La economía mexicana cayó 2.2 por ciento durante el primer trimestre del presente año, lo que significa que el Producto Interno Bruto (PIB) tuvo una contracción menos profunda a la esperada, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El Inegi dio a conocer el pasado 30 de abril una estimación oportuna, en la que sus datos mostraban que la contracción económica sería de 2.4 por ciento. Sin embargo, esta es la caída más severa del PIB desde la crisis de 2009, cuando tuvo un desplome de 5 por ciento en los primeros tres meses de dicho año.
Es un hecho que la pandemia del COVID-19 fue fundamental en relación a las afectaciones que percibieron los sectores industriales, con una disminución de 3.5 por ciento a tasa anual y de servicios, principal motor de la economía mexicana, que se contrajo en 1.2 por ciento.
Estas cifras, además de las afectaciones derivadas de la propagación de la COVID-19 y el cierre de negocios en todo el país, también son una muestra de la desaceleración económica por la que atraviesa el país desde mediados del año pasado, ya que el PIB acumula tres trimestres en terreno negativo en sus comparaciones anuales.