En una cafetería nos encontrábamos mi soledad y yo…
Hacía algunas horas que por teléfono había hablado con un amigo que sostiene una lucha por su vida…
Pensé: “¡Qué difícil es el final!, la enfermedad en sí, el sufrimiento; finalmente, la pérdida de la esperanza…”.
Es una larga cuadra la que media entre mi oficina y la cafetería en donde estaba.
En mi caminar, mi punto de vista cambió repentinamente.
“¿Y las oportunidades de vida?”, me pregunté.
“Son muchas”, me respondí; a lo largo de nuestra vida, los muchos días se suceden dando paso a una nueva vida.
Oportunidades de cambio, de iniciativa, de renovación se presentan frecuentemente…
Que nuestro actuar fue atinado, que logramos nuestra meta… Que no sucedió así…
Viene a mí la filosofía:
“El esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar el corazón de un hombre”.*
Que el final es difícil, doloroso, trato de centrarme… Por algo será así.
*Albert Camus.