La sucesión de acontecimientos inesperados de gran efecto social considerados extremadamente atípicos (pandemia, cierres de las economías, guerra en Ucrania) están alterado radicalmente la gestión de riesgos en las empresas, por lo que éstas deberán transformar su manera de afrontarlos para lograr solventarlos dentro de un entorno cambiante, señala la Encuesta Mundial de Riesgos 2022, elaborada por (PricewaterhouseCoopers (PwC).
El documento de referencia realizó 3,584 entrevistas a directivos de todo el mundo pertenecientes a empresas de 10 sectores, entre ellos el financiero, el cual destaca que la inestabilidad de los mercados, los nuevos modelos de negocio, los ciberataques, los cambios externos y las cuestiones geopolíticas son las cinco grandes amenazas que enfrentan las compañías en 2022, y que pueden repercutir directamente en su capacidad para generar ingresos.
Sin embargo, se agrega, el peso de estos riesgos varía en función del sector de actividad en la que se encuentren, pero más allá de recoger cuáles son los peligros más acuciantes, el informe incluye una serie de lecciones aprendidas para las empresas, que PwC destaca a continuación:
1. Gestionar los riesgos desde el minuto uno e informar a los órganos de decisión. El entorno en el que se mueven las empresas no es estático y está en cambio constante, y la gestión de riesgos de las compañías debería adaptarse a este contexto. Para ello, es fundamental que las organizaciones cuenten con los datos y los análisis en tiempo real que sustenten una toma de decisiones informada.
Un 39 por ciento de los directivos encuestados en el estudio asegura que, consultar desde el primer momento a los profesionales responsables de riesgos de sus compañías les hace tomar medidas más adecuadas, y 79 por ciento reconoce que uno de los principales desafíos a los que se enfrenta es el de ser capaces de mantener el ritmo de la digitalización.
2. Contar con una visión general de todos sus riesgos. Para monitorizar y medir los riesgos, las compañías necesitan contar con indicadores adecuados que sirvan como señales de aviso y que permitan a la dirección poner en marcha las acciones y las estrategias necesarias para mitigar estas amenazas.
El 65 por ciento de los encuestados está aumentando sus inversiones en tecnologías especializadas en la gestión de riesgos, y tres de cada cuatro tiene previsto incrementar sus presupuestos en herramientas de análisis de datos y de automatización de procesos.
3. Fijar cuál es el perfil de riesgo de su compañía y utilizarlo como una ventaja competitiva. Determinar el nivel de peligro que está dispuesta a asumir la empresa es fundamental a la hora de acometer nuevas oportunidades de negocio y de crecimiento. Sin embargo, solo 22 por ciento de los directivos son conscientes de los beneficios que esto supone.
Otro aspecto importante es promover una cultura de riesgos dentro de la compañía que ponga a toda la organización en alerta ante posibles amenazas. Un 56 por ciento asegura que sus empresas están trabajando para potenciar este aspecto.
4. Duplicar esfuerzos en los riesgos más relevantes. Las principales amenazas a las que se enfrenta una empresa están interconectadas y pueden amplificarse entre sí. Por ejemplo, una brecha de seguridad en los sistemas es muy probable que acabe por desencadenar riesgos operativos, operacionales o reputacionales.