemos que los desafíos en el mercado primario y la progresiva consolidación de las compañías de seguro de Vida llevarán a moderación en el crecimiento y a unas tasas de cesión más bajas. Un crecimiento robusto en los mercados emergentes ayudaría a propulsar el volumen de primas globales en el reaseguro de Salud; sin embargo, el mercado se mantiene altamente concentrado en las economías avanzadas —aún más que en el reaseguro de No Vida.
La concentración de mercado en el reaseguro de Vida se ha incrementado en la última década, impulsada parcialmente por la continua actividad de fusiones y adquisiciones. A pesar de que la mortalidad tradicional y el negocio relacionado con la protección aún componen la mayoría de las primas de reaseguro, el sector continúa ejecutando estrategias de diversificación de portafolios. La mayoría de estas reaseguradoras utiliza grandes transacciones para aumentar los ingresos, y se concentra cada vez más en áreas de crecimiento como longevidad, salud, beneficios de vida y soluciones financieras.
La introducción de regímenes de solvencia basados en riesgos de capital (por ejemplo, Solvencia II en Europa, RBC en Estados Unidos y C-ROSS en China) fue un arma de doble filo para las reaseguradoras de Vida y Salud. Por una parte, ha cambiado la dinámica económica de esquemas de reaseguros particulares, y las aseguradoras de Vida han empezado a concebir de manera más crítica el valor del reaseguro dada la mejora en el entendimiento acerca de sus propios costos de capital. Por otro lado, las aseguradoras primarias aún reconocen el valor del reaseguro (por ejemplo, el compartir el riesgo, el alivio de capital, el valor de la experiencia). Al empoderar las funciones de manejo de riesgo del seguro, creemos que los regímenes basados en riesgo de capital ayudan a fortalecer la propuesta de valor del reaseguro.
Las estadísticas de mortalidad sugieren una desaceleración en la mejora de este índice en varios países desarrollados. Ello se evidencia en menores aumentos en la expectativa de vida de los recién nacidos. Estadísticamente, se hace difícil discernir si la ralentización observada en países como Estados Unidos y Reino Unido representa un cambio estructural verdadero o si simplemente se trata de volatilidad anual en la tasa de mortalidad. Aun con un análisis profundo de datos y un entendimiento más amplio de los factores subyacentes de la mortalidad, predecir los eventos futuros concernientes a la expectativa de vida es un gran desafío. Las aseguradoras y los esquemas de pensiones necesitan formar una visión sobre el posible éxito y viabilidad de las iniciativas públicas y privadas para influir en el comportamiento y prevenir las enfermedades y la muerte. Ser excesivamente conservadores a la hora de fijar los precios de los productos hará de las pensiones y del seguro de Vida productos innecesariamente caros. Al mismo tiempo, ajustar de manera prematura los supuestos concernientes a las tendencias subyacentes de la mortalidad inevitablemente estirará las hojas de balance de las aseguradoras cuando los pasivos se revisen para reflejar las nuevas realidades de las expectativas de vida.
Mercados emergentes, un rayo de luz en un horizonte complejo
Esperamos una ralentización modesta en el crecimiento económico de los mercados emergentes en 2019-2020, lo que será reflejo de desafíos tanto cíclicos como estructurales. Sin embargo, su crecimiento superará en el mediano plazo por 3.5 puntos porcentuales al de los mercados avanzados. Se espera que la mayoría de los mercados emergentes adopte políticas monetarias neutrales o de flexibilización para promover el crecimiento y que algunos también incrementen el estímulo fiscal. Dado que aún poseen fundamentos relativamente fuertes, las perspectivas del sector asegurador en los mercados emergentes se mantienen robustas. La creciente clase media creará un número mayor de bienes asegurables y, consecuentemente, un margen de entrada a la industria aseguradora para servirles a individuos que adquirirán una póliza de seguro por primera vez. También hay ciertos factores propios de la industria, como la introducción de buenas prácticas en la regulación, las mejoras en el acceso al mercado, las primeras etapas de adopción de nuevas tecnologías, el proceso de urbanización y el impulso para incrementar la inclusión financiera, que seguirán apoyando el desarrollo de la industria de seguros.
Fernando Casanova Aizpún es Senior Economist en Swiss Re Institute.