Prevé Swiss Re Institute un 2021 turbulento por intensa temporada de huracanes

El Asegurador

 

Información reciente de Swiss Re Institute revela que las predicciones para la temporada de huracanes del Atlántico Norte son para un 2021 por encima del promedio, pero por debajo de las observaciones de 2020. También indica que las pérdidas moderadas recuerdan que los registros de peligros y las pérdidas aseguradas resultantes no siempre van de la mano. 

La publicación, elaborada en conjunto por Lucía Bevere, analista senior de Datos de Catástrofes y

Erdem Karaca, jefe de Peligros Catastróficos en las Américas, señalaron que el riesgo de huracanes es una amenaza importante para las empresas y los residentes costeros de Estados Unidos y la resistencia a los desastres es clave para minimizar sus efectos. 

El reporte añade que la temporada de huracanes del Atlántico Norte ha comenzado temprano por séptimo año consecutivo, pues la tormenta subtropical Ana se formó el 22 de mayo, antes del inicio oficial de la temporada el 1 de junio (termina el 30 de noviembre), aunque no amenazó tierra. 

“Después de un récord de 2020 para tormentas con nombre, los pronósticos de las organizaciones meteorológicas predicen una temporada superior al promedio nuevamente en 2021 con tres a cinco huracanes importantes (Saffir-Simpson Categoría 3 y superiores). Los pronósticos de esta temporada reflejan predicciones de temperaturas de la superficie del mar (TSM) subtropical del Atlántico Norte más cálidas que el promedio y baja cizalladura vertical del viento”, detallan los autores.

Estos son el resultado de las condiciones neutrales esperadas a causa del fenómeno de El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) y el regreso de La Niña más adelante en la temporada, los cuales favorecen una actividad por encima del promedio. Sin embargo, el Atlántico tiene la mayor variabilidad de un año a otro de todas las cuencas de ciclones tropicales del mundo.

Lucía Bevere y Erdem Karaca revelan que la frecuencia e intensidad de los huracanes varían significativamente tanto a corto como a mediano plazo, ya que muchos factores atmosféricos y oceánicos afectan las TSM. Como resultado, las previsiones de pretemporada (emitidas desde principios de abril hasta finales de mayo) son muy inciertas.

Los autores señalan, no obstante, que es demasiado pronto para decir cómo se traducirán las previsiones de la temporada 2021 en pérdidas de la industria de seguros y que a pesar de los mejores modelos de pronóstico, solo es posible estimar con precisión la trayectoria de un huracán en particular unos días antes de tocar tierra.

“No podemos pronosticar si tales tormentas encontrarán tierra y dónde. La temporada 2020 trajo un número récord de tormentas con nombre y tocadas a tierra a lo largo de la costa de Estados Unidos, pero no se tradujo en importantes reclamaciones de seguros debido a la ubicación comparativamente benigna de la mayoría de las grandes tormentas. Estos se encontraban en partes escasamente pobladas de la costa de Estados Unidos o en países de América Central con una penetración de seguros relativamente menor, aunque estas naciones con seguro insuficiente aún incurrieron en pérdidas económicas significativas”, remarcan.

“Asimismo, los factores económicos como la inflación también afectan la evaluación del riesgo de huracanes para la industria de seguros. La inflación estadounidense está aumentando, alimentada por la recuperación económica y el gasto de los consumidores, así como por el estímulo fiscal de la crisis. Los precios de la construcción, en particular, están al alza debido al auge del mercado de la vivienda. Es probable que esto aumente drásticamente los costos de reclamaciones por cualquier recalada que ocasione pérdidas esta temporada, lo que afectaría significativamente de manera negativa los costos de indemnización para cualquier reasegurador”, anota el análisis. 

Bevere y Karaca apuntan también que existe una creciente evidencia que sugiere que a medida que aumentan las temperaturas, los huracanes pueden intensificarse más rápido justo antes de tocar tierra. Esto hace que el pronóstico de la intensidad de los huracanes sea más desafiante, lo que complica la preparación para desastres y potencialmente conduce a tasas más altas de lesiones y muertes.

Los ciclones tropicales en el Atlántico norte, y en particular los huracanes importantes, seguirán planteando un riesgo sustancial para las costas oriental y del Golfo de América del Norte, así como para El Caribe. Una tormenta que golpea ubicaciones costeras con una concentración de alto valor puede ocurrir en cualquier época del año, independientemente de la cantidad de actividad prevista, indica el documento difundido. 

“Puede ser necesario un solo evento severo para causar un daño incalculable, como lo confirma la experiencia del huracán Andrew en 1992, un año de actividad limitada. Para las comunidades expuestas, la preparación y el avance de la resiliencia ante desastres naturales son esenciales, de modo que se logre minimizar sus efectos”, concluyen los representantes de Swiss Re Institute.

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