Sistemas de salud de países de LAC, con menos recursos y capacidad que el resto de la OCDE para enfrentar la COVID-19

El Asegurador

 

De acuerdo con un reporte divulgado por la Organización  para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), elaborado en conjunto con el Banco Mundial, los sistemas de salud en Latinoamérica y El Caribe (LAC) tienen menos recursos y capacidad que los países del organismo para enfrentar la pandemia de COVID-19. 

Esto significa que la región tiene un promedio de dos médicos por cada 1,000 habitantes, y la mayoría de los países están muy por debajo del promedio de la OCDE de 3.5, con solo Cuba, Argentina y Uruguay registrando más. 

El análisis detalla que el gasto en salud en Latinoamérica y el Caribe (LAC) fue de aproximadamente 1,000 dólares por persona en 2017, solo una cuarta parte de lo que se gastó en los países que integran el organismo (ajustado por el poder adquisitivo). Al mismo tiempo, la capacidad de los sistemas de salud es considerablemente menor, incluida la habilidad de proporcionar acceso a servicios de buena calidad a los grupos más vulnerables. 

El informe de la OCDE revela que, además, queda mucho por hacer para mejorar la eficiencia, la efectividad y el buen uso del gasto en salud. Si bien LAC está luchando por responder a los principales desafíos de la pandemia de COVID-19, se necesita una seria reflexión no solo sobre cómo asegurar más fondos sino también sobre cómo gastar mejor los recursos en salud.

El estudio El Panorama de la Salud: Latinoamérica y el Caribe 2020 plantea que el gasto total en salud en los países de LAC corresponde a un 6.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), inferior al 8.8 por ciento en los países de la OCDE. Es decir, el gasto varió entre  1.1 por ciento en Venezuela hasta 11.7 por ciento en Cuba y 9.2 por ciento en Uruguay en 2017.

El análisis del organismo internacional establece también que el gasto de salud por esquemas gubernamentales y seguros de salud obligatorios representan un promedio de 54.3 por ciento del gasto total en salud en LAC, significativamente menor que 73.6 por ciento en la OCDE. 

Añade, asimismo, que esto muestra que los sistemas de salud en la región dependen en gran medida del gasto de bolsillo o de seguros privados complementarios de los hogares. Esto es, Honduras, Haití y Guatemala tienen las mayores proporciones de gasto privado, mientras que Cuba y Costa Rica tienen las más bajas.

El análisis refiere también que el número promedio de camas hospitalarias en LAC es de 2.1 por 1000 habitantes; es decir, menos de la mitad del promedio de la OCDE de 4.7. Barbados, Cuba y Argentina tienen más camas hospitalarias que el promedio de la OCDE, mientras que el stock está por debajo de una cama hospitalaria por cada 1,000 habitantes en Guatemala, Honduras, Haití, Venezuela y Nicaragua. 

Además, según los datos recopilados justo antes de la pandemia de COVID-19, en promedio solo habían 9.1 camas de UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) por 100,000 habitantes en 13 países de LAC, lo cual es mucho más bajo que las 12 camas UCI en promedio en países de la OCDE. Asimismo, Brasil, Uruguay y Argentina están por encima del promedio de LAC, mientras que las tasas más bajas se observan en Costa Rica y El Salvador.

Asimismo, El Panorama de la Salud: LAC 2020 destaca que la asignación deficiente del gasto en salud está desacelerando -si no deteniendo- el progreso hacia la cobertura universal de salud en LAC. Por ejemplo, el menor desarrollo de sistemas de información de salud son un impedimento importante. 

En 22 países de LAC, un promedio de 10 por ciento de todas las muertes nunca se informan en las bases de datos de mortalidad pública. Esto significa que a menudo falta una imagen confiable de la salud de la población. Además, según el Barómetro Global de la Corrupción, 42 por ciento de los encuestados en 12 países de LAC consideraba que habían problemas de corrupción en el sector salud. 

Por otra parte, la mayoría de los países de LAC tienen un sistema de salud fragmentado con subsistemas paralelos que tienen mecanismos múltiples y superpuestos de gobernanza, financiamiento y provisión de servicios, lo que dificulta dirigir los recursos hacia donde más se necesitan de manera eficiente.

El informe también destaca cómo la calidad de la atención en LAC es a menudo deficiente. Revela que 12 de los 33 países de LAC no alcanzan los niveles mínimos de inmunización recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para prevenir la propagación de la difteria, el tétanos y la tosferina (90 por ciento de la población objetivo) y 21 de los 33 no logran este objetivo para el sarampión (95 por ciento de la población objetivo). 

Esto indica -señala el reporte- las dificultades que probablemente tendrán los países para hacer que una futura vacuna COVID-19 esté disponible para toda la población. Entre los seis países de LAC con datos disponibles, las mujeres con diagnóstico temprano de cáncer de mama tenían una probabilidad de 78 por ciento de sobrevivir al menos cinco años, mientras que la probabilidad de sobrevivir en población adulta de cáncer de colon era de 52 por ciento y para el cáncer de recto era de 46 por ciento, todas muy inferiores a las tasas de supervivencia del 85, 62 y 61 por ciento, respectivamente, observadas en los países de la OCDE.

Finalmente, el estudio identifica los factores de riesgo clave para una mala salud en LAC: 8 por ciento de los niños menores de 5 años y 28 por ciento de los adolescentes tienen sobrepeso. Esta cifra aumenta a más de 53 por ciento entre los hombres adultos y a más de 61 por ciento entre las mujeres adultas. 

La obesidad aumenta el riesgo de enfermedades crónicas y también puede provocar complicaciones y la muerte en pacientes infectados por COVID-19. Además, casi uno de cada cuatro hombres y cerca de una de cada diez mujeres de 15 años o más fuman diariamente. Las tasas de tabaquismo entre los niños de entre 13 y 15 años son de 15 por ciento para los niños y del 12 por ciento para las niñas. Aunque el consumo promedio de alcohol en LAC es más bajo que en la OCDE, aumentó en 3 por ciento entre 2010 y 2016. Casi 35 por ciento y 22 por  ciento de los accidentes de tránsito entre hombres y mujeres, respectivamente, se pueden atribuir al consumo de alcohol.

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