De acuerdo con la versión más reciente del estudio Perspectivas Económicas de la OCDE, la posibilidad de poner a disposición de la población varias vacunas contra la COVID-19 de manera generalizada el próximo año ha despertado la esperanza de una rápida recuperación; sin embargo, los formuladores de políticas públicas tendrán que preservar tanto el apoyo fiscal como a la salud pública, y a la vez actuar con determinación para retomar el impulso del aparato productivo.
Así lo señaló José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), al presentar el informe Perspectivas Económicas el día de hoy con la Economista Jefe, Laurence Boone. Gurría añadió que “hay esperanzas, pero es necesario transformar esas esperanzas en realidad. La pandemia es un problema mundial. Ahora más que nunca se necesita la cooperación internacional”.
El secretario general de la OCDE detalló que la prioridad inmediata en América Latina debe ser evitar posibles rebrotes de la COVID-19, fortaleciendo los sistemas de salud, y los sistemas de testeo, rastreo y aislamiento, así como asegurar un despliegue rápido de la vacuna cuando esté disponible.
“Volver a construir mejor exige liderazgo y acción para edificar sobre la promesa de vacunas, así como para reemprender negociaciones multilaterales sobre comercio, clima y normas digitales para abrir camino hacia un crecimiento sostenible y una sociedad donde haya oportunidades disponibles para todos”, remarcó.
Por su parte Laurence Boone dijo: “Con la perspectiva de aplicación de las vacunas, así como de una mejor gestión del virus, el panorama para la economía mundial parece más brillante, pero la situación es aún precaria, sobre todo para las personas poco cualificadas y para las pequeñas empresas que se encuentran en dificultades”.
El reporte de la OCDE muestra en qué forma la crisis agravó la desigualdad al afectar con mayor dureza a los miembros más vulnerables de la sociedad. En tal sentido, alerta que se corre el riesgo de que los altos niveles de desempleo, sobre todo entre los menos cualificados y los jóvenes, persista durante años. Muchos niños, en particular los que provienen de entornos desfavorecidos, han quedado muy rezagados en su educación durante los periodos de confinamiento, lo cual limita aún más sus oportunidades futuras.
Para millones de pequeñas y medianas empresas —las principales impulsoras de la creación de empleos—, las crecientes deudas y la continua incertidumbre ponen en peligro su supervivencia, indica la OCDE. En las Perspectivas del organismo se sostiene que la disminución de las utilidades de las empresas perjudicará su capacidad de cubrir deudas en el futuro y debilitará su capacidad de invertir.
En las Perspectivas Económicas se convoca a que los formuladores de políticas emprendan acciones decididas en múltiples frentes:
- Fortalecer los servicios de salud pública mediante la inversión en trabajadores de la salud, estrategias y capacidad de prevención. Poner en marcha programas eficaces de aplicación de pruebas, seguimiento y aislamiento. Empezar ahora a planificar las campañas de vacunación. Hacer labor de coordinación en el ámbito internacional para garantizar la disponibilidad de vacunas y tratamientos asequibles dondequiera que se necesiten.
- Apoyar a la población vulnerable al expandir las redes de seguridad social y mejorar la capacitación de los jóvenes y de las personas con escasas cualificaciones. Garantizar que los niños de entornos desfavorecidos estén preparados para la era digital al proporcionarles oportunidades equitativas.
- Apoyar a las empresas al brindar subsidios y capital en vez de préstamos que aumentan su deuda existente. Apoyar a las empresas a invertir en su futuro, por ejemplo, al facilitar la adopción de tecnología digital.