Entre 2013 y 2017, las pérdidas aseguradas provocadas por ataques terroristas a escala global ascendieron a 83,000 millones de dólares, lo que confirma que esta amenaza sigue siendo un riesgo dinámico y evolutivo que no debe ser subestimado por las personas, organizaciones ni gobiernos, indica Marsh & McLennan, grupo estadounidense de corretaje de seguros y gestión de riesgo.
En el estudio más reciente de la firma, difundido bajo el título de Informe de riesgos de terrorismo en seguros 2019, se detalla asimismo que las instituciones educativas, financieras, inmobiliarias, hoteleras y los medios de comunicación fueron las organizaciones que más demandaron en el mundo coberturas de seguros para mitigar los efectos asociados a actos terroristas.
La investigación de Marsh & McLennan apunta que, a pesar de que las muertes provocadas por ataques terroristas han disminuido en todo el mundo, las amenazas asociadas al extremismo islámico continúan siendo peligrosamente altas en Europa.
Aunque los ataques terroristas han sido menos mortales en todo el planeta, continúa la firma, el mercado de seguros de Propiedad para mitigar este flagelo sigue siendo competitivo para la mayoría de los consumidores. La tendencia, añade el análisis, es provocada por una disminución marcada en lo que se refiere a reclamaciones asociadas a estos eventos en los últimos años.
El diagnóstico que compartió Marsh & McLennan puntualiza que el hecho de perpetrar ataques terroristas continúa persiguiendo el mismo fin, que no es otro sino desequilibrar los mercados financieros y causar zozobra en la sociedad en general; sin embargo, se reconoce que la naturaleza evolutiva de estos eventos orilla a las organizaciones y gobiernos a estar continuamente en guardia.
El grupo estadounidense de corretaje de seguros y gestión de riesgos afirma en su estudio que los medios, métodos y dinámicas con que operan los grupos terroristas han mantenido una evolución incuestionable; y aclara que los objetivos blandos o relativamente desprotegidos son hoy en día el mayor atractivo para estos grupos delincuenciales.
Por lo antes expuesto, Marsh & McLennan considera vital que la industria aseguradora ponga en marcha nuevas formas de modelaje ante estos riesgos, de manera que se diseñen y desarrollen soluciones innovadoras que permitan proteger propiedades privadas e infraestructura pública frente a la amenaza en constante evolución que representan los ataques terroristas.
Sus nuevas formas de atacar
El estudio que divulgó Marsh & McLennan asevera que la frecuencia de ataques terroristas ha disminuido drásticamente desde 2017 en todo el planeta. Al respecto, la investigación señala que los extremistas han sido más activos en países como Francia, España y Reino Unido. En sus ofensivas, los terroristas han utilizado vehículos, armas de fuego y cuchillos para completar sus arremetidas.
Esta nueva metodología de ataque, amplía la investigación, regularmente genera poco daño a la propiedad. De hecho, dos tercios de los ataques terroristas en Europa occidental entre 2014 y 2018 no produjeron afectaciones en la infraestructura; sin embargo, afirma el estudio, varias empresas sufrieron pérdidas significativas de ingresos como resultado de los ataques.
Marsh & McLennan pone como ejemplo el ataque de 2017 al London Bridge, ubicado en esa ciudad. En ese evento se mantuvieron extensos cordones policiales durante 10 días, lo que causó pérdidas generalizadas por la interrupción de negocios. Como el daño físico era limitado, explica el estudio, muchos asegurados se quedaron sin cobertura. Se estima que las empresas perdieron un total de 1.4 millones de libras esterlinas por este acontecimiento, refiere la investigación.
En el análisis se precisa que los riesgos asociados a terrorismo han caído de forma notable en 116 países, especialmente en Egipto, Turquía y España; mientras que aumentaron en solo 34 naciones, preponderantemente ubicados en las regiones de Medio Oriente y África subsahariana.
El estudio que compartió Marsh & McLennan destaca que, más allá de las pérdidas directas por interrupción de negocios, muchas empresas que se ubican cerca de las zonas afectadas por el terrorismo a menudo ven una disminución sustancial en el tráfico peatonal, incluso después de que se eliminan los protocolos de seguridad. En tal sentido, la investigación específica que los sectores del turismo y las ventas minoristas son los más vulnerables a sufrir pérdidas cuando se presenta este tipo de ataques.
Por último, el estudio de la firma de origen estadounidense subraya que las tendencias anteriormente descritas, junto con la proliferación de incidentes menores pero que están clasificados actualmente como actos de terrorismo, como tiroteos masivos en escuelas, iglesias, empresas privadas y espacios públicos, orillan a las aseguradoras a innovar, de modo que puedan ofrecer coberturas que estén adaptadas a las necesidades de las organizaciones y, más importante aún, que permitan que los esquemas gubernamentales preventivos sean mucho más eficientes.