Los devastadores efectos financieros que produjo la pandemia de COVID-19 exigen medidas sociales y económicas sin precedentes; por ello, la introducción de un ingreso básico temporal por parte de los gobiernos de países en desarrollo, como México, para las personas más pobres, tendría que ser una opción factible que merece ser analizada, afirmó Achim Steiner, administrador del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Según Steiner, un ingreso básico temporal para los 2,700 millones de personas más pobres del orbe, los cuales habitan 132 países en vías de desarrollo, ayudaría a mitigar la expansión del COVID-19, ya que permitiría a este segmento poblacional vulnerable a quedarse en casa.
“Los planes de rescate y recuperación no pueden centrarse solo en los grandes mercados y las grandes empresas”, alertó el administrador del PNUD.
Por último y con base en proyecciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Steiner apuntó que la pandemia que generó la propagación del virus SARS-CoV-2 incrementará la pobreza en todo el mundo por primera vez desde 1990, sin perder de vista que podría orillar a 265 millones de personas al borde de la inanición.