Por: Robert DeRose, Greg Reisner y Mathew Brady
Mientras ocurrían los eventos catastróficos en el tercer trimestre de 2017, al igual que la mayor parte de la industria aseguradora lo hacía, A.M. Best se preguntó dónde terminarían las pérdidas, pues, como cualquier persona dentro del sector seguros sabe, es difícil ser preciso al realizar dicha estimación.
Es evidente que los huracanes Harvey, Irma y María serán recordados como unos de los eventos más costosos de la historia, y ajustar las pérdidas será un proceso largo y complicado.
El terremoto que sacudió el centro de México el 19 de septiembre de 2017 también causó tanto daños físicos y financieros, como una tragedia humana significativa.
Sin embargo, es aquí donde la industria de reaseguros está lista para entrar en acción. Citando a Thomas Caldecot Chubb: “Si no hubiera pérdidas, no habría primas”. La industria ayuda a las personas y a las empresas en el proceso de reconstrucción.
Históricamente, las reaseguradoras han desempeñado un papel significativo en la recuperación después de los eventos catastróficos. Sin embargo, en los cinco años más recientes los mercados de capital han asumido un papel más importante en este proceso, en forma de “capital alternativo”. Con base en la supervisión que A.M. Best practica de las reaseguradoras globales, se puede decir que el capital alternativo ha jugado un papel significativo en la mitigación del impacto de pérdida neta de esta serie de eventos extremos, sobre todo en reaseguros colaterales.
Para empezar, con los datos que proporcionaron las reaseguradoras, que incluyen compañías del mercado de Bermudas, y a partir de algunas suscripciones, A.M. Best construyó una gama de resultados para evaluar, entre otros componentes, qué resultados de suscripción, ingresos netos y rentabilidad en equidad se verían para este año.
(El análisis ha sido y continuará siendo ajustado a medida que haya más información disponible. En este punto nos sentimos relativamente cómodos en términos de evaluar qué significan estos eventos de pérdida para la industria del reaseguro).
Si bien no podemos compartir información específica de alguna determinada empresa, dada la naturaleza de los datos recopilados se puede exponer lo siguiente: para los huracanes Harvey, Irma y María, junto con el terremoto del centro de México, el promedio el sector ha reservado estos eventos de pérdida con la suposición de que estas pérdidas acumulan aproximadamente 90,000 millones de dólares, cifra que está muy por debajo de las pérdidas modeladas que han sido circuladas.
Lo anterior nos lleva a plantear una pregunta: ¿Quién lo hizo bien? Usando la historia como una lección, no es raro que las pérdidas relacionadas con eventos catastróficos se desarrollen adversamente con el paso del tiempo, y la complejidad de la pérdida suele ser un factor determinante. Dada la complejidad de los eventos de huracanes, no sería sorprendente que las pérdidas se desarrollen de modo adecuado hasta el próximo año.
Utilizando los 90,000 millones de dólares reportados como nuestro punto de partida, nuestras encuestas indican que las pérdidas netas acumuladas por catástrofes para las compañías de reaseguros oscilan entre 20,000 y 25,000 millones de dólares. Estimamos que las empresas primarias retuvieron alrededor de la mitad de los 90,000 millones de dólares, lo que deja aproximadamente esos 20,000 o 25,000 millones de dólares de pérdidas destinadas a capital alternativo, la mayoría en forma de retrocesión colateral.
El impacto de las pérdidas netas acumuladas por catástrofes -como un porcentaje del capital contable de 2016 para el reaseguro global- varió de 15 por ciento en el lado más alto a menos de 1 por ciento en el extremo inferior. La mediana fue aproximadamente de 8 por ciento. Para muchas compañías, las pérdidas acumuladas como un porcentaje del capital sobre la base bruta frente a la neta difirieron aproximadamente entre cinco y ocho puntos porcentuales, pero hubo algunas compañías en las cuales la disparidad resultó mucho más grande: la brecha más importante fue de 23 puntos porcentuales.
Para medir el impacto en las ganancias, consideramos “la pérdida cubierta del ingreso neto”, calculada como las pérdidas totales netas por catástrofes divididas por los ingresos netos de 2016, lo que indica cuánto tiempo tomará a las compañías recuperar estas pérdidas en función de sus recientes ganancias. Usamos las ganancias de 2016 como un indicador de lo que pueden ser las ganancias futuras, dependiendo de cualquier mejora futura en el entorno de suscripción, que aún no se ha determinado.
El promedio para el reaseguro global compuesto es de 1.23x. Esto significa que tomará cinco trimestres recuperar lo que se ha pagado. Las tasas podrían mejorar esta proyección; no obstante, algunas compañías podrán tomar cerca de dos o tres años para recuperar estas pérdidas, nuevamente tomando solo esta visión. Se pueden elaborar argumentos para normalizar o ajustar las ganancias para ciertas compañías; sin embargo, aquí presentamos una visión no ajustada de la información y una observación del rango.
Observando las ganancias del sector de reaseguros desde una perspectiva agregada para todo el año 2017, se anticipa que la cobertura global de reaseguro que estará identificando A.M. Best ofrecerá un índice combinado de aproximadamente 110 por ciento y un retorno sobre el capital en algún lugar entre el 0 y -5 por ciento: no maravilloso, pero tampoco terrible teniendo en cuenta la magnitud de las pérdidas. Es comparable con una tasa combinada promedio de cinco años de aproximadamente de 91 por ciento y una rentabilidad promedio sobre el capital de cinco años de aproximadamente de 11 por ciento.
La última vez que la industria del reaseguro global informó de una tasa combinada superior al 100 por ciento fue en 2011, debido a una serie de catástrofes globales, incluidos los terremotos en Japón y Nueva Zelanda e inundaciones en Tailandia. Sin embargo, en algunos aspectos, éste es un escenario temido, donde las pérdidas son importantes para arrastrar las ganancias, pero no significativas para cambiar la dinámica del mercado y los precios durante un periodo sostenido. Lo que hoy luce diferente, con estos eventos de huracanes en particular, es la participación material del capital alternativo y las características únicas de esa capacidad. La respuesta de esta capacidad tendrá un efecto definitivo en la dinámica del mercado tanto a corto como a largo plazos.
Mientras, A.M. Best mantiene una perspectiva negativa en el sector reasegurador. La perspectiva ha sido impulsada principalmente por el perfil de ganancias del sector y por las presiones competitivas del mercado. Nuestra visión siempre ha sido que el capital ajustado al riesgo para el sector ha sido fuerte. Esa opinión aún se mantiene.
Hasta el momento, los datos no han sido sorprendentes y no ha habido cambios de calificación como resultado de estos eventos de pérdidas para nuestras compañías de reaseguros calificadas. Si bien algunas empresas pueden perder una cantidad nominal de capital en 2017, no se trata de una reducción significativa de capital que sea problemática o perjudicial para el mercado.
Una vez más, nuestra preocupación es que el perfil de ganancias y la tendencia continúan siendo tensos, y que 2017 pesará en el retorno promedio sobre el capital a cinco años.
Robert DeRose, Oldwick
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