En materia de regulación no existen limitantes que inhiban el desarrollo de productos; por tal motivo, la innovación en las herramientas de protección y la comunicación con el usuario recaen únicamente en las aseguradoras. Los entes reguladores están a disposición de las compañías del sector para dar respuesta a los obstáculos que éstas enfrenten durante el proceso de diseño, implementación y promoción de nuevas coberturas.
Éste fue el llamado que realizaron Ricardo Ernesto Ochoa Rodríguez, presidente de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF), y Óscar Rosado Jiménez, presidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), en un panel llevado a cabo dentro del Encuentro Digital COVID-19: Perspectivas del sector asegurador mexicano, evento organizado por la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS). Dicho panel contó también con la presencia de Tomás Soley Pérez, superintendente general de Seguros (Sugese), y de Manuel Aguilera Verduzco, director general de Mapfre Economics, quien actuó como moderador de la mesa.
Ochoa Rodríguez dijo que el principal desafío para lograr la masificación de productos estriba en el costo de las transacciones, y no en temas regulatorios. Añadió que las instituciones de seguros están en la obligación de analizar con minuciosidad el comportamiento del mercado y examinar qué tecnologías les ayudarán a reducir los elevados costos.
“Dentro del marco de la regulación general no existen limitantes que frenen el desarrollo de nuevos productos. Antes bien, la innovación es un tema en el que deben profundizar las compañías ¿Y cómo pueden hacerlo? Observando las necesidades y solicitudes de los clientes y con base en las señales del propio mercado. Es por ello por lo que la responsabilidad principal es de las aseguradoras; y en la CNSF buscamos que nos consulten a la hora en que den a luz a nuevas coberturas y que hagan cada vez más cosas por el bien de la industria y de la sociedad toda”, afirmó Ochoa Rodríguez.
El funcionario indicó que aún existe una amplia área de oportunidades que el sector asegurador debe abarcar y que puede ir colmando con la modificación de algunas coberturas tradicionales y con la implementación de nuevos productos. De ahí que sea muy grande la importancia de la innovación en este proceso para así aumentar los índices de penetración y lograr que haya mucho más población asegurada.
“Pese a los efectos de la pandemia de COVID-19, el sector es solvente, y eso es una parte importante porque da cierto margen a las compañías para desarrollar nuevas coberturas. También es fundamental que se diversifiquen los riesgos; que se busquen más opciones; que se exploren otros instrumentos, como los bonos catastróficos u otros esquemas de pulverización de riesgos. Cabe hasta la posibilidad de trasladarlos a inversionistas”, explicó el presidente de la CNSF.
Comunicación clara y sencilla
Cuando llegó su turno de tomar la palabra, Rosado Jiménez exhortó a las compañías que conforman el sector asegurador mexicano a transmitir de manera directa y coloquial, con un lenguaje entendible y cercano a la población el concepto de riesgo y los diversos productos que puede adquirir para minimizar las consecuencias que derivan de su materialización.
El presidente de la Condusef añadió que la industria tiene que rebatir con mayor intensidad la idea de que el seguro es un producto caro. Es preciso difundir más ampliamente los beneficios que los instrumentos de protección financiera otorgan a familias y empresas.
“Es necesario trabajar arduamente con campañas de marketing y de economía conductual para que la población tenga mayor claridad sobre el seguro. Las redes sociales son fundamentales para lograrlo y también permiten establecer contacto con nuevos clientes. Es una realidad que, si se crean mensajes creativos y de alto arraigo en la gente, se podrá de una vez por todas ampliar el horizonte de aseguramiento, que es esencial para el bienestar de los ciudadanos”, declaró con énfasis Rosado Jiménez.
En opinión del ombudsman financiero, en México también se debe avanzar en los seguros estandarizados y la venta por medio del comercio electrónico. En tal sentido, sostuvo que para alcanzarlo es necesario idear mecanismos que se centren en la educación financiera, un tema prioritario para la prosperidad de la población.
Trabajar en esquemas inclusivos y digitales
Más adelante, Tomás Soley Pérez se enfocó en la gran brecha de protección a la que se enfrenta el sector asegurador, y no sólo en México sino en toda la región latinoamericana. De acuerdo con el superintendente de Sugese, la diseminación del virus SARS-CoV-2 orilló a la industria a buscar nuevos esquemas de protección que sean accesibles, pertinentes y vinculