El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) alertó este viernes que los países con sistemas sanitarios frágiles corren un gigantesco y preocupante peligro de colapsar ante el acelerado brote que experimenta la pandemia del COVID-19.
De acuerdo con el organismo, es indispensable que los gobiernos del orbe comprendan que el coronavirus no entiende de fronteras; sin embargo, apunta, no todos los lugares están preparados de la misma manera para afrontar una crisis sanitaria con características tan complejas.
Según estadísticas que compartió la Unicef, 16 por ciento de los hospitales y centros de salud de todo el mundo no tienen instalaciones de lavado de manos, y dos de cada tres personas de África subsahariana que viven en zonas urbanas (unos 258 millones) carecen de acceso a ellas. En un contexto así, advierte, dar una respuesta adecuada para frenar la transmisión del virus y atender a los enfermos supone un reto difícil de alcanzar.
Blanca Carazo, responsable de Programas de Unicef España, destacó que los rincones del planeta que acusan un importante rezago en cuanto a infraestructuras, equipamientos y personal médico, podrían verse obligados a interrumpir servicios esenciales como las vacunaciones; como consecuencia del avance del coronavirus. Dijo asimismo que no se debe subestimar el efecto que puede tener el COVID-19 en niños y niñas debilitados por la desnutrición, el VIH o las enfermedades respiratorias.
Por último, la Unicef recuerda que actualmente hay más de 150 países afectados por el COVID-19; por ese motivo, consideró indispensable que los sistemas nacionales de salud enfoquen sus esfuerzos en las siguientes tres áreas:
- Formación de profesionales sanitarios.
- Equipamiento médico.
- Provisión de agua y electricidad para hospitales y centros de salud.