En promedio, solo un 33 por ciento de las mujeres de América Latina tiene la libertad de tomar sus propias decisiones financieras dentro de su hogar; esta preocupante cifra deja ver la urgencia por fortalecer la educación financiera así como crear productos financieros y no financieros con perspectiva de género para otorgarles la importancia que merecen en torno a este tema.
Este planteamiento fue hecho por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) luego de llevar a cabo su estudio Capacidades financieras de las mujeres, en el que investigó a más de 1,200 personas de diferentes niveles socioeconómicos en varios países de la región durante 2019 y 2020.
El CAF reclamó la igualdad entre hombres y mujeres sobre todo en naciones en donde esta brecha está más marcada, tales como Brasil, donde solo 40 por ciento de las mujeres son responsables de las decisiones financieras de la casa o la familia; en Perú, 34 por ciento; en Ecuador, 31 por ciento; y en Colombia, 29 por ciento; frente a un 52 por ciento, 46 por ciento, 49 por ciento y 45 por ciento, de los hombres, respectivamente.
La entidad indicó que la educación financiera debe comprender temas específicos como el manejo del riesgo, la gestión del dinero, el acceso responsable e informado al sistema crediticio, la autoconfianza y las capacidades digitales y de negociación, por mencionar algunos. De igual manera, el género masculino también debe estar involucrado para poder lograr un trabajo en equipo exitoso.
En otros datos que sobresalen en la investigación, se dijo que en cuanto al ahorro, los niveles de las mujeres son menores que los de los hombres, ya que tres de cada cinco afirmó no disponer de una cantidad suficiente para cubrir sus gastos mensuales fijos y además poder ahorrar.
Asimismo, el que las mujeres tengan una menor participación en el mercado laboral o que haya grandes brechas salariales de género, contribuye a que ellas no puedan disponer de una cantidad fija mes con mes para dedicar al ahorro.
El CAF concluyó que, sin duda, el hecho de que exista una educación financiera especializada para las mujeres podría reducir en gran parte las diferencias entre ambos sexos, pues ellas podrían contar con mayores herramientas para administrar sus finanzas, tomar sus propias decisiones a conciencia y no dejarse llevar por el miedo, la urgencia, la necesidad y otros males a los que se enfrentan día tras día incluso, dentro de sus hogares.