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La propuesta de llevar a cabo una reforma integral de pensiones a  mitad del sexenio luce comprometida. Esto se debe a que lo planteado hasta ahora no se avizora como un plan que ofrezca soluciones sustentables y de acción inmediata para revertir la enorme crisis pensionaria que experimenta México.

Éstas son las consideraciones que sobre la reforma pensionaria que pretende impulsar la Administración Federal  compartieron en entrevista con este medio Salim Afiune Sawaya, Rodrigo Corominas Etchegaray y Roberto Rocha López, respectivamente presidente, vicepresidente y expresidente de la Asociación Mexicana de Actuarios Consultores, A. C. (AMAC).

En la conversación, los actuarios especialistas en el tema de retiro  advirtieron que la idea de aumentar las aportaciones tripartitas (esto es, las que periódicamente ponen sobre la mesa Estado, patrón y trabajador)  no resolverá de fondo el panorama pensionario del país ni otorgará los rendimientos suficientes que requieren los adultos mayores una vez que éstos culminen  su ciclo laboral.

Los miembros de la AMAC mostraron preocupación respecto a la posibilidad de que el jefe del Ejecutivo Federal modifique la actual plataforma pensionaria. En tal sentido, indicaron que, de concretarse, dicha reforma debe ir más allá de simplemente un  aumento en las aportaciones de los beneficiarios. Incluso alertaron que el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) es un mecanismo en el cual se acumulan recursos; sin embargo, no sustituye a una jubilación, es decir, es un complemento al dinero que ahorra el aforado de cara a la vejez.

Cuando Afiune Sawaya tomó la palabra, indicó que, dependiendo de cómo se instrumente la reforma pensionaria y de los acuerdos que se puedan alcanzar, se corre  el riesgo de desincentivar a los empresarios como consecuencia de un aumento abrupto de las contribuciones. Esta situación, añadió, podría revertirse si se lleva a cabo   un análisis profundo, estadístico, demográfico y actuarial que permita diseñar un sistema justo para todas las partes interesadas.    

“Digamos que, si la reforma se hiciera  en partes o no se llevara a cabo de forma consensuada, convocando a especialistas, correríamos el riesgo de que flagelos como la economía informal no se reviertan. Peor aún, existiría la penosa posibilidad de que no se creen  nuevos planes de pensiones privados en las empresas, por lo que indubitablemente nos encaminaríamos a convertirnos en un país de ancianos pobres. En definitiva, es indispensable que se impulse una reforma bien pensada y sustentada que logre que Estado, empresarios y trabajadores obtengan los mejores incentivos”, argumentó el presidente de la AMAC.

Empresarios, eslabón vital en la discusión

Entretanto, Corominas Etchegaray  puntualizó que, más allá de los acuerdos que se puedan alcanzar en el marco del debate de la gran reforma pensionaria, los empresarios deben asumir una función  mucho más protagónica que en el pasado para incentivar al trabajador durante toda su etapa productiva mediante esquemas integrales de ahorro.    

“Es necesario que el empleador realmente cree esquemas que les  otorguen a sus colaboradores mayores beneficios. Esto no necesariamente implica mayores costos;  de ahí que los patrones deban elaborar programas que tengan como piedra angular la seguridad social”, explicó Corominas Etchegaray.

El vicepresidente de la AMAC  planteó que compensaciones de este tipo pueden llegar a cubrir alrededor de  20 por ciento del último salario del colaborador. “Si comparamos los rendimientos estimados que se han realizado con base en la nueva Ley del Seguro Social, que incluye  a las afores, dichas instituciones financieras otorgan tasas de reemplazo de entre 25 y 30 por ciento. Por lo tanto, los planes privados de pensiones no son poca cosa, y es una práctica que se debe seguir impulsando y que no puede quedar   fuera de la discusión que atañe a la reforma pensionaria”.

El SAR no es la solución

Por su parte, Rocha López precisó que la historia confirma que el desempeño de las afores ha sido razonablemente positivo en cuanto a la acumulación voluntaria de recursos; no obstante,  advirtió, debe dejarse claro de una vez por todas que esta plataforma no sustituye a un sistema de pensiones.

“Las afores han hecho su parte. Creo que sí pudo ser un   instrumento mejor, sobre todo por las comisiones que han cobrado durante sus años de operación. Ahora bien, las afores solo son cuentas de ahorro, y para que   durante la etapa de retiro se brinde lo acumulado hay que adquirir una renta vitalicia que opera por medio de un fondo mutuo. Este fondo se ocupa de otorgar una pensión determinada con base en el  monto acumulado durante los años en que el beneficiario aportó recursos de forma voluntaria”, explicó Rocha López.

El expresidente de la AMAC  fijó su posición respecto a la posibilidad de que se sigan  los pasos de Chile al transformar el actual sistema pensionario nacional. Sostuvo que analizar con detalle las experiencias de otras latitudes puede generar una perspectiva enriquecedora para llevar a cabo los ajustes necesarios que requiere el país para resolver todo lo referente al ahorro y el retiro;  expresó, sin embargo, que la iniciativa que logre ver la luz debe ser hecha por los mexicanos y para ellos, adaptada a nuestra realidad socioeconómica y diseñada bajo estrictos parámetros actuariales.

“No está mal voltear a ver el ejemplo del país suramericano;  no obstante, si se analiza con detalle la forma en la que ellos llevaron a cabo su reforma, nos toparemos con que los beneficios ideados estuvieron muy acotados y focalizados en  proveer seguridad social al adulto mayor en el momento de su jubilación. Entonces, para nuestro caso particular, debemos desarrollar una estructura que permita que el anciano deje de preocuparse por lo que va a devengar monetariamente cuando finalice  su vida laboral”, dijo el expresidente de la AMAC.

Por último, Rocha López reiteró que México debe avanzar sin titubeos hacia una   reforma integral de pensiones de gran calado. Para lograrlo, añadió, es vital que se logre ensamblar un sistema coherente y financieramente viable cuya estructura refleje que  se consultó y tomó en cuenta la opinión del especialista en esta área, es decir, el gremio actuarial.

“Necesitamos un equilibrio entre lo  económico, lo social y lo laboral. Cuando la historia nos pone enfrente  una coyuntura como ésta, no podemos cometer el error de llegar a consensos que tengan como raíz la ocurrencia. El escenario actual   orilla a políticos, demógrafos, economistas y actuarios a debatir con altura, puesto que ya no podemos seguir dilapidando el dinero de los mexicanos. En conclusión, el tema de la seguridad social nos concierne a todos;  por eso hay que velar por el buen uso de los recursos, para que así haya garantía y podamos cumplir con el objetivo de reivindicar al adulto mayor mexicano”, cerró Rocha López.

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