La propagación del SARS-CoV-2 ha generado que industrias y compañías de todos los tamaños enfrenten un sinfín de nuevas amenazas que indudablemente provocan un escenario financiero enrarecido, así como la irrupción de nuevos riesgos; sin embargo, aquellas organizaciones que logren instrumentar el teletrabajo como una práctica corporativa integral para reinventar sus modelos de negocio tendrán la posibilidad de evolucionar y despuntarán en un mercado que será incluso mucho más competido una vez que se disipe la pandemia de COVID-19.
Así lo afirmó Beatriz Ferreira Docampo, directora para Latinoamérica de Opinno, firma consultora especializada en innovación, en entrevista con El Asegurador, en la que indicó que la situación que experimenta un porcentaje considerable de las empresas en México, derivada de las medidas de confinamiento para tratar de frenar la propagación de la COVID-19, es inédita y le inyecta presión a sus índices de rentabilidad; no obstante, señaló, en lugar de que la alta dirección se lamente, es recomendable que vean la difícil coyuntura como un suceso positivo que les permitirá dar un paso al frente, de modo que transformen sus métodos colaborativos y mejoren su propuesta de valor.
“La pandemia de COVID-19 orilla a las organizaciones a apostar por la reinvención de sus procesos. En tal sentido, el teletrabajo tendría que ser piedra angular de la tan ansiada transformación corporativa. Lo más importante en este punto de inflexión que vivimos es que las empresas logren instrumentar protocolos, métricas y objetivos, ya que ésa es la ruta para que el trabajo a distancia las ayude a sortear la difícil situación sanitaria; pero, más importante aún, es un factor que les permitirá ensamblar equipos multidisciplinarios realmente productivos, una estrategia que derrumbará la creencia que sostiene que la deslocalización es una barrera”, explicó Ferreira Docampo.
De acuerdo con la directora de Opinno para Latinoamérica, el teletrabajo en la actualidad es un compromiso ineludible desde el punto de vista corporativo. Ferreira Docampo destacó que la pandemia de COVID-19 tomó por sorpresa a muchas empresas, las cuales no contaban con planes de continuidad de negocios; sin embargo, agregó, el episodio sanitario es un parteaguas que generará que las empresas que apuesten por la adaptación y la agilidad no se aparten de la senda del crecimiento, incluso en situaciones complejas, como la inevitable recesión económica que ya golpea al planeta.
“Las empresas que nunca se habían planteado la posibilidad de poner en marcha el teletrabajo descubrirán que éste es una metodología que en ocasiones genera que los colaboradores sean mucho más productivos, sin perder de vista que se abaten aspectos desventajosos, como el ausentismo. Los beneficios están comprobados, por lo que, una vez que el confinamiento culmine, los directivos tendrían que hacer una evaluación de lo que funcionó y poner en marcha aquellas estrategias que dieron frutos. Así, podrían ir virando hacia un modelo deslocalizado, en el que empezarán a adentrarse en el futuro corporativo, que no es otro sino el de organizaciones sin oficinas físicas y con una red de trabajadores interconectados”, amplió Ferreira Docampo.
Y es que, según la experta en capital humano, las organizaciones no tienen otra opción, una vez que el aparato productivo se reactive, más allá de diseñar estrategias que les permitan crear modelos de negocios mucho más sostenibles. Dicha aspiración, indicó, solo se conseguirá por medio de una mayor integración de todos sus colaboradores, ya que así mitigarán la afectación económica que provocará la crisis sanitaria y lograrán mantener los márgenes de utilidad.
“Todo el escenario sanitario y económico actual obliga a las organizaciones a poner su atención en la movilidad laboral. Reitero, las empresas deben empezar a probar fórmulas y herramientas nuevas, con lo que se demostrará que los colaboradores con habilidades pueden cumplir objetivos, pese a la difícil situación que se vive y se avizora”, sostuvo Ferreira Docampo.
Delimitar la rutina, la clave del trabajo desde casa
En otro punto de la conversación, Ferreira Docampo se refirió a las claves que permiten que el teletrabajo no ponga en riesgo la productividad de las empresas. Al respecto, precisó que delimitar la rutina es una apuesta obligatoria para las organizaciones que abrazan dicha metodología.
“El aislamiento social con el paso de los días ocasionará que la jornada laboral en casa sea mucho más cuesta arriba, por lo que es indispensable tener delimitada la rutina. Además, es vital que se determine el espacio idóneo dentro del domicilio para llevar a cabo las tareas, así como detectar las áreas de descanso y distribuir los tiempos, puesto que muchas veces se comete el error de extender las jornadas por horas y hasta saltarse las comidas”, puntualizó la directora de Opinno para Latinoamérica.
La comunicación, continuó Ferreira Docampo, es otro factor que debe imperar en las organizaciones para conseguir que el teletrabajo arroje buenos dividendos. Además, advirtió, más allá de la lejanía física y la interacción digital, los líderes corporativos no deben apartarse de dos prácticas fundamentales, que son la empatía y la motivación de cada uno de los miembros de su equipo.
Por último, la ejecutiva de Opinno insistió en que en una época de teletrabajo tan masivo como la que se vive hoy en día las organizaciones no deben subestimar los alcances de los protocolos y la coordinación gerencial. Por si fuera poco, agregó, deben tener apertura para abrazar el cambio y estar dispuestos a romper viejos paradigmas; empero, detalló, también la cordialidad, el entendimiento y la tolerancia entre la alta dirección y los colaboradores deben considerarse cuando pretendemos optimizar el trabajo a distancia.
“Hay que centrar esfuerzos para que los vínculos no se rompan. Una estrategia que funciona muy bien estriba en establecer un café virtual. Se trata, en suma, de una reunión digital que solo nos tomará 15 minutos al día para que todos los colaboradores participen en una videoconferencia en la que tratarán temas no relacionados con el trabajo. En síntesis, el teletrabajo es un desafío que nos obliga a pensar diferente; pero, si lo aprovechamos, también nos permitirá estar mejor preparados como organizaciones una vez que la emergencia sanitaria se supere”, finalizó Ferreira Docampo.