En cierto momento, al principio de su carrera, Garry Kinder se desanimó por las frustraciones en la actividad de ventas: personas que le cortaban las llamadas en frío, personas que rechazaban sus argumentos de venta y personas que ni siquiera contestaban el teléfono. Algunos prospectos no se presentaban a las citas o las cancelaban alegando que simplemente no estaban interesados en comprar un seguro de Vida en ese momento.
Garry estaba listo para arrojar la toalla, pero estaba preocupado por su hermano Jack, que era quien lo había reclutado. Garry pensó en el efecto que tendría su partida en su equipo de ventas. Aun así, planeó cuidadosamente cómo abordaría a su gerente de agencia para decirle que iba a renunciar.
En ese momento no existían los teléfonos celulares, pero sí las cabinas telefónicas. Como Garry vivía a 30 minutos de la oficina, llamó desde una cabina telefónica cerca de su casa, lejos de todos en la oficina. Tenía su guión escrito y estaba listo para dar su aviso. Marcó el número, saludó a la asistente administrativa y pidió hablar con el gerente de la agencia.
Mientras esperaba a que el gerente tomara la llamada, Garry se ponía cada vez más nervioso mientras revisaba su guión recién elaborado. Cuando el gerente finalmente llegó al teléfono, Garry escuchó estas palabras: “Hola jovencito, ¿sabes lo bueno que eres? ¡Eres uno en diez millones! ¡Así de bueno eres! En cualquier caso, ¿qué pasó, Garry?”.
Garry inmediatamente cambió su guión y su tono. Simplemente respondió: “Oh, nada, solo quería saber cómo iban las cosas en la oficina”.
Garry volvió al trabajo y se fijó el siguiente dilema: o lograba cierta cantidad de ventas o se salía del negocio. Terminó duplicando la cantidad de ventas que había estado logrando. Por medio de la oración y el trabajo duro perseveró y lo logró. En nueve meses fue el agente más joven en Illinois en calificar para la MDRT.
¿Qué marcó la diferencia? El poder del aliento de alguien que creyó en él. ¿Tiene personas alentadoras en su vida? Rodéese de personas que puedan darle una inyección de coraje mediante sus palabras sinceras. Todos necesitamos a personas que nos apoyen felicitándonos cuando lo hacemos bien y animándonos cuando nos sentimos desanimados.
No solo se aleje de las personas negativas, ¡huya de ellas! No necesita estar rodeado de personas negativas y desalentadoras. Ciertamente, usted desea que las personas sean honestas, pero también necesita a personas que crean en usted y lo alienten en el camino.