En la publicación SONAR 2017, documento que edita Swiss Re, se presentó el artículo Bichos en marcha: subestimando las enfermedades infecciosas, que aseveraba: “La pregunta no es si aparecerá otra enfermedad infecciosa mortal, sino cuándo y qué tan bien está preparada la sociedad para hacerle frente”. También refería que el potencial de daño era alto. Hoy la respuesta a tales interrogantes -de acuerdo al estudio- es que “probablemente sí y no”; ya que el alcance de las afectaciones a las economías, mercados financieros y sociedades y de las medidas de contención impuestas para detener la propagación del virus probablemente se subestimó.
Así lo establece el informe SONAR 2020, elaborado por Swiss Re, publicado mientras el mundo lidia con las graves repercusiones de la pandemia. La crisis de COVID-19 está en curso y genera mucha incertidumbre, y las señales de advertencia estaban allí. ¿Se subestimó la amenaza de pandemia? La industria de reaseguro había tenido una amenaza pandémica en su pantalla de radar.
La pandemia ha provocado muchos efectos a corto plazo, no todos completamente anticipados; algunos más bien podrían tener efectos a largo plazo. Por ejemplo, con conectividad en línea, trabajar desde casa ha sido durante largo tiempo una opción para muchos empleados de oficina. En los tiempos de confinamiento por la COVID-19, esto se ha convertido en la norma.
Y es muy probable que la teleconferencia, por ejemplo, siga siendo una práctica estándar después de que se levante el aislamiento social. Las reuniones basadas en la web ayudan a las empresas a ahorrar grandes gastos de viaje y espacio de oficina y a reducir su huella de carbono, pero también pueden acarrear otros riesgos aún imprevistos.
El informe de la reaseguradora suiza dice también que a principios de año la agenda política y la discusión en los medios estaban dominadas por el cambio climático. La atención se desplazó a la COVID-19. Sin embargo, la adaptación a los riesgos climáticos y la transición a una economía baja en carbono con oportunidades y riesgos relacionados para la industria de seguros siguen siendo cruciales. A raíz de la COVID-19, los sectores público y privado deben centrarse tanto en la salud global como en el cambio climático.
El reporte añade que los últimos meses han demostrado la enorme importancia que reviste la gestión de riesgos con visión de futuro. La conciencia del riesgo es cada vez más relevante como requisito. SONAR contribuye a esa conciencia del riesgo e inspira el diálogo. Mantener un diálogo global sobre exposiciones y tendencias en evolución ayudará a prepararnos mejor para el panorama de riesgos que se presentará en el futuro.
“El panorama de riesgo actual es complejo y siempre está en un estado de cambio. Los cambios rápidos dan lugar a riesgos emergentes o de nuevo desarrollo, que son difíciles de cuantificar y que pueden tener un gran efecto en la industria de seguros”, indica la publicación.
Por otro lado, el informe SONAR observa que las tendencias macro existentes se dividen en categorías interrelacionadas de medio ambiente, es decir, sociales, políticas, competitivas y comerciales, así como entornos tecnológicos y naturales.
Además, el análisis destaca los temas generales que presentan fuerte interdependencia entre ciertas tendencias macro, que al mismo tiempo reflejan la realidad actual y que se espera que moldearán el futuro de la industria.
A continuación, una perspectiva de cada uno de ellos:
Ambiente social
· Creciente clase media.
· Longevidad e innovación médica radical.
· Sociedad conectada y colaborativa.
· Migración masiva y urbanización.
· El futuro de las brechas de trabajo y talento.
· Aumento de la desigualdad social y los disturbios.
Ambiente político
· El sector público traslada el riesgo al sector privado.
· Proteccionismo y regulación fragmentada.
· Nacionalismo creciente.
· Inestabilidad de los sistemas geopolíticos y económicos.
· Ambiente de bajo rendimiento y riesgo de inflación.
Entorno tecnológico y natural
· Cambio climático y escasez de recursos.
· Cambio estructural de la producción, distribución y consumo de energía.
· Expansión masiva de riesgo digital y cibernético.
· Los datos como un activo.
· Aplicación de tecnología como juego de eficiencia.
· Tecnologías digitales disruptivas.
· Transporte autónomo y robótica.
Entorno competitivo y comercial
· Reagregación y desagregación de la cadena de valor del seguro.
· Aumento del reaseguro garantizado.
· Asociaciones estratégicas con compañías e instituciones no aseguradoras.
· Campeones regionales se vuelven globales.
· Incremento de la interacción digital con el cliente.