Lograr que la fianza sea un instrumento fácilmente exigible en el momento de la reclamación es todavía una asignatura pendiente en el sector, y resolverlo urge porque ello genera un problema de carácter reputacional que afecta a la imagen y credibilidad de este instrumento de garantía, señaló en entrevista Eduardo Arrigunaga, director ejecutivo de Fianzas en Sekura.
Desde la perspectiva del especialista, es necesario modificar clausulados e imprimirles claridad a determinados textos legales que, tal como hoy se presentan, desafortunadamente muestran lagunas que son aprovechadas tanto por las afianzadoras como por los clientes incumplidos para tratar de evadir sus obligaciones.
La fianza ha sido garante histórico en el desarrollo de la infraestructura pública de este país, y de ahí la importancia de erradicar cualquier punto de conflicto en su proceso de reclamación eliminando dudas o clausulados que puedan dar pie a prácticas contrarias a las que debe servir una garantía, apuntó el directivo de Sekura.
Arrigunaga agregó que, a pesar del complejo entorno que prevaleció en 2021 debido a la pandemia, el primaje del sector no dejó de crecer hasta el tercer trimestre como no lo había hecho desde hace muchos años; aunque en el último trimestre se experimentó una desaceleración en la contratación de estos instrumentos; y es muy probable que dicha desaceleración se extienda a los tres primeros meses de 2022.
De cara a 2022, precisó el directivo de la firma, el sector afianzador regresará a crecimientos de un dígito o bien al estancamiento. Así lo explicó: “Aun cuando se presentara el mejor de los escenarios económicos, la fianza es un sector maduro que difícilmente volverá a registrar crecimiento de doble dígito; y de ahí la importancia de generar condiciones óptimas de operación en cualquier circunstancia”.
El entrevistado mencionó, por otra parte, ciertos factores con los cuales el sector está lidiando, como la competencia, lo que significa que, si bien han crecido los montos afianzados, las primas no lo han hecho en la misma proporción. Esto habla, indicó, de que se está viviendo una baja sensible de precios como consecuencia de que hoy se libra una competencia por precio, en vez de que se exalten los valores agregados que ofrece este instrumento de garantía.
Arrigunaga declaró que el mercado afianzador está creciendo porque entran nuevos competidores pero que la oferta de fianzas no se expande de manera proporcional, lo que ocasiona que se desencadene la práctica, poco recomendable, de castigar el precio de las garantías, en lugar de privilegiar el servicio y la calidad. Eso orilla a los beneficiarios a buscar otro tipo de garantías.
El seguro de Caución
Se le preguntó a Arrigunaga su opinión acerca de la situación y perspectivas del seguro de Caución en el mercado mexicano. Al respecto dijo que este recurso de garantía, que entró con una expectativa muy favorable, ha quedado un poco en el olvido.
El especialista afirmó que las afianzadoras que se convirtieron en aseguradoras de Caución ya no están tan entusiasmadas por haberlo hecho; por consiguiente, tampoco hacen mucho por fomentar la venta de este instrumento.
Es una realidad que falta innovar para hacer crecer a este seguro en el mercado; y, por lo tanto, son pocas las afianzadoras que desean sustituir a la fianza por un seguro de Caución, sobre todo porque la fianza ha sido el instrumento de garantía por excelencia, precisó el representante de Sekura.
Arrigunaga agregó que en el futuro se buscará dejar a la fianza como el instrumento principal de garantía y utilizar al seguro de Caución como un complemento, lo que entraña otro reto para el sector, que se traduce en encontrar la fórmula que facilite esa complementariedad y excluya la idea de que tal cobertura es competencia para la fianza.
Para concluir, Arrigunaga consideró que, modificando la ley en lo que atañe a esta situación y mejorando la exigibilidad de la fianza, el sector afianzador logrará no solo crecer naturalmente con los productos que ya tiene, sino, más aún, ganarle mercado a otros instrumentos de garantía.