El costo humano y económico provocado por la COVID-19 es grave, ya que el sinnúmero de riesgos desatados por este fenómeno sanitario amaga con convertirse en una amenaza muy seria para el mundo. Por ende, la industria aseguradora está obligada a anticiparse a este nuevo cúmulo de condiciones con la creación de soluciones inmediatas que ayuden a rescatar a la sociedad del abismo generado por el virus SARS-CoV-2, advirtió Gerardo Herrera Perdomo, Latin America Advisory Managing Director de Marsh.
La aseveración de Herrera Perdomo se ventiló en una mesa de debate virtual organizada por Marsh en la que se discutieron los pilares más importantes del Informe de Riesgos Globales 2021 y en la que también participaron Edson Villar, líder de Consultoría en Riesgo Cibernético para Latinoamérica de esta misma empresa; y Alejandro Guerrero, CEO de Marsh Argentina y Uruguay.
Herrera Perdomo apuntó que la pandemia de neumonía atípica creó considerables inequidades entre la sociedad, amplió la fragmentación política y produjo un aumento en las tensiones entre los países, de manera que la posibilidad de que se concrete un estallido social en las deterioradas naciones de América Latina es muy alta, lo que obliga a la industria de los seguros a diseñar estrategias que mitiguen tan graves efectos.
“Los gobiernos de la región han hecho lo posible para proteger a empresas y personas. Sin embargo, todavía quedan muchos meses antes de que desaparezca la COVID-19, evento que amenaza con hacer retroceder años de avance en la reducción de la pobreza y las desigualdades, sin perder de vista que debilita la cohesión social y la cooperación entre naciones. Por lo tanto, la industria debe asumir una postura que dé respuesta inmediata a este entorno, de manera que se salvaguarden los programas sostenibles que benefician a la sociedad”, apremió Herrera Perdomo.
El ejecutivo de Marsh refirió que la pérdida de puestos de trabajo, el aumento de la brecha digital, la perturbación de las interacciones sociales y la incertidumbre que azota a los mercados generarán consecuencias nefastas que desde todo punto de vista pulverizan la resiliencia de los países.
“Cuando irrumpió la COVID-19, América Latina no contaba con la mejor arquitectura tecnológica para hacerle frente a la deslocalización y el confinamiento social. Entonces, es vital un mayor aceleramiento digital sin que se dejen de lado aspectos como los ciberataques, uno de los riesgos de mayor probabilidad en la próxima década”, agregó Herrera Perdomo.
En ese orden de ideas, Edson Villar indicó que la transformación digital ya no es un tema aislado en la agenda de los países y empresas de América Latina. En tal sentido, destacó que dicha revolución ha generado nuevas oportunidades en materia de capacitación y prevención, pero al mismo tiempo propicia nuevos riesgos que no deben ser subestimados por el sector asegurador.
“Innovaciones como la inteligencia artificial (IA) y el internet de las cosas están ganando terreno debido a sus innegables ventajas en interconexión; no obstante, la adopción masiva de estas herramientas puede provocar riesgos considerables, como la paralización total de un país”, explicó Villar.
El colaborador de Marsh advirtió que la desigualdad digital es hoy un factor que frena la capacidad de recuperación de los países de Latinoamérica, visto que en esta zona del mundo solo 64 por ciento de la población tiene acceso a internet.
“Una brecha digital cada vez mayor puede empeorar las fracturas de la sociedad y socavar las perspectivas de una recuperación inclusiva. El progreso hacia la inclusión digital se ve amenazado por la creciente dependencia digital, la rápida aceleración de la automatización, la supresión y manipulación de la información, las diferencias en la regulación de las tecnologías y las brechas en el conocimiento y capacidades tecnológicas”, aseveró Villar.
Juventud desilusionada
Por su parte, Alejandro Guerrero alertó que, si bien el salto digital ha producido oportunidades de crecimiento para algunas industrias y ciertos estamentos, también irrumpe en un momento en el que el trabajo experimenta lo que calificó de “edad de hielo para el empleo”.
“Esta generación, terriblemente expuesta a la degradación del medio ambiente, a las consecuencias de la crisis financiera, al aumento de la desigualdad y a los embates de la transformación industrial, se enfrenta a serios desafíos en materia de educación, perspectivas económicas y de salud mental. Ahora bien, todos estos aspectos se subestiman, pero se convertirán en una amenaza profunda para los países a corto plazo”, redondeó el CEO de Marsh Argentina y Uruguay.
Para finalizar, Guerrero sostuvo que las empresas se enfrentan en la actualidad a un panorama de desorden como consecuencia de los abruptos cambios en los comportamientos del consumidor, la naturaleza del trabajo y el papel de la tecnología tanto en los espacios corporativos como en el hogar. Dijo que, por consiguiente, las organizaciones de todos los segmentos deben diseñar una nueva agenda de prioridades que les permita la consecución de un desarrollo sostenible a largo plazo.
“Los riesgos que acechan a la sociedad están profundamente interconectados. Por ese motivo, el sector asegurador, al igual que otras industrias, debe centrar esfuerzos en productos y servicios que funjan como soluciones holísticas. Además, las organizaciones de todos los tamaños tendrán que evolucionar y adaptarse. De lo contrario, estarán en serios aprietos para reposicionarse en un mundo que aún no está definido”, cerró el especialista de Marsh.