La más reciente ola de calor que castigó con fuerza a regiones de Estados Unidos y Canadá consideradas como zonas con una temperatura templada debería aterrar a la humanidad, al ser un ejemplo categórico de la capacidad destructiva que posee el cambio climático para generar condiciones invivibles, coyuntura peligrosa y que se constituye como un preludio de un mundo que podría ser cada vez más “sofocante”, alertó Simón Lewis, profesor del University College de Londres y de la Universidad de Leeds.
Por medio de un análisis titulado Canadá es una advertencia: cada vez más lugares del mundo serán demasiado calurosos para los humanos, cuyo autor es Lewis, se advierte asimismo que la crisis climática en pleno desarrollo hace que las altas temperaturas del verano sean cada vez más difíciles de sortear y su vez peligrosas.
“Recientemente, en la zona noroeste del Pacífico, no solo se han batido récords de temperatura, sino que se están disparando. En Columbia Británica, Canadá, el termómetro alcanzó unos alarmantes 47.9 grados. En este contexto de temperaturas más propias del desierto del Sáhara, centenares de personas han muerto en aquel país, mientras las carreteras se levantan del calor y los cables eléctricos se derriten”, anota el documento.
El diagnóstico de Lewis indica que en la mayoría de los lugares del orbe, las olas de calor extremas que se salen de los parámetros normales de una región causan problemas, que van desde alteraciones de la economía hasta una mortalidad generalizada, sobre todo entre los jóvenes y los ancianos.
De acuerdo con la investigación del académico, a medida que el cambio climático se desarrolla, se estima que las olas de calor y las temperaturas que hacen un lugar inhabitable duren más tiempo, se extiendan geográficamente y lleguen a nuevas regiones, como zonas de África y el sureste de Estados Unidos, durante las siguientes décadas.
Por último, Lewis fija posición en su análisis y reconoce que los gobiernos de todos los continentes del planeta acusan considerables áreas de oportunidad en lo que se refiere a instrumentar adecuados planes de adaptación al cambio climático.
“Para reducir el efecto de las olas de calor cada vez más extremas, la reducción de las emisiones deberá ir acompañada de la adaptación al mundo sofocante que estamos creando. Por consiguiente, estabilizar el clima desde hoy hasta 2050 es crucial, de tal suerte que todos los habitantes del planeta puedan prosperar en este nuevo mundo”, concluye el diagnóstico del profesor del University College de Londres y de la Universidad de Leeds.