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Se llevaron nuestro queso…

Charlemos seguros

El asegurador

 

Un buen libro que leí hace algunos años es ¿Quién se ha llevado mi queso?, de Spencer Johnson. En este texto, el autor se vale de un cuento de ratones para explicar  lo que la gente persigue y obtiene,  cómo se encariña con lo que logra y lo que pasa cuando sobreviene un cambio y  por alguna razón   nos quitan lo que habíamos logrado.

El libro tiene un mensaje muy relevante y profundo que se puede resumir en siete puntos:      

1.- El cambio es un hecho.

2.- Prevé el cambio. Permanece alerta a los movimientos.      

3.- Controla el cambio. Revisa constantemente el statu  quo.

4.- Adáptate rápidamente al cambio. Olvida cuanto antes 

lo que ya fue y disfruta de lo nuevo.

5.- ¡Cambia! Muévete en cuanto se den los cambios.

6.- ¡Disfruta del cambio! Saborea la aventura de transformarte y disfruta de lo nuevo

que te ofrece la vida.

7.- Prepárate para cambiar rápidamente y disfrutar otra vez. El

cambio es lo único constante.

Creo que a la humanidad le acaban de quitar su queso.  Justamente eso  nos acaba de suceder.

Lo que nunca nos imaginamos es que nos iba a pasar al mismo tiempo a todos;  y con a todos  me refiero a todo el mundo.

Ni nosotros, que vivimos conscientes del riesgo y relacionados con él  y tratando de preverlo  de muy diversas formas,  pudimos vislumbrar este tsunami.         

Haciendo una analogía entre adentrarnos  en la digitalización  y sumergirnos  en  una alberca, todos sabíamos  que era necesario meterse, aventarse al agua;  hablábamos de la necesidad de irnos familiarizando con esa sensación;   y éramos  relativamente conscientes de que había expertos  que   se movían bien en ese medio, y ellos nos animaban a zambullirnos en  la alberca, quizá poco a poco, por la escalera, para irnos acostumbrando al agua  e introducirnos paulatinamente… Pero  la verdad es que titubeamos, y no   hicimos lo suficiente.

Lo que no sabíamos  —y nadie nos dijo—  es que un buen día nos iban a empujar  a todos al foso  de golpe y que de pronto estaríamos todos, al mismo tiempo, en la parte honda del estanque    y tendríamos que nadar forzosamente. La dificultad más grave era   que todos estábamos amontonados en una sola piscina, esa en la que  antes había solo unos cuantos animándonos a entrar.

¿Qué sigue? Perfeccionar  nuestro nado y volvernos eficientes nadando. No  hay otra.

Volviendo con el queso,   y haciendo la analogía con la vida que teníamos y ya no vivimos  porque alguien se la ha llevado,   no sirve de nada tratar de encontrar las causas por las que nos tiraron al agua a todos al mismo tiempo, ni siquiera  si hay conspiración atrás o no.  Lo importante es que sepamos  que debemos cuidarnos porque el agua está fría, dan calambres y   podemos ahogarnos. También, por la situación de zozobra y el pánico generalizado, existe  el riesgo de que algún acalambrado se prenda de nosotros y nos lleve al fondo; o  también  de que algunos descuidados  nos golpeen y nos acalambremos, con lo que terminaríamos varios ahogados.  Por eso  debemos extremar cuidados  al enfrentar algo que jamás habíamos tenido que enfrentar como especie toda.       

Creo que   muchos   tenemos clara la teoría, pero eso no es suficiente. Ahora  lo que  hay que hacer es tener calma y pensar muy bien cada movimiento que vamos a ejecutar.   

 Sí, mantener la calma y el buen ánimo es vital para avanzar con seguridad, articulando con detenimiento un plan de salida y acostumbrándonos  a una nueva realidad.

Trataré de explicarme. Es  un hecho que el mundo giró;  que debemos cuidar nuestra salud  fortaleciendo nuestro sistema inmunológico   principalmente por medio del cuidado de  nuestros pensamientos, que son la clave para mantenernos bien;  porque, si dejamos que el temor se apodere de nosotros, ésa será la llave para dejar entrar todo tipo de calamidades en nuestra vida. También  necesitamos cuidar nuestra alimentación y mantenernos saludables haciendo  ejercicio y observando  ciertas rutinas, tanto de trabajo  como de esparcimiento.

Debemos convencernos  de que el mundo ya cambió, y esto es para siempre;  y no deberíamos  aferrarnos erróneamente  a tratar de recuperar el queso que ya no está y no va a volver. No sé si todos estaban completamente  felices con la vida que llevaban,  pero de lo que sí estoy seguro es de que   nuestra forma de actuar estaba matando  al  planeta. Y  una cosa es cierta: éste  es el único hábitat que tenemos.

Hoy tenemos que ser felices de otra manera;  tenemos que generar recursos de otra forma, reinventarnos y cuidar de nosotros,  tanto mental como  emocional y físicamente.

Sé que puede ser desesperante ver cómo se extingue  un mundo al que  estábamos acostumbrados, pero aferrarse al modo de vida  que se nos fue  puede ser tan  pero tan peligroso  que nos puede llevar fácilmente a la tumba  por diferentes caminos, y ni siquiera de la forma en que podemos   imaginar ahora en este estado de mortandad y padecimiento generalizados, sino de una manera muy triste y en total soledad.

Tenemos que pensar en que la vida misma, el planeta que habitamos, las sociedades que hemos construido  ya no aguantaban  seguir con ese modelo; y en que debemos cambiar, queramos o no.          

Hoy tenemos una realidad más compleja, y hay que afrontarla de la mejor manera posible. Tenemos que aprender a ser felices,  a vivir y a disfrutar de otra manera, porque es una realidad que  se llevaron nuestro queso. 

 Diccionario para comprender las analogías del texto                   

Nuestro queso = nuestra  vida anterior.

Todos = todos  los habitantes del planeta.

Los que vivimos alrededor del riesgo = los que vivimos ligados al mundo del seguro y la previsión    para preservar en los individuos   la salud,   tanto física  como   financiera.

La alberca = el mundo digital y virtual.

Perfeccionar nuestro nado = adaptarnos al mundo digital y a  nuestra nueva realidad (la posibilidad de infección, que hoy   nos puede provocar la muerte).

Agua fría y calambres que ahogan = situación de peligro de contagio y posible muerte.

Ahogados por calambres = muertos y  afectados por COVID-19.      

Golpeados por un inconsciente = contagiados por un inconsciente.

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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