Así se titula un famoso libro de Zig Ziglar, y ello da pie para que comparta con ustedes las reflexiones de la segunda Cumbre de La Alianza del Seguro, en la que tuve el gusto de participar como institución afiliada y como parte del think tank, es decir, el equipo estratégico de asesores que participan en la difusión y realización de contenidos para esta organización.
Cabe señalar que éste es un tema importante ya en las agendas de las diversas instituciones y todo tipo de empresas y personas que cada día más, y gracias sobre todo a la tecnología, nos vemos informados de los temas sociales y de tipo ambiental que afectan a nuestro mundo.
Para abatir toda esta gama de afectaciones que en mucho han propiciado los modelos económicos sin sustento socioambiental, se crearon por parte de la Organización de las Naciones Unidas un total de 17 objetivos, denominados de Desarrollo Sostenible (ODS, por sus siglas) y que enmarcan temas fundamentales, dentro de ellos algunos que se trató de abordar de manera puntual en el evento:
– crisis climática
– longevidad
– tecnología
– talento
– equidad de género y diversidad.
Por tan solo mencionar algunos de los que se proponen en esta iniciativa, la cual además pretende influir en nuestro sector para que las empresas ya existentes y las que surjan en estos tiempos generen repercusión en términos de sus finanzas, su acción social y el efecto que tienen en la naturaleza. Hagamos empresas de triple efecto.
Efecto financiero
De muy pocos es conocida la expresión finanzas éticas, y es un concepto fundamental para el equilibrio de la economía del nuevo modelo de triple efecto, modelo en el que, sin desconocer la naturaleza de rentabilidad en las organizaciones y actos de comercio, se privilegian aspectos por un lado de uso racional de los recursos, observación de la naturaleza de las inversiones, análisis de los proveedores de las organizaciones y sobre todo el sentido de lucro con el que se instalan muchas empresas, obedeciendo a un interés desmedido por la generación de ganancias, dejando atrás los sentidos de solidaridad y subsidiariedad con sus trabajadores, así como la reinversión de utilidades en aspectos que generen mayor alcance social y ambiental.
En términos coloquiales, podríamos afirmar que personas y empresas podemos hacer del dinero y los recursos financieros un nuevo concepto en el cual el enriquecimiento absurdo sea una modalidad que podamos ir dejando poco a poco de lado para dar paso a modelos más integradores, generadores de riqueza en todos los sentidos y procurando el bienestar económico de la sociedad en general, más allá de los individuos.
Dice una sentencia sabia: “Un país desarrollado no es aquel en que todos puedan comprar un automóvil, sino aquel en que toda la sociedad pueda usar el transporte público”.
Efecto ambiental
Varios expertos en esta materia, liderados por Horst Agata (el alemán más mexicano, según su propio dicho), analizaron en este encuentro los efectos de los fenómenos naturales en la sociedad actual, comenzando por hacer una declaración fuerte sobre lo que llamamos desastres naturales y que más bien se clasifican como desastres por las costumbres y cultura de las sociedades de habitar y poblar las regiones en donde ya se sabe que los huracanes, sismos y otros fenómenos impactan regularmente, y más allá de ser actos destructivos de la naturaleza son llamados desastres por efectos de los actos y conducta humanos.
Además de los elementos de grave repercusión del cambio climático, se hizo un análisis de los eventos cubiertos por el seguro en el mundo y cómo estos datos se interrelacionan con la poca cultura de seguro de algunos países.
Además se analizaron aspectos de mucho futuro, como los proyectos mundiales de poblar la Luna y Marte y también los elementos que, según Singularity University, están influyendo en la forma de pensar y financiar proyectos en el mundo.
Efecto social
Finalizando este análisis muy breve sobre los temas tratados, mencionaré que se hizo un panel muy útil y sin embargo, a juicio de algunos de los expositores y panelistas, ya debería dejar de ser un tema. Me refiero al panel de equidad de género, en el que mujeres exitosas expusieron sus caminos hacia los liderazgos que hoy ejercen y debatieron sobre la utilidad o inutilidad de estos paneles. Sugirieron que también suban hombres y otros grupos excluidos al escenario y no solo las llamadas “mujeres exitosas”, definiendo que la política y cultura de diversidad no solo es el tema de equidad de género.
Y en el efecto social también, y con sus problemas técnicos de enlace desde Madrid, Antonio Huertas, director mundial de Mapfre, nos habló sobre el tema de la longevidad y las nuevas costumbres de la juventud que están dando un giro social muy interesante. También habló el director de Banorte, Salvador Gerardo Alonso y Caloca, sobre el mundo del consumidor digital y los grandes retos que para empresas e intermediarios este nuevo consumidor supone.
Muchas voces y participantes, líderes y personas nos encontramos en el inicio de este camino de cambios culturales del que, no cabe duda, está compuesto el futuro y el presente de nuestro sector y del mundo.
No desdeñemos este tipo de encuentros y temas, pues, de no contar con esta información, podríamos repetir cíclicamente los errores del pasado.