La crisis sanitaria afectó en materia de empleo a los grupos etarios considerados como población vulnerable, contexto que profundizó aún más la desigualdad en el mercado laboral de Latinoamérica. Sin embargo, el episodio adverso desatado por la COVID-19 provocó consecuencias devastadoras para los jóvenes de 15 a 24 años, segmento que fue expulsado de forma considerable del sistema laboral, alerta un informe elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL).
La investigación desarrollada por la OIT en conjunto con la CEPAL, denominada Coyuntura Laboral en América Latina y El Caribe. La dinámica laboral en una crisis de características inéditas: desafíos de política, precisa que el efecto de la recesión económica en marcha es mayor entre los jóvenes, ya que dicha capa poblacional enfrenta menor disponibilidad de vacantes para los primeros empleos y una marcada disminución, en lo que se refiere a renovación de contratos temporales y períodos de prueba.
De acuerdo con los organismos, la menor probabilidad de conseguir empleo desalienta la búsqueda de oportunidades laborales entre millennials y centennials, conglomerados sociales que hoy se posicionan como población económica inactiva y que tampoco cursa estudios.
“Los largos periodos de inactividad dejan cicatrices en la trayectoria laboral; o sea, más informalidad y mayor exclusión en el mercado del trabajo a futuro”, anota el análisis.
De acuerdo con el diagnóstico, en 2020 las economías y los mercados laborales de América Latina y El Caribe fueron golpeados por la pandemia de COVID-19 de una manera nunca antes vista, lo que se tradujo en la mayor contracción financiera registrada por esta zona en los últimos 100 años, caracterizada por fuertes costos económicos, laborales, sociales y productivos.
La OIT y CEPAL pronostican en el análisis divulgado que el retorno al nivel de actividad económica pre-pandemia tomará hasta una década para los países de Latinoamérica y El Caribe.
Por último, el informe detalla que los mayores daños en el aparato productivo de América Latina y El Caribe a causa de la virulenta expansión del nuevo coronavirus se registraron durante el segundo trimestre de 2020, periodo en el que se estima una pérdida de hasta 47 millones de empleos en la zona.