Nuevas oportunidades en fianzas

Charlemos seguros

El asegurador

Por fin termina el primer semestre del año, que siempre representa una   oportunidad magnífica para hacer un recuento de logros y rectificar el camino para acceder a aquellos que parecen aún muy distantes. Durante este  año en especial, para los que nos dedicamos a actividades comerciales productivas, esta primera mitad del ciclo ha significado la sobrevivencia a declaraciones, acciones, omisiones y errores de los nuevos representantes del Gobierno, actitudes vacilantes   que han redundado en la desconfianza de consumidores e inversionistas. Todo parece indicar que tal recelo en las actividades comerciales desembocará en una contracción de la economía.

Además de todo, la inexperiencia y falta de oficio de los políticos que encabezan el prometido cambio  ha permitido que se aprueben en las instancias legislativas temas muy delicados que pueden llegar a afectar a muchos, y que se corrigen,  cuando finalmente esto se hace, con la lentitud y apatía que caracteriza a la clase política mexicana desde siempre.

Lo que más ha sonado últimamente es  el tema referente a la cancelación o, en el mejor de los casos, disminución  de las becas deportivas para atletas de alto rendimiento, desatino que ha provocado   una revolución en las redes sociales que muestra, por una parte, la irritación de los afectados, todos ellos prominentes medallistas mexicanos;  y, por la otra, la torpeza de las autoridades y legisladores competentes (o incompetentes) asignados a estas tareas.

Por todo lo anterior, mis estimados amigos,   el día de hoy los invito a que Charlemos Seguros respecto a  las nuevas leyes que se llegaron a promulgar en Ciudad de México,  leyes que, de no haber sido derogadas, pudieron haber afectado a millones de ciudadanos  que somos dueños de una propiedad y tenemos a bien rentarla para obtener una utilidad lícita sobre la posesión del inmueble.

En términos generales, las nuevas disposiciones preveían  toda la protección de la ley para los inquilinos morosos o para los que de plano decidieran dejar de pagar la renta a sus caseros; planteaban  la imposibilidad de usar la fuerza para desalojarlos, e incluso la posibilidad de que el dueño perdiera su propiedad en casos extremos. Afortunadamente,   la propuesta fue derogada, pero nos dejó ver las intenciones del nuevo gobierno de la ciudad de atentar contra la propiedad privada, y eso es algo realmente muy grave.

Sin embargo, no hay que olvidar que en nuestra noble industria, específicamente en la parte de las fianzas, existen productos encaminados a protegernos contra estas  situaciones, y no necesariamente se utilizan frecuentemente, quizá por ignorancia, pero nos evitarían muchos dolores de cabeza si toda la gente los conociera y supiera utilizarlos.    

Estoy refiriéndome a las fianzas  de Arrendamiento, que pertenecen al Ramo III, de las Fianzas Administrativas. Su  función es garantizar a los arrendadores las obligaciones de pago de los arrendatarios de bienes muebles e inmuebles  por el uso y goce temporal de éstos.    

En el caso de bienes inmuebles, la garantía es sobre el pago oportuno de las rentas establecidas  en el contrato de arrendamiento, que puede incluir las cuotas de mantenimiento y el pago de servicios.

Por  lo que se refiere a bienes muebles, se garantiza el pago oportuno de las rentas derivadas  de contratos traslativos de uso de maquinaria y equipo, así como su devolución.

Volviendo a las perjudiciales iniciativas,  a pesar de haber sido aprobadas de manera irresponsable en las cámaras, no prosperaron,  y finalmente se cancelaron. Pero la incertidumbre que provocaron motivó que más de uno decidiera vender sus propiedades en la ciudad, por la falta de certeza jurídica que infligen  las autoridades.

Por todo lo acontecido, nuevamente se nos presenta una   oportunidad formidable para culturizar en el tema de las fianzas, un instrumento que nos permite hacer frente a estos  inconvenientes y que resguarda nuestro patrimonio también en el caso de encontrarnos con inquilinos morosos o con personas que de plano pretenden vivir gratis,  afectando a los intereses de las personas que honradamente adquirieron una propiedad y decidieron rentarla. Inquilinos conflictivos como éstos existen porque se escudan precisamente  en leyes y reglamentos poco claros, lagunas jurídicas y la complacencia de las autoridades.

¡Un abrazo!

Las opiniones expresadas en los artículos firmados son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de El Asegurador.

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