Para examinar el tema de las pensiones hará falta todavía gastar mucha tinta, a pesar de que los medios de comunicación cada día se orientan más hacia lo digital, sobre todo a la luz de la preocupación de los miembros de la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP) debido a la tentación de los gobiernos de manejar el tema con un toque de populismo.
“Nos preocupa que, en ocasiones, los sistemas previsionales se transformen en un campo propicio para el populismo, cuyas consecuencias las verán las generaciones futuras, cuando ya no estén aquellos que obtuvieron el rédito de la medida ni los responsables de su adopción”, dice la FIAP con inquietud en el documento elaborado el 11 de julio de 2019, titulado Carta de Lima.
Puntual, después de una serie de precisiones, el organismo presidido por Guillermo Arthur insta a los encargados de las políticas públicas de los países a que promuevan que todos los procesos de cambio se enmarquen en los márgenes de una discusión técnica que asegure, como único objetivo, la mejora sostenible de las pensiones, de modo que sea viable el derecho a llevar una vida digna al jubilarse.
En el documento, la FIAP reconoce que el eje central de la seguridad social es proteger al ser humano en su etapa de mayor vulnerabilidad; que en un sistema previsional la tarea recae en el aprovisionamiento de una pensión que permita una vida digna. Sin embargo, advierte, contradicen dicha función aquellas políticas públicas o mecanismos que privan a sus ciudadanos del derecho de tener una pensión o lo limitan gravemente.
Tras señalar lo anterior, la FIAP anota que esa contradicción desprotege a la población durante la vejez, ya que los ciudadanos quedan expuestos a riesgos como longevidad, invalidez y sobrevivencia, y “uno de los mayores retos que enfrentan los países a nivel global es el envejecimiento poblacional, causado por la reducción de la tasa de natalidad y el aumento de las expectativas de vida”, señala el organismo.
A lo anterior se añade la estrechez fiscal y de la capacidad de endeudamiento de los países, los cuales generan presiones sobre los sistemas de pensiones de reparto o de beneficios definidos, lo que vuelve a éstos financieramente insostenibles. Puntualiza la FIAP que el sistema de pensiones basado en la capitalización individual también se ve afectado, pero es la mejor herramienta para dar sostenibilidad a la protección durante la vejez.
Los trabajadores de los países miembros de la FIAP son dueños de fondos equivalentes a 570,000 millones de dólares. En esos lugares, indica el organismo, en los sistemas más maduros hasta 70 por ciento corresponde a la rentabilidad de la inversión, aunque existen espacios de mejora y perfeccionamiento que, agrega, deben darse en el marco de una discusión técnica y con una visión de largo plazo.
De lo descrito emana el compromiso de la FIAP de seguir promoviendo e implementando las mejores prácticas a todo nivel con el fin de generar valor, eficiencia y sostenibilidad al sistema, lo que garantizará mayores beneficios para los más de 110 millones de afiliados y futuros jubilados pensionistas. Enseguida establece que trabajará en distintos ejes, que son citados a continuación:
- a) Promover la mayor acumulación de recursos en las cuentas de los trabajadores por medio del ahorro voluntario y trabajando e insistiendo ante las autoridades que correspondan, con el objetivo de realizar de manera oportuna los ajustes paramétricos a los sistemas de pensiones, que provienen del cambio demográfico en el mundo.
- b) Promover la eficiencia en la gestión de recursos y la aplicación de estrategias de inversión, de manera que se logre incrementar el ahorro de cada afiliado y de esa manera éstos puedan obtener mejores pensiones.
- c) Promover el desarrollo de políticas que posibiliten la ampliación de la cobertura previsional, tomando en cuenta el reto que impone a los sistemas de pensiones la alta
informalidad, así como nuevos esquemas de trabajo con mayor flexibilidad para los llamados millennials.
- d) Reconocer las características de la carrera laboral de las mujeres para garantizar una equidad plena y potenciar su incorporación a la fuerza laboral; y, en general, promover la integración de aquellos grupos poblacionales que sean vulnerables.
- e) Dar prioridad a la educación financiera y previsional con la finalidad de que ésta permita al afiliado contar con las competencias necesarias para la toma de decisiones y lo haga capaz de comprender y obtener el mayor beneficio del sistema, logrando así relacionar el esfuerzo del ahorro previsional con la acumulación del fondo y pensión alcanzada.
- f) Poner en marcha la optimización de procesos por medio de la innovación y transformación digital, lo que permitirá generar mayor eficiencia en beneficio de los afiliados y de la inclusión pensionaria.
- g) Fomentar la inversión en proyectos que incrementen el bienestar económico y ahorro nacional de los países, factor que ha convertido a los trabajadores, a través de sus AFP, en los inversionistas institucionales más importantes.
- h) Impulsar la creación de un marco jurídico y regulatorio estable en el que se respete la certidumbre y el desarrollo de los sistemas de pensiones y se preserven los derechos y beneficios adquiridos por los afiliados.
Y concluye la FIAP: “Reafirmamos el carácter del ahorro pensional como un proyecto de largo plazo que se inicia con el primer trabajo y se construye por décadas con base en el esfuerzo del afiliado y de los resultados que las Administradoras de Fondos de Pensiones generan para él; reconocemos el esfuerzo y confirmamos la voluntad de seguir siendo su aliado para que, entre todos, consolidemos ese ahorro, que es enteramente propiedad de cada trabajador”.