A pesar de la realización de campañas gubernamentales continuas encaminadas a combatir la obesidad y de la promoción constante de la conveniencia de tener una vida saludable, pareciera que todos los esfuerzos han sido inútiles en este país, ya que obesidad y sobrepeso van en aumento. ¿Será que no acabamos de entender lo básico, por ejemplo la diferencia entre sobrepeso y obesidad?
Para empezar, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define sobrepeso y obesidad como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Pero sería bueno perfeccionar esta vaga descripción recurriendo al concepto de Índice de Masa Corporal (IMC), el cual se calcula dividiendo el peso de una persona en kilogramos entre el cuadrado de su talla en metros (kg/m²) Si el resultado es mayor o igual a 25, esa persona presenta sobrepeso; si es mayor a 30, padece obesidad. Este análisis más fino del problema nos permite comprenderlo.
Por ejemplo, una persona que mide 1 metro 74 centímetros y pesa 85 kilos tiene un diagnóstico de sobrepeso, como puede comprobar el lector en los cálculos siguientes: IMC=85/(1.74×1.74) IMC=85/3.02 IMC=28.14.
El tamaño de la cintura tiene, por su parte, una relación directa con la cantidad de grasa visceral acumulada en el cuerpo; y, si dichos niveles de grasa son altos, pueden provocar hipertensión, diabetes o lípidos elevados (colesterol, triglicéridos) y desencadenar problemas en el corazón.
La obesidad es multifactorial, y las siguientes son solo algunas de las causas que impiden lograr la meta de estar en el peso adecuado.
Falta de actividad física
Hablamos de actividad física cuando incluimos todos los movimientos del cuerpo que provocan un gasto energético: desplazarnos o llevar a cabo tareas de hogar; mientras que con ejercicio físico nos referimos a la práctica de movimientos planificados y diseñados para estar en forma, como una clase de pilates o de zumba o una sesión de trote.
Una primera observación es que resulta mucho mejor estar en movimiento todo el día, en el plano de la actividad física —aunque no vaya uno a un gimnasio—, que permanecer sentado todo el día y hacer una hora de ejercicio físico.
Una serie de tips: muévete más, estaciona tu auto más lejos de donde lo dejas habitualmente, pasea a tu mascota, usa bicicleta para llegar a tu oficina, trata de lograr la meta de 10,000 pasos al día. The British Journal of Sport Medicine recomienda que por cada dos horas de estar sentado te levantes o te mantengas en movimiento dos minutos.
Falta de conciencia
Para comenzar, evalúa tu peso y porcentaje de grasa. Muchas enfermedades son provocadas por el sobrepeso y la obesidad.
Al hablar de dolores de rodillas y de espalda, insomnio, infertilidad, diabetes, hipertensión, algunos tipos de cáncer, hígado graso o infartos se minimizan las causas reales: obesidad o sobrepeso.
En el caso de los niños con obesidad o sobrepeso, aún se cree que van a crecer y bajarán esos kilos excesivos, a pesar de que eso no sucede: el niño crece y engorda más debido a que los malos hábitos siguen presentes.
Recuerda esta estadística: solo tres de cada 10 personas alrededor de ti están en su peso ideal, y debes saber que un kilogramo arriba de tu peso ideal ya es sobrepeso, y que tu organismo sufrirá sus efectos negativos.
Ya se nos hizo “normal” tener sobrepeso
Todavía existen mitos que se reflejan en expresiones como ésta: “Es que en mi familia somos de hueso ancho”; o se insiste en pensar que se está fuerte y vigoroso o que se tienen curvas…, cuando la realidad es que uno registra sobrepeso u obesidad, sin atenuantes.
Y es que en nuestra sociedad, paradójicamente, si alguien sigue un programa para llegar a su peso correcto, los comentarios que más recibirá serán negativos, como: “Te ves enfermo” o “Ya deberías comer normal” o “Ya te ves mal flaco”, porque muchos suponen que comer normal es consumir carbohidratos en exceso y pocas frutas y escasas verduras.
Existen grupos en los que incluso excluyen o marginan a aquellos que cuidan su alimentación. Sé de un caso en el que a una persona no le renovaron el contrato con el argumento de que no se “integraba” al grupo en los “días del sope” o “del mercado sobre ruedas” para comer alegremente antojitos mexicanos altos en calorías.
En mi consulta frecuentemente escucho a pacientes comentarme que sus familiares cercanos les dicen: “Ya come normal; caes mal con tu dieta”.
Frente a la acuciante necesidad de pertenecer al grupo, muchos terminan por regresar a sus malos hábitos y abandonan el programa nutricional.
No cuidamos las raciones de lo que comemos
Al mencionar que no vigilamos que las raciones que comemos sean las correctas, estamos yendo más allá de solo un comer saludable. Muchas personas llegan a mi consultorio comentando que no saben por qué subieron de peso si han comido de forma saludable, y nunca comida chatarra o grasosa.
El problema es que no se trata solo de comer saludablemente, sino que es mucho más importante cuidar las raciones; sin resquicio para la duda, si tienes sobrepeso es que estás comiendo de más, así se trate de alimentos saludables. Es recomendable aprender a cuidar las raciones; y, si no sabes cómo, puedes preguntárselo a un profesional de la nutrición.
Conclusiones
La obesidad y el sobrepeso los provocamos todos; es decir, en cierta medida hemos sido cómplices en la generación de un problema de salud que propicia fuertes gastos en salud pública y también muchas muertes.