Durante décadas, los sistemas de capitalización individual han demostrado su capacidad para acrecentar los ahorros de los trabajadores por medio de la rentabilidad obtenida con las inversiones. Esta rentabilidad en Latinoamérica ha superado el 6 por ciento anual en términos reales. No obstante, Chile y Perú han decidido tomar el camino opuesto, esto es, permitir el desahorro por medio de sucesivos retiros anticipados de fondos con fines ajenos al financiamiento de las pensiones.
Así lo afirma un comunicado de la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP), organismo que indica que, del mismo modo, estos sistemas de capitalización han demostrado su contribución al auge de los mercados de capitales y al desarrollo económico de los países donde existen, y cita que estudios realizados para varios países de la región dan cuenta de que entre un 6 y un 22 por ciento del crecimiento del PIB tiene su origen en el sistema de pensiones de capitalización individual.
Pese a lo anterior, el aumento en la expectativa de vida y el alto índice de informalidad que prevalece en la región (que supera el 56 por ciento) han llevado a que la mayoría de los expertos recomiende un incremento del ahorro por medio de un aumento de la tasa de cotización y de un incentivo al ahorro voluntario.
“En Chile, los tres retiros efectuados significaron un desahorro de 52 000 millones de dólares; y en Perú, los cinco retiros efectuados se han traducido en un desahorro de 18 000 millones de dólares. Afortunadamente, el Congreso chileno rechazó el cuarto y quinto retiro anticipado de fondos de pensiones. Si hubiera prosperado el cuarto retiro, se hubiera producido un nuevo desahorro de 17 000 millones de dólares, o 3 000 millones de dólares si se hubiera aprobado el mecanismo acotado que presentó el Gobierno”, dice la FIAP.
Los especialistas de la FIAP revelan en este comunicado que, en el caso peruano, un nuevo retiro habría significado una merma en el ahorro de los trabajadores equivalente a 25 000 millones de dólares, con lo cual habrían quedado sin fondos cerca de cinco millones de personas o 60 por ciento de los afiliados al sistema.
La información de la FIAP refiere que en ambos casos los retiros se han producido por medio de iniciativas legales sucesivas, no obstante que se señaló que se trataba de un mecanismo excepcional que se pondría en marcha una sola vez.
En tal sentido, es evidente lo atractivo que resulta para las personas disponer de sus ahorros para consumo presente, sin tomar en cuenta el daño que le están produciendo al monto de su pensión. Por esa razón, todos los sistemas de pensiones del mundo, de cualquier naturaleza, tienen carácter obligatorio, ya que, si no lo tuvieran, pocas personas ahorrarían para la vejez.
Es un contrasentido que a quienes se obliga legalmente a cotizar para financiar una pensión futura se faculte después para disponer de esos recursos, que tendrán fines completamente ajenos a la pensión, lamenta la FIAP.
Por último, la FIAP hace un llamado a los congresistas para que no se dejen llevar por el apoyo popular que puedan recibir estas iniciativas y que con responsabilidad evalúen el daño que tales medidas producirán en el monto de las pensiones de los trabajadores, en la estabilidad financiera y en el bienestar económico de la población, pues todo ello se verá afectado por un fuerte incremento de las tasas de interés y la inflación.