Propone CNSF incorporar en Ley de Seguros y Fianzas regulación para la innovación y transformación digital

El Asegurador

Es incuestionable que el crecimiento de los sectores  asegurador y afianzador de este país debería ser mucho más dinámico y menos insustancial o desangelado. Esto se lograría si la industria fuera impulsada en mayor  medida por la innovación y la transformación digital; por ese motivo, la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF) considera obligatorio revisar la regulación  que hoy rige la operación de las compañías de estos sectores, aunque dejando tal cual, como es obvio, la normatividad del régimen basado en Solvencia II. 

Esto sostiene  Ricardo Ernesto Ochoa Rodríguez, presidente del organismo, en entrevista exclusiva con El Asegurador. De hecho, el funcionario asevera   que la legislación se revisará, y en esta tarea participarán las instituciones  en aquellos aspectos que podrían mejorar el dinamismo del sector. Es importante recalcar que no se dejarán de lado  temas medulares, como niveles de solvencia, disciplina de mercado y requerimientos de capital.

“Transcurridos  tres años desde que se implementó el nuevo marco regulatorio, la CNSF considera que hoy es un momento propicio para examinar los resultados que se han alcanzado; y no queremos     dejar de insistir en la observancia irrestricta de los preceptos de Solvencia II; es decir, no debemos permitir que se relaje el modelo de evaluación de riesgos ni lo referente a la solidez financiera que se les  exige a las instituciones”, explicó Ochoa Rodríguez.

El funcionario aclaró  que los cambios que se introducirán en la regulación que rige la operación de  seguros y fianzas no serán radicales. Precisó que toda modificación se realizará  bajo la solidez que ha generado el régimen regulatorio basado en Solvencia II. “No estamos planteando modificaciones radicales; estamos proponiendo refinamientos, ciertos ajustes y calibraciones  para inyectarle un dinamismo mayor a la industria”, apostilló.  

En opinión de Ochoa Rodríguez, la innovación y la evolución que experimentará el sector asegurador en los próximos años tendrá que desarrollarse de forma equilibrada y paulatina  pero inexorable, puesto que el desarrollo de la tecnología podría provocar que las compañías queden rezagadas. 

El  servidor público indicó además que para el regulador esta nueva coyuntura es todo un reto; por lo tanto, alertó, la autoridad en estos ámbitos también tendrá que adecuar   sus propios procedimientos internos para desarrollar las condiciones que permitan que el seguro se encauce en la senda del crecimiento, impulsado por los adelantos inherentes a  la revolución digital.

“Con el regulador van a pasar cosas muy importantes;  en primer lugar, mucho de lo tradicional va a ser más difuso. Es probable que las fronteras territoriales empiecen a difuminarse porque existirán competidores que, desde otras latitudes, ofrecerán servicios de administración de riesgos. La  regulación entonces tendrá que adaptarse de modo que al consumidor no se lo deje a la deriva”, abundó Ochoa Rodríguez.

En segundo lugar, continuó el presidente de la CNSF, en cuanto a los integrantes del extenso andamiaje de la cadena de valor de los seguros, existirá un sinnúmero de nuevos competidores, aunque advirtió que no todos serán tomadores de riesgos, puesto que emergerán proveedores y desarrolladores que centrarán sus esfuerzos en mejorar la oferta de productos y en otorgarle mayor facilidad y agilidad a la experiencia de consumo; por lo tanto, pronosticó, la regulación tendrá que evolucionar para dar cabida a este   cúmulo de compañías emergentes y nuevos actores que coadyuvarán en las tareas de la industria.        

El funcionario explicó: “No se podrá regular a todos por igual; por consiguiente, como autoridad tendremos que redefinir el perímetro de la normatividad, y muy probablemente  ampliarlo para que nuevos proveedores entren en el escenario. Eso no significa que se les aplicará la misma carga regulatoria que se les exige a las aseguradoras, que toman riesgos elevados”.

Y redondeó así su idea: “Por esa razón habría que evaluar su función con base en la actividad de desempeño, ya que, si no, los ahogaremos con una   cantidad enorme de cargas regulatorias carentes de sentido que impedirán el desarrollo de sus actividades”.   

