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- Seis de cada 10 personas reconocen que no ahorran para su retiro
- Escasos 6.5 % de cotización al IMSS y 33% de afiliados tienen al borde del abismo a las pensiones
- Nueve de cada 10 mexicanos están preocupados por su pensión para el retiro
Por: Luis Adrián Vázquez Moreno
@pea_lavm
Un estudio elaborado por Fundación Mapfre denominado Opinión de los mexicanos sobre el sistema de pensiones revela que México se encuentra entre los países con el porcentaje más bajo de tasa de reemplazo (26 por ciento); esto es, cada persona que hoy se jubila ve abruptamente disminuido su poder adquisitivo al pasar de percibir 100 por ciento de su último salario a solo una cuarta parte de éste. El problema es grave, y lo será aún más, toda vez que seis de cada 10 mexicanos reconocen no haber emprendido ninguna acción de ahorro para su futuro.
De acuerdo con el estudio, la razón principal del raquítico porcentaje de la tasa de reemplazo en este país obedece a tres factores: a) los mexicanos que laboran en la economía formal destinan de manera obligatoria solamente el 6.5 por ciento de su salario al ahorro para su retiro; b) del universo de trabajadores solo 33 por ciento está afiliado al Sector Salud; y, c) hay un número importante de trabajadores que obtienen sus ingresos de la economía informal, pero carecen tanto de afiliación como de cotización.
En la conferencia de prensa organizada para dar a conocer este documento, Fundación Mapfre agregó que 96 por ciento de los mexicanos declaró estar preocupado por el futuro de su pensión para el retiro; sin embargo, también se hizo hincapié en que cuatro de cada 10 mexicanos no ahorran, ya sea por falta de capacidad económica o porque no tienen la disposición de hacerlo, ya que poseen una visión de corto plazo ante la cual les resulta poco o nada atractivo tener “parado” su dinero por tantos años.
El estudio advierte asimismo que, aunque la tendencia refleja que la incapacidad de ahorro se hace más grande conforme aumenta la edad, también es cierto que tanto los jóvenes como las mujeres se muestran más inquietos por el tema y son quienes más desconfían de que recibirán su pensión pública al momento de su jubilación.
Se señaló que falta solo una década para ver a la primera generación de jubilados mediante la modalidad de las Afore; y a partir de ese momento, se dijo, el número de trabajadores mayores de 65 años crecerá exponencialmente, y muchos de ellos nunca han sido atendidos por un administrador de rentas vitalicias.
Por tal motivo, los presentadores del estudio consideraron fundamental trabajar en dar a conocer las bondades de este servicio de administración de los fondos de jubilación, evitar que haya rigidez en ellos y, como un reto mayúsculo, lograr integrar en un mismo esquema a los pilares de trabajadores contributivos y no contributivos para ofrecerles soluciones mucho más claras y atractivas ante el reto que se avecina.
Ante ese desafío, Fundación Mapfre se dio a la tarea de elaborar paralelamente una guía para la jubilación, guía que esquematiza los pasos por seguir para el retiro, así como los diferentes escenarios que, de acuerdo con la Ley, se pueden utilizar para incrementar los montos de ahorro, como es el caso del Plan Personal de Retiro (PPR), el Plan Privado de Pensiones (PPP) y el ahorro voluntario.
Los expositores de Fundación Mapfre destacaron que al elegir alguna de esas opciones, de acuerdo con el plan de asistencia al que se esté afiliado (IMSS o Issste), las personas que ahora son económicamente activas tendrán mayores posibilidades de incrementar los montos de jubilación y, con ello, de mantener un nivel de vida más cercano al que tienen actualmente.
El universo de encuestados coincidió en su mayoría en señalar que la pensión pública que cobrarán cuando se jubilen no será suficiente para mantener el nivel de vida actual. Dicha opinión la comparte 92 por ciento de los mexicanos, frente al 8 por ciento que sí cree que la pensión será suficiente para mantener dicho nivel de vida. Las mujeres son algo más pesimistas que los hombres. Sin embargo, según la edad existen consideraciones diferentes. Los mexicanos de entre 46 y 60 años son los que creen más probable que su nivel de vida se mantenga como hasta ahora cuando se jubilen.
Teniendo en cuenta que en promedio al final de la vida laboral se recibe como pensión pública sólo 26 por ciento del último sueldo, y pensando en el momento de la jubilación, casi tres de cada cuatro mexicanos creen que su jubilación será inferior a 8,000 pesos por mes, frente a solo una cuarta parte que piensa que será superior a esos 8,000 pesos por mes.
Cuando se preguntó a los encuestados si estarían dispuestos a ahorrar para la pensión complementaria destinando una parte de su sueldo todos los meses a este fin, casi tres de cada cuatro manifestaron que estarían dispuestos a hacerlo, frente a un 6 por ciento que dijo que no lo haría. Algo menos de una cuarta parte no lo tiene claro. Los hombres se muestran más partidarios que las mujeres de ahorrar una parte de su salario para su jubilación. También se aprecia que los más inclinados a ahorrar un parte de su sueldo son los más jóvenes (76 por ciento), frente a los mayores de 46 años.
Por otro lado, se indicó que 72.8 por ciento de mexicanos afirma que está dispuesto a ahorrar parte de su sueldo de la siguiente manera: 40 por ciento de ellos destinaría un 5 por ciento de su sueldo, y un tercio ahorraría más del 5 por ciento de sus percepciones. En línea con lo dicho anteriormente, los mexicanos de 18 a 29 años son también los que destinarían un mayor porcentaje de su sueldo a ahorrar para la pensión complementaria (más de tres de cada cuatro de este grupo de edad destinaría el 5 por ciento o más de su sueldo a ello).
Ante la incertidumbre de si el sistema de pensiones actual podrá mantenerse o no, se planteó a los entrevistados la posibilidad de que hubiera un sistema de ahorro obligatorio vinculado a la vida laboral. Las opiniones fueron muy polarizadas, ya que casi la mitad considera que dicho sistema debería ser voluntario, mientras que la otra mitad opina que debería ser obligatorio.
En resumen, consideraron necesaria un reflexión desde las instituciones mexicanas, ya que el envejecimiento de la población es un hecho evidente y es debido al incremento de la expectativa de vida y la caída de la tasa de fecundidad en el marco de la transición demográfica, lo que genera tensiones en el financiamiento de los sistemas de pensiones contributivos en la medida en que se altera la proporción entre contribuyentes y beneficiarios.
Es importante reflexionar también sobre esto: al llegar a la edad adulta, durante el periodo de jubilación, aún tenemos gran cantidad de sueños y de cosas por hacer en el último tramo de vida, sueños que pueden verse comprometidos por factores sociales, como la caída de la natalidad, o por factores voluntarios, como la falta de previsión en el ahorro para el largo plazo. En cualquiera de los dos casos es necesario hacer algo de manera conjunta, y eso requiere la participación de todos los sectores.