Mucho hemos escuchado en este negocio sobre lo noble y lucrativa que es la actividad aseguradora. De hecho, esto es parte importante de lo que a muchos de nosotros nos hizo tomar una decisión: precisamente el hecho de poder ganar por comisión, más ciertos bonos, y analizar lo que puede ser nuestra cartera dentro de 10, 20 o 30 años.
Hacemos los números y vemos el estilo de vida que llevan muchos agentes consolidados, y decimos: “Sí quiero”.
Sin embargo, se habla muy poco de la responsabilidad que implica este negocio; del enorme riesgo en el que puedes poner a un cliente por algún error (tuyo o del equipo). Si bien siempre he dicho que la administración y cobranza son una responsabilidad que sin duda tiene el cliente, soy de la idea de que parte de un servicio de primer nivel es dar un seguimiento excepcional y ayudarle a él a que este proceso sea lo más sencillo posible.
Algunas veces no ayuda mucho la misma compañía aseguradora, que no hace notificaciones oportunas de intentos de cobro. Y mucho menos los bancos, porque se tienen cada vez más complicaciones y candados en las tarjetas de crédito, débito, digitales, etcétera, con el objetivo de evitar fraudes. Sin embargo, aun así, me siento responsable de que cada póliza se pague oportunamente y sin contratiempos.
Suena tan sencillo… pero nadie me dijo que, cuando tu despacho es multimarca y multirramo, la complejidad para administrar todas las pólizas incrementa de manera importante. No solamente hay que estudiar mucho más; hay que dominar muchos portales, condiciones, procesos, etcétera; estar revisando que mes con mes todas las pólizas estén pagadas, y al mismo tiempo gestionar emisión de pólizas nuevas, trámites de servicio, siniestros y por supuesto actividades de prospección.
Quizá muchos de los que hemos crecido en este negocio hemos ido aprendiendo sobre la marcha, con experiencias y acercándonos a quien nos puede orientar, cosa que a veces no considero tan sencilla, pues todos estamos siempre bastante ocupados.
Tres claves que pueden ayudarte son:
· Acércate a quien ya lo hizo: permanece cerca de personas a las que admiras y te puedan apoyar.
· Haz alianzas: únete a personas que vendan otros ramos y en otras compañías. Esto siempre va a facilitar la administración, y compartir comisiones es una gran idea.
· Forma un equipo administrativo sólido: no vas a poder hacer todo solo si quieres seguir creciendo. Contrata poco a poco a personas con la misma visión de servicio que tú posees y a quienes puedas ir enseñando la administración si es que no están en el sector.
Sin embargo, mucho ojo: nunca descuides tu negocio. Dicen que al ojo del amo engorda el caballo”. En un negocio tan sensible como éste más importante aún me parece permanecer cerca, delegando pero sin descuidar el seguimiento y la atención a los clientes.