Ochoa Rodríguez puntualizó que el regulador no asumirá  una actitud tal que inhiba el desarrollo de este tipo de iniciativas. Insistió   en que no se debe obviar lo conseguido en materia de solvencia gracias a la regulación vigente, aunque advirtió que se debe procurar   el logro de un dinamismo mayor y un crecimiento contundente del sector asegurador mexicano.

“Lo que tiene que quedar muy claro es que el regulador debe velar por el progreso de la industria, y no por la sana evolución del sector tecnológico. De cualquier forma, la CNSF habrá de definir un ámbito de acción, que no ha de ser otro que el universo de    instituciones que conforman el ecosistema en el marco de la ley, incluyendo de forma central a un participante que muchas veces hasta se nos olvida: el consumidor”, amplió Ochoa Rodríguez.

Factores que no deben subestimarse

En otro punto de la conversación, Ochoa Rodríguez consideró crítico que se pretenda, desde el punto de vista regulatorio, adaptar la normatividad que rige al sector asegurador ante realidades cada vez más presentes,  como la innovación y la transformación digital, si en ese proceso se obvian los objetivos de solvencia y estabilidad financiera que se aplican a las compañías.

Especificó el funcionario: “Si se descuidaran  los aspectos mencionados y se llevara a cabo una modificación regulatoria en la que no se identifiquen los verdaderos propósitos que ayudarán  a mejorar la operatividad del seguro, estaríamos abocados a enfrentar severos problemas que afectarían no solo a la operación de las compañías, sino incluso al cliente; por eso  debemos ser capaces de encontrar un balance adecuado, un equilibrio, para que se pueda mantener la solvencia que hoy existe y se potencie la innovación en todos los eslabones de la cadena de valor del sector asegurador”.

Ochoa Rodríguez destacó que la forma en que se actualice el marco regulatorio será vital, puesto que, si se cometen errores,  la industria quedará atrasada respecto a otros sectores y el consumidor no gozará de los beneficios que ofrezca la innovación como un proceso que mejorará la compra, el reclamo y, en definitiva, la experiencia completa de consumo.

“Uno de los aspectos más positivos de esta revisión a la ley del sector es que las compañías finalmente tendrán la posibilidad de ampliar su catálogo de productos; por lo tanto, el consumidor diseñará la cobertura que se adapte a sus necesidades, algo que, lamentablemente,   hoy en día no pasa, pues sigue habiendo deficiencias muy grandes en cuanto a la forma en que el sector atiende los gustos del usuario y se adapta a sus verdaderos requerimientos”, juzgó el funcionario federal.       

Un sector abierto y decidido a cambiar

Consultado sobre la apertura y mentalidad que existe en el sector asegurador y afianzador para abrazar las innovaciones tecnológicas, Ochoa Rodríguez afirmó que tanto del lado de las instituciones como del lado del ente regulador no existe miedo para subirse al tren de  la revolución digital.

“La competencia por un trozo del mercado mexicano es dura; de ahí que las compañías se vean orilladas a adoptar estas dinámicas que tienen un   componente tecnológico notable, para utilizar y aprovechar de mejor forma la información, de modo que se creen coberturas novedosas. Después de todo, no se trata de saber    si la industria es tradicional o no; creo que lo que marca la pauta en esta traslación es esa apertura que caracteriza a las instituciones para adoptar las tendencias de aseguramiento que ya existen en otros países”, especificó el titular de la CNSF.

Por último, Ochoa Rodríguez precisó que el avance tecnológico marcará una   época nueva en la industria aseguradora y afianzadora del país, así como en la actividad del regulador, en vista de que tales innovaciones tecnocientíficas permitirán    evaluar y analizar los factores que inciden en la operatividad de las compañías en relación con los niveles de carga regulatoria.

“Desde la tribuna del regulador, sin duda alguna tendremos que seguir apostando por mantener ese adecuado equilibrio  entre solvencia, estabilidad, crecimiento e innovación tecnológica. Por supuesto que ésta es una labor compleja  que vamos a tener que ir descubriendo poco a poco, y la propia CNSF tendrá que hacer ajustes en materia de tolerancia al riesgo para que la adopción de tecnología sea un proceso que aumente el dinamismo del seguro  sin que se cree un riesgo en los niveles de solvencia”, finalizó Ochoa Rodríguez. 

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