Los desafíos tienen una forma de impulsar el cambio. En países de todo el orbe, las soluciones innovadoras para luchar contra el virus SARS-CoV-2 y sus innumerables efectos se han desarrollado más rápido que nunca. Por lo tanto, las oportunidades de las aseguradoras para avanzar en el mundo post pandémico giran alrededor de digitalizar la experiencia de consumo y crear un diferenciado abanico de soluciones para dar respuesta a la creciente economía de los conciertos y las nuevas necesidades familiares.
Así lo destaca un artículo de Naohiro Iwamoto, gerente senior y actuario de Desarrollo de Productos en Reinsurance Group of America (RGA) Japón, quien añade que luego de vivir una pandemia, las personas ajustaron la forma en que trabajan y viven. De modo que, sostiene, las aseguradoras deben adaptarse a dicha coyuntura para satisfacer las necesidades de los consumidores tras la COVID-19.
Iwamoto revela que será cada vez más importante para la industria de seguros mantenerse al día con la información más reciente sobre salud pública, TI y otros campos relacionados para incorporar los desarrollos más recientes en el negocio. En un mundo posterior a COVID, el sector debería buscar formas de apoyar mejor a la sociedad, detalla.
Transformación digital y la necesidad de adaptarse
El ejecutivo de RGA revela que el enfoque tradicional de la solicitud de seguros cara a cara ha estado bajo presión durante algún tiempo. Es difícil, indica, cambiar repentinamente los canales de distribución existentes en respuesta a los cambios sociales. Sin embargo, puntualiza que a medida que los mandatos de salud pública de la COVID-19 restringían las reuniones y el trabajo desde casa se hizo común, la necesidad de adaptar los canales de venta se volvió imperativa. En tal sentido, refiere, por medio de la transformación digital, las instituciones pudieron seguir interactuando con los clientes.
La economía del concierto
En todo el mundo, la economía autónoma (o gig) ha crecido significativamente. Sin embargo, los trabajadores autónomos están cada vez más subasegurados y económicamente inseguros y, lamentablemente, la pandemia solo ha puesto de relieve su vulnerabilidad, alerta Iwamoto.
Para abordar estas necesidades, las aseguradoras y las empresas emergentes están desarrollando productos personalizados de pago por uso con criterios de suscripción más flexibles y canales de distribución digital más sofisticados para adaptarse a un modelo de fuerza laboral cambiante.
Iwamoto subraya asimismo que en el mundo posterior a la COVID-19, la forma en que las personas trabajen y vivan puede seguir siendo muy diferente a las condiciones previas a la pandemia, pero podría haber oportunidades para construir relaciones de beneficio mutuo al colaborador con socios en plataformas existentes para desarrollar productos de seguros personalizados.
Creciente conciencia de la importancia de la familia
El actuario sostiene también que según una encuesta realizada por la Oficina del Gabinete en Japón, alrededor del 50 por ciento de los encuestados en aquel país reconoce que eran más conscientes de la importancia de sus familias que antes del brote de la COVID-19.
“Es posible que esta situación haya alentado a las aseguradoras a pensar en seguros orientados a la familia y considerar qué tipo de beneficios podemos agregar para crear productos más atractivos en el mundo posterior a COVID-19. En síntesis, ya existen muchos servicios nuevos impulsados por la transformación digital, de manera que las novedosas coberturas para el hogar pueden representar nuevos valores agregados en materia de administración de riesgos”, acota Iwamoto.
También añade que los cambios en las relaciones familiares están influyendo en el desarrollo de otro tipo de pólizas de seguros. Por ejemplo, en Asia, describe, el interés por las soluciones de protección para toda la familia ha ido en aumento durante los dos últimos años; e incluso, amplía, en Hong Kong ha surgido un producto construido en torno al concepto de familia, en el que todos los miembros de dicho núcleo están cubiertos por un plan y comparten los beneficios.
“Será interesante observar cómo evoluciona esta clase de coberturas en el mundo post-COVID-19. Por esa razón, las aseguradoras de cada país deben estar atentas a las tendencias de consumo de otros continentes, de tal suerte que detecten si las soluciones instrumentadas pueden tener aplicación en el mercado en el que operan”, concluye Naohiro Iwamoto.