Aunque la pandemia derivada de la COVID-19 desató en México una crisis económica de considerable magnitud y simultáneamente produjo que magnos proyectos de construcción y actividades comerciales se paralizaran por completo, el sector afianzador debe evitar caer en la tentación de definir estrategias sin cautela en su afán de superar dichos acontecimientos, por lo que es recomendable que las instituciones que conforman esta industria evalúen con especial cuidado sus planes operativos y de negocios. Este examen les permitirá evitar efectos negativos a largo plazo que podrían dañar su rentabilidad, alertó Juan Pablo de Velasco Cepeda, presidente de la Asociación Mexicana de Instituciones de Garantías (AMIG).
En entrevista exclusiva con El Asegurador, De Velasco Cepeda señaló que, en caso de que las empresas que conforman el armazón del sistema de garantías en el país decidan trazar estrategias de rápida ejecución que tengan como objetivo único sobreponerse con inmediatez a los adversos efectos de la actual recesión económica, podrían enfrentar un escenario aún más complejo que obstaculizaría su desempeño.
“Los afianzadores no deben perder de vista que ante su urgencia de recuperarse de esta crisis económica en marcha corren el riesgo de diseñar e instrumentar estrategias que, si bien podrían generar resultados positivos en la inmediatez, quizá mermen su desempeño en el futuro”, explicó el presidente de la AMIG.
Por lo anterior, De Velasco Cepeda indicó que, en lugar de intentar innovar con estrategias enérgicas implementadas de manera abrupta, el sector afianzador tendría que centrar sus esfuerzos y su cuidado en las relaciones contractuales que se celebren. Además apuntó que es imperativo que las instituciones de garantías evalúen con especial detalle la forma en que se irá reactivando la actividad económica de México bajo las directrices que se han esbozado desde los tres niveles de gobierno.
La recuperación será lenta
El funcionario de la AMIG precisó que la diseminación del virus SARS-CoV-2 que abrió la puerta a esta pandemia produjo un cúmulo enorme de nuevos retos para la industria de las garantías en México. En tal sentido, detalló que las áreas técnicas y comerciales, así como la operación íntegra de cada compañía, se pondrán a prueba a causa del evento sanitario que desencadenó la neumonía atípica del nuevo coronavirus.
“En la actualidad, estamos entrando en la primera etapa de arranque en el sector construcción, que, como todos sabemos, es un eslabón primordial en el desenvolvimiento de las fianzas en el país. De esta manera, en la medida en que este segmento crezca y su derrama dinamice la economía, también las garantías registrarán un desempeño positivo. Ahora bien, debemos ser conscientes de que tras la COVID-19 la recuperación de la industria será gradual y a ritmo lento”, abundó De Velasco Cepeda.
Aunado a lo anterior, el directivo de la AMIG destacó que las compañías que integran al sector afianzador mexicano están atentas a las consecuencias que se desprenderán del fenómeno epidemiológico (que aún no se mitiga en México); están a la expectativa de lo que sucederá con los posibles incumplimientos en los que podrían haber incurrido los fiados, así como de los sobrecostos que se generaron en algunos contratos.
“El sector afianzador ha estado analizando caso por caso y trabajando para idear las mejores alternativas, de manera que se logre un entendimiento absoluto de los contratos y se favorezca a las partes involucradas, ya que, aunque incuestionablemente se concretaron incumplimientos, no debemos obviar que esto ocurrió por circunstancias ajenas a la voluntad de los interesados; así que podrían resultar absueltos de cualquier responsabilidad pactada”, sostuvo De Velasco Cepeda.
T-MEC, un aliciente
En otro punto de la entrevista, el presidente de la AMIG se refirió a la reciente entrada en vigor del tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Dijo que la puesta en marcha de este convenio trilateral es un aliciente para la actividad económica de nuestro país. Además predijo que con esta plataforma comercial de escala internacional nacerán diversas oportunidades de negocios para las afianzadoras porque se originarán nuevas proveedurías de bienes y servicios, las cuales probablemente requerirán algún tipo de garantía.
“Gracias a la puesta en marcha del T-MEC, hay buenas expectativas en la industria de las garantías. Por otro lado, con el escenario actual del país, creemos que las fianzas Administrativas ganarán fuerza, sobre todo porque habrá una demanda en este segmento proveniente de los contratos públicos, de modo que dicho ramo será impulsado por la cristalización de obras de infraestructura que estarán a cargo de la actual Administración Federal”, amplió nuestro entrevistado.
Con nuevas habilidades para lo que viene
En un pasaje de la charla, De Velasco Cepeda hizo hincapié en que la pandemia de COVID-19 fue un desafío mayúsculo para la operación del sector afianzador; sin embargo, reconoció que el evento se sorteó con éxito y, más benéfico aún, ocasionó que las instituciones que integran esta industria abrazaran procesos inaplazables, como la digitalización.
“La coyuntura sanitaria nos empujó a utilizar las herramientas tecnológicas con las que ya contábamos pero que por diferentes circunstancias no nos habíamos animado a adoptar, o al menos no de manera intensiva; por consiguiente, el balance acerca del desempeño del sector afianzador frente a este acontecimiento es positivo, puesto que no solamente ideamos mejores soluciones para la continuidad del negocio, sino que también tuvimos importantes aprendizajes y, más importante aún, logramos una optimización muy sólida de recursos. Estos beneficios a final de cuentas se quedarán como prácticas habituales y definitivas de nuestra operatividad como industria”, especificó quien preside la AMIG.
Por último, De Velasco Cepeda sostuvo que el sector afianzador está listo para aportar su grano de arena y conseguir que México regrese a la senda del crecimiento económico; sin embargo, advirtió que es vital que las instituciones que conforman esta industria trabajen siempre cohesionadas para conseguir que la garantía cobre una relevancia mayor en este país.
“El sector afianzador mexicano está preparado para apoyar, orientar y mediar en los casos que pudieran presentar alguna anomalía contractual derivada de la pandemia de COVID-19. No debemos olvidar asimismo que la garantía es un instrumento clave que filtra y estudia a los proveedores y contratistas; que anticipa el éxito en los contratos que se celebran y respalda adecuadamente las obligaciones que se asumen. En concreto, es indispensable que, como industria, trabajemos en erigir fundamentos sólidos para construir e impulsar la cristalización de proyectos, tanto públicos como privados, en los que la fianza tenga protagonismo y sobresalga como un vehículo financiero que aporta protección, certeza y confianza en el cumplimiento de las obligaciones”, finalizó el presidente de la AMIG.