Por temor a contagiarse de COVID-19, un gran número de personas que padecen enfermedades crónico-degenerativas o cuyos tratamientos no deben interrumpirse ha decidido ya no acudir al hospital hasta que la pandemia desaparezca. Lo delicado es que, de continuar esta tendencia, se provocará el agravamiento de enfermedades y la pérdida de vidas.
“Evitemos tomar decisiones basadas en rumores que ponen en grave riesgo la salud”. Éste es el llamado de José Sánchez Zolliker, director de Médica Vial, al señalar en entrevista que prestar oídos a información falsa ha ocasionado una marcada disminución de las visitas a los centros hospitalarios para recoger medicamentos o para realizarse estudios habituales, lo que es muy grave porque se pierde de vista que no solo el coronavirus está matando a las personas, sino también la diabetes, la hipertensión, el cáncer, entre otros males.
El director de Médica Vial indicó que existe un número importante de personas que han tomado decisiones sobre su salud con base en fuentes muy mal fundamentadas; por ejemplo, porque escucharon el rumor de que la COVID-19 actúa sobre un grupo de enzimas que favorecen que su enfermedad se agudice, y por eso suspendieron su tratamiento. Pero no se han puesto a reflexionar que eso puede convertir su padecimiento en una situación de riesgo mucho más elevado.
Otros porque se sienten mal han optado por interpretar o suponer que lo que les está pasando está relacionado con algunos síntomas de la COVID-19, y con base en esa autovaloración rechazan ir al médico a recibir la atención adecuada y el diagnóstico acertado. Esto llevará a que las enfermedades no relacionadas con la pandemia tengan un repunte importante en unos meses más.
Sánchez Zolliker, como proveedor especializado en el área de atención a accidentes viales, relata que ha habido casos en que accidentados con lesiones leves rehúsan ir al hospital por el temor a contagiarse de COVID-19, lo que deriva en que, por retrasar el tratamiento, un traumatismo sencillo se convierte en una afección crónica, aguda y de larga duración.
La desinformación es grave y está afectando a las campañas de vacunación que el Gobierno programa en diversos meses del año. Por la pandemia, las personas no quieren vacunarse, lo que es muy grave porque eso puede provocar que vuelvan a surgir enfermedades que ya estaban controladas tanto en la población infantil como en adultos. ¿Un ejemplo? El sarampión, cuyos brotes han causado alerta en el sector salud debido a que su contagio es aún más veloz que el del coronavirus, explicó Sánchez Zolliker.
Por fortuna, agregó el entrevistado, con el confinamiento que la población ha observado como consecuencia de la crisis sanitaria la proliferación del sarampión en la población infantil y adulta ha tenido un avance más controlado respecto al que se tenía antes de la crisis por COVID-19, momento en el que se estaba observando una expansión acelerada de dicha enfermedad.
Es por todo lo anterior por lo que Sánchez Zolliker hizo un llamado a las personas con enfermedades crónico-degenerativas o en tratamientos impostergables a que no suspendan su atención ni eviten acudir al médico. Es falsa la información de que los hospitales están mezclando la atención de los pacientes infectados de coronavirus con la que se brinda a los de padecimientos no transmisibles. En todos los hospitales hay áreas específicas y ampliamente controladas, de manera que no hay riesgo de contagio.
“Seamos conscientes de que una persona que decide suspender de manera voluntaria sus tratamientos puede provocar que se agrave su situación y se prolongue innecesariamente su rehabilitación, o incluso que pierda la vida. Evitemos tomar decisiones sobre nuestro estado de salud con base en fuentes no autorizadas”, concluyó el entrevistado.