Hace algunos días, antes de finalizar este mes de octubre, se cristalizó uno de los más grandes sueños profesionales para un amigo muy querido que hoy dirige esta casa editorial. En un afán de hacer una reseña del evento y de algunos elementos que seguramente escaparán a quienes hayan asistido y a los que escuchen hablar de él, ofreceré una opinión muy personal sobre los elementos de inspiración empresarial que dieron lugar a uno de los acontecimientos que seguramente marcarán un antes y un después en la historia del sector asegurador en México.
Por supuesto que me refiero a la primera edición del evento denominado MDRT Day México. Esta cumbre, con sus variantes nominales según cada región, es un ejercicio que lleva a cabo la organización mundial Million Dollar Round Table en diversos países del mundo para acercar la experiencia de la reunión anual que celebran en Estados Unidos y Canadá. Para ello convocan con reglas muy bien definidas respecto a indicadores de ventas y valores fundamentales a los llamados asesores de élite de la intermediación de seguros de Vida en el mundo entero.
Cabe señalar que, para que conozcan la importancia de esta organización y su peso en el concierto internacional, pero sobre todo para que se familiaricen con sus valores fundamentales, los invito a observar su sitio web www.mdrt.org y percatarse de sus principales elementos de influencia, sin dejar de lado sus conceptos de Whole Person (persona íntegra) y su fundación de apoyo social, que junto con su gran representatividad han hecho de ella una institución admirable y de enorme repercusión mundial, lo que mucho bien le hace al estar fundada en un país tan controvertido hoy en día por muchas de sus posturas y acciones contra el entorno.
Todo comienza, como siempre, con un sueño
Mi querido amigo César Rojas Rojas comenzó a asistir a dicha reunión, ya desde hace más de 10 años, como reportero y representante del medio editorial que hoy dirige; y, aunque en aquel entonces su juventud tal vez no le permitía vislumbrar el alcance de su sistemática asistencia más allá de cumplir con la tarea informativa encomendada, poco a poco fue conociendo y, me atrevo a decir, enamorándose de lo que en dicha reunión anual sucedía; pero sobre todo estuvo siempre atento a aquello con lo que las distintas delegaciones de asistentes de nuestra patria también comenzaron a contribuir en diversos paneles, conferencias, eventos sociales y proyectos estratégicos de la institución, redactando con ello en un principio maravillosos reportajes en el periódico y luego confeccionando un libro en toda regla. Con sus experiencias en estos y otros eventos, César Rojas logró compilar cientos de ideas utilísimas para el trabajo de los promotores y agentes en el sector asegurador mexicano.
Recuerdo muy bien cuando, a raíz de su asistencia al evento mencionado, y con la experiencia que ya había yo compartido con su padre, don Genuario Rojas Mendoza, sobre la convocatoria a agentes en diversas plazas de la república mexicana durante varios años, surgió la idea de generar un tipo de foros regionales, inéditos en este país, para congregar a los asesores de seguros y fianzas basándose en un modelo muy similar a los de la MDRT, con la intención de preparar a los productores en los ámbitos personal, empresarial y de ventas y contribuir de esa manera a su desarrollo integral como personas.
El proyecto fue todo un éxito en su implementación, y hoy ha cumplido ya su ciclo natural de vida al evolucionar. Confieso que algún día me pareció un sueño tal vez lejano e imposible lograr que su empresa organizara en México un evento de la mano de la MDRT. Y hoy ese sueño ya fue una realidad.
Se vale soñar.
Todo lo que inviertes en tus sueños
Como suele suceder con los sueños de todo emprendedor, éstos van creciendo y tomando forma a medida que la experiencia, la madurez y sobre todo la inversión de recursos (y, dentro de ellos, el más valioso: el tiempo) se van abriendo paso. Y así, con cada asistencia de César al magno evento mundial, más se acrecentaba la posibilidad de aquel sueño que hoy pudo ya ser una realidad.
César vivió en aquellas coberturas informativas anécdotas variadas, algunas divertidas y otras retadoras, como la ocasión en que no consiguió lugar en un hotel de la ciudad sede y tuvo que recurrir a llamadas, tips y literalmente a la suerte para no pernoctar en algún parque público (mera broma), y todas las que guardará en el corazón de cada evento al que asistió, pues invirtió una cantidad grande de esfuerzos como persona y como empresa y aprendió técnicamente y sobre el terreno acerca de los estándares de calidad que una institución de orden mundial exige.
Espero que ahora sea un ejemplo muy significativo para todos en el sector saber que invertir recursos y tiempo llega a dar fruto si a éstos se suma la calidad humana que lo caracteriza y que lo lleva a tener un dominio muy amplio de las relaciones públicas necesarias para ganar la confianza de propios y extranjeros en la posibilidad de organización y ejecución de un proyecto de tal magnitud.
Por último, en este apartado no dejaré de mencionar la confianza y la discreción de César para ir desvelando solo en ciertos momentos los avances que iba logrando en este sueño y la emoción con la que un día me lo confesó aún como un tema por lograrse, y la alegría al confirmarse, para luego pasar al nerviosismo de la espera ante la organización y todos los avatares que ello representó.
La gran obra es servir sin ser visto
Así llegó el día 24 de octubre, en el que, luego de que concluyó una bienvenida musical muy bien interpretada, en un salón colmado por más de 850 personas entre asistentes y equipo organizador, su voz (en off) anunció a las 8:45 horas en un discurso breve, concreto y afortunadamente real:
“Buenos días. Sean bienvenidos al primer MDRT Day México”.
Y así, sin más, quedamos todos absortos ante las pantallas gigantes y luminosas para observar cómo surgían imágenes de un hermoso país que incluían rostros de nuestros compatriotas, trajes regionales, sitios hermosos y paisajes de ensueño, enmarcados en un ambiente musical excepcional, para luego, durante todo un día, disfrutar de los temas que seguramente serán reseñados en esta y otras ediciones del periódico.
Para finalizar esta narración, me referiré tan solo a lo que para mí fue la aportación más valiosa de mi amigo y la muestra de que su madurez personal y empresarial ha llegado para quedarse: la coordinación del equipo, que fue excelente; los tiempos, las amenidades, todo el personal de apoyo; la comida, los lugares, el sonido y sus afinaciones; el maravilloso lucimiento de la institución internacional; la confianza de todos los conductores y expositores; la felicidad en la sonrisa de su padre, el rostro de orgullo de su pareja y de todos los amigos que lo queremos; la gratitud de las personalidades extranjeras que nos acompañaron; la sonrisa de satisfacción de los patrocinadores del evento y, sobre todas las cosas, los comentarios de los asistentes a la ceremonia de clausura.
Sí, todos sabemos que esto fue el fruto del trabajo duro y preciso de dos instituciones respetables; pero muy dentro de mí, al darle un abrazo fuerte al final de la jornada, supe y sentí una vez más en la vida, pero ahora en la figura de un amigo entrañable y cercano, que los sueños se cumplen y que la mayor muestra de sencillez y humildad es no notarse.
Felicidades, César Rojas Rojas. Lo mejor de lo mejor está por venir.
Eres un ejemplo de inspiración empresarial.