Rosa Meneses Morales, directora de la oficina Oaxaca de Quálitas Compañía de Seguros, nunca imaginó que su pasión y amor por los seguros se construiría en un abrir y cerrar de ojos cuando hace 23 años incursionó en una industria que categóricamente era dominada por hombres. Sus primeros pasos, en Seguros Tepeyac, los recuerda con brillo en los ojos, como aquel que rememora su primer gran amor.
En entrevista con El Asegurador, Meneses Morales detalló que su iniciación en los seguros le generó desde los primeros instantes una adrenalina que jamás había experimentado en su vida. Literalmente se enamoró del oficio y de la operación que se lleva a cabo en el seno de las instituciones de seguros.
“Yo empecé emitiendo pólizas de Gastos Médicos. En aquel entonces, el director de Seguros Tepeyac (actualmente Mapfre) era José Luis Llamosas. Fue toda una experiencia. Su humanidad labró mi pasión por los seguros. Era inspirador verlo caminar por la empresa atendiendo a todos los colaboradores siempre con una sonrisa. Aprendí, gracias a esos ejemplos, que para estar al frente de una empresa y conseguir que se generen buenos resultados es obligatorio que se trabaje con un gran sentido de humanidad”, explicó Meneses Morales.
Durante sus primeros años en la industria aseguradora, Meneses Morales cursaba estudios de finanzas. Ella siempre apostó por el trabajo duro y la dedicación para ir moldeando su perfil profesional, dejando a un lado creencias asociadas a la juventud y la inexperiencia; de ahí que siempre estuviera abierta a asumir nuevos retos y a aprovechar las ventanas que se abrieran, sin importar su corta edad.
“Casualmente, la empresa pasó por una reestructuración, y se abrió la vacante para ser asistente del director y subdirector de la compañía. No lo dudé ni un segundo y me postulé, porque sabía que ésa sería una oportunidad inigualable para adquirir experiencia en temas gerenciales. Tuve la suerte de ser seleccionada, y eso fue algo que me ayudó mucho. Acumulé una experiencia inigualable y absorbí conocimientos de la mano de directivos gracias a que el miedo no doblegó mis intenciones”, abundó nuestra entrevistada.
Como todo joven, Meneses Morales soñaba con comerse el mundo. Al terminar la carrera, deseaba ganar más. Se le presentó la oportunidad de incursionar en una trasnacional de origen estadounidense enfocada en el giro de la pastelería. Aquella infidelidad, añadió Meneses Morales, solo duró ocho meses. Recuerda que su remuneración económica en dicha empresa era mayor, pero su amor por los seguros no la dejaba disfrutar dicha experiencia.
Meneses Morales contó que solo deseaba volver a la industria aseguradora. Estaba decidida a regresar, sin importar que tuviera que empezar desde abajo. Y un buen día recibió la llamada telefónica que significó un punto de inflexión en su vida.
“Recibí una llamada desde Mapfre, realmente como caída del cielo. Me dijeron que estaban reestructurando el área de Autos y que necesitaban a una persona que se encargara de ayudar al director general. Afortunadamente me seleccionaron, y aquéllo fue increíble para mí, porque no estaban permitidos los reingresos”, narra Meneses Morales.
A su regreso, Meneses Morales percibió que la empresa era otra. Atrás había quedado Seguros Tepeyac. Un gigante internacional de los seguros lo había absorbido. Las reglas eran otras. Incluso se topó con una de las desventajas a las que se enfrentó desde el principio: el hecho de ser mujer. “En ese entonces, la mayoría de los que tomaban decisiones, que eran españoles, apostaban por los hombres para que fuesen ellos los candidatos a ocupar puestos directivos”, rememoró.
El riesgo y su recompensa
Las pocas posibilidades de ascender se perfilaron como un estímulo que Meneses Morales consideró lo suficientemente fuerte para buscar nuevos horizontes. En ese tiempo se postuló para varias ofertas. Casualmente, Quálitas Compañías de Seguros emergía en el mercado con la premisa de romper paradigmas en el seguro de Autos. La promesa que ofrecía esta organización cultivó su inquietud de aspirar a un puesto en una empresa que hasta ese momento era pequeña y desconocida.
“Tuve la suerte de que me llamaran. Noah Couttolenc, quien actualmente se desempeña como director de la oficina Santa Fe, me entrevistó, me contrató y posteriormente se convirtió en mi jefe. Cuando me dieron el sí, mucha gente cuestionó mi decisión, porque Quálitas era una empresa que apenas empezaba. Además, estaba dejando una trasnacional. Creo que estar abierta al cambio, por más desconocido que éste sea, es una de las claves para que las mujeres podamos ganar un espacio en una industria tradicionalmente masculina. Yo soy un ejemplo de que apuestas como ésta son la mejor elección en la vida”, exclamó Meneses Morales.