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- Salud y Gastos Médicos reclaman cambios radicales, advierte Dolores Armenta, directiva en AMIS
- La medicina preventiva puede jugar un papel fundamental, dice la actuaria en entrevista
Por: Luis Adrián Vázquez Moreno
@pea_lavm
El reporte más reciente de siniestros pagados por el sector asegurador por concepto de seguro de Gastos Médicos revela que solo cinco reclamaciones generaron indemnizaciones por un total de de 340 millones de pesos en un solo año. De los cinco casos, cuatro se registraron en México y uno en el extranjero.
La referencia estadística es 2016, ya que la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) tiene en proceso de actualización la correspondiente a siniestros en el ramo a 2017.
De acuerdo con la tendencia histórica ascendente de las cantidades indemnizadas por siniestros catastróficos que acarrea el ramo, es muy probable que dicho periodo refleje de nueva cuenta cifras al alza, sobre todo por los siniestros de larga duración y, adicionalmente, por los que surjan con características similares.
En entrevista, Dolores Armenta, directora de Salud y Gastos Médicos de la AMIS, dijo lo anterior y precisó que el siniestro de mayor monto, de 90 millones de pesos, es de un niño de dos años con padecimiento de cáncer. Cabe destacar, agregó, que los otros cuatro siniestros también se materializaron en infantes con diversas enfermedades crónico-degenerativas.
Armenta explicó que enfermedades como diabetes, hipertensión y obesidad están experimentando un crecimiento acelerado, con gran impacto económico para el sector Salud, la industria aseguradora y, desde luego, para el gasto de bolsillo de quien las padecen, por lo que consideró prioritario establecer estrategias preventivas que abarquen todo el país que disminuyan los riesgos y padecimientos que causan la inactividad, la mala alimentación, el tabaquismo y el alcoholismo.
Sin duda, agregó la actuaria, emprender acciones que mejoren los hábitos de vida y la salud tendrá un impacto directo en la disminución integral de los costos. Sin embargo, aunque en la teoría suena sencillo, esto depende mucho de la voluntad de las personas; porque, si la persona que padece el problema carece de la voluntad de comer adecuadamente o de evitar ingerir bebidas alcohólicas o tabaco, ninguna política o medida de contención logrará efectos positivos y, por el contrario, se agravará el problema.
“Para combatir este grupo de enfermedades de alto impacto, en la AMIS creemos que es fundamental colaborar y participar con el Gobierno (y hago énfasis en el Gobierno), no porque creamos que todo lo debe resolver él, sino porque el sector asegurador es, por su tamaño, demasiado pequeño comparado con el sistema de Salud nacional, y el reto requiere acciones orquestadas entre los sectores público y privado”, argumentó Armenta.
“Por otro lado”, afirmó la especialista, “hay otros aspectos por trabajar en materia de precio de medicamentos. La realidad es que la diferencia en precio entre los de patente y los genéricos no ha sido tan sustancial como ocurre en otros países, y ése es otro gran reto para el Gobierno, el cual debe darse a la tarea de legislar y eliminar barreras de acceso a ellos, pues lograr eso, como efecto dominó, ayudaría al sector asegurador a controlar el costo”.
La directora de Salud y GM de la AMIS opinó también que el modelo del sistema de Gastos Médicos requiere cambiar algunos aspectos importantes; porque, si no hay cambio relevante de acuerdo con la forma en que se está desarrollando la medicina, precisó, podemos quedar fuera de contexto en cuanto a la manera en que se desenvuelve hoy la práctica médica. La medicina predictiva y preventiva pueden y deben jugar un papel protagónico en la contención de las enfermedades y los costos.
En definitiva, señaló Armenta, hay que incentivar esquemas de prevención para ayudar a disminuir el gasto en salud, sin olvidar el otro gran reto de hacer más eficiente el sistema para que la tecnología y todo lo que se va incorporando en materia de innovación juegue efectivamente a favor de los problemas reales de salud en México”.
El modelo tiene que cambiar, y de igual manera los seguros requieren adaptarse a las necesidades y condiciones de un mercado dinámico y cambiante, en el cual las enfermedades son tan variables e irregulares como la medicina misma, concluyó Dolores Armenta.