El progreso registrado en el empleo femenino a partir de 2011 se está viendo amenazado como consecuencia del efecto negativo de la pandemia experimentado por las mujeres. Así lo afirma el informe Women in Work Index 2021, de la consultora PriceWaterhouseCoopers (PwC).
Dicha investigación mide la participación de la mujer en el mercado de trabajo en 33 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a partir de cinco grandes indicadores clave: la brecha salarial, la población activa, la tasa de paro femeninos, la diferencia de la participación entre hombres y mujeres en el mercado de trabajo, y la proporción de mujeres empleadas a tiempo completo.
El reporte añade que durante los últimos nueve años, los países de la OCDE han hecho avances consistentes en materia de empleo femenino. Sin embargo, la pandemia está revirtiendo esta tendencia debido al peso de las mujeres en los sectores más afectados por la COVID-19. El Índice General de PwC, que mide esta evolución, ha caído por debajo de los niveles de 2017: si entonces se situaba en 62.4 puntos, ahora se encuentra por debajo y, solo en los dos últimos años, ha caído 2.1 puntos.
En tal sentido, las estimaciones de PwC apuntan a que en 2022 esta situación puede experimentar una suave recuperación y crecer 0.8 puntos. No obstante, si se mira más adelante, en 2030, es necesario duplicar la velocidad de los avances en materia de empleo femenino si se quiere recuperar el daño causado por la COVID-19.
¿Por qué ha afectado la COVID-19 al empleo femenino?
El informe señala que los trabajos desempeñados por mujeres se han visto afectados de manera desproporcionada por la COVID-19 debido a las desigualdades de género existentes en la sociedad y la gran secuela de la pandemia en el sector servicios -con altos niveles de empleo femenino-. Así, en 2020, la tasa de desempleo aumentó en la OCDE, siendo el ritmo de desempleo de las mujeres más rápido.
La pandemia también está amplificando la carga desigual del cuidado infantil no remunerado y el trabajo doméstico que realizan las mujeres, señala el documento. Estas responsabilidades hacen que más mujeres que hombres abandonen el mercado de trabajo, un hecho que provoca que tanto el progreso en la igualdad de género como el de crecimiento económico se contraigan, al reducir la contribución de la mujer a la economía.
“La pandemia está teniendo un efecto devastador en la economía y en el empleo. Pero este efecto se ve más acentuado en el caso del empleo femenino, lo que ha supuesto un retroceso tanto en la cantidad como en la calidad del mismo. Esto tiene un impacto negativo en el Producto Interno Bruto (PIB) y supone una ralentización en la recuperación de nuestra economía. Por este motivo, si bien las administraciones públicas deben tomar acciones correctoras de esta situación de desequilibrio, desde el sector privado también debemos contribuir a solucionar esta situación promoviendo la corresponsabilidad y trabajando para eliminar los sesgos inconscientes que tanto perjudican a la consecución de la igualdad y, por tanto, a la mejora económica y social que ella conlleva”, señaló Sandra Deltell, socia responsable de Diversidad en PwC.