A pesar de la reciente aprobación de la reforma al Sistema de Ahorro para el Retiro que propuso el gobierno que lidera el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), cerca de 55 por ciento de los cotizantes en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no gozará de una pensión cuando culminen su etapa de acumulación, por lo que correrían el riesgo de afrontar su jubilación sin un adecuado sustento económico, advierte el Banco de México (Banxico).
La observación de Banxico se desprende de su análisis denominado La reforma del sistema de pensiones de México: posibles efectos sobre las jubilaciones, la dinámica del ahorro obligatorio y las finanzas públicas, en el que se apunta asimismo que con el objetivo de incrementar el número de trabajadores elegibles a una pensión, la reforma ejecutada por el Gobierno Federal en marcha plantea la reducción en las semanas requeridas de cotización ante el IMSS.
Pese a lo anterior, Banxico es enfático al anotar que “al finalizar el periodo de transición, con 1,000 semanas mínimas de cotización, la Densidad de Cotización (DDC) ascendería a 45 por ciento y el porcentaje de asegurados que no alcanzaría pensión sería de 55 por ciento”.
Y es que según el análisis, la DDC promedio en México se ubica en 44.3 por ciento, lo que significa que la mayoría de los trabajadores en este país pasa menos de la mitad de su vida laboral en el sector formal de la economía.
El análisis divulgado por el órgano autónomo del país precisa que el elevado umbral que prevalecía previo a la reforma, de 1,250 semanas de cotización para alcanzar el derecho a la pensión, restringía el número de trabajadores que podían aspirar a este beneficio. En este contexto, subraya, la reforma 2021 reduce el requisito de semanas de cotización de 1,250 a 750 semanas en 2021.
El diagnóstico difundido por Banxico reconoce que la reforma de pensiones aprobada busca lograr incrementos sustanciales en el nivel de cobertura de la plataforma de ahorro y retiro implementada en México. De modo que, describe, se realizaron modificaciones en las siguientes vertientes:
- i) un incremento en las contribuciones totales a las cuentas individuales de los trabajadores;
- ii) un esquema para la obtención de una pensión mínima garantizada más flexible;
iii) una disminución en el número mínimo de semanas de cotización al IMSS para tener derecho a pensión; y,
- iv) una reducción en los cobros por comisiones que realizan las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores).
Avance palpables
El diagnóstico de Banxico hace énfasis en que si, por ejemplo, un individuo comienza a trabajar a los 22 años y se retira a los 65 años, bajo el régimen anterior alcanzaba una pensión con una DDC mínima de 56 por ciento. No obstante, añade, alrededor de 75 por ciento de los trabajadores afiliados al IMSS presentan una DDC inferior. De modo que, sostiene, no serían elegibles a una pensión.
En contraposición a lo anterior, con la reforma de pensiones propuesta por la actual administración federal, la reducción a 750 semanas de cotización reduciría a 34 por ciento la DDC mínima de ese trabajador, indica Banxico.
En cuanto a los activos bajo administración de las Sociedades de Inversión de Fondos para el Retiro (Siefores), el organismo federal puntualiza que la reforma recién aprobada conlleva un importante crecimiento sostenido del ahorro interno, de tal suerte que habrá una mayor disponibilidad de recursos para el financiamiento de proyectos productivos de largo plazo.
Por último, Banxico señala que la reforma de pensiones representaría sobre las finanzas públicas un ligero costo fiscal en valor presente neto de aproximadamente 0.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de 2020, aunque especifica que durante los primeros 23 años se observaría un beneficio tributario de 4.6 por ciento en el PIB nacional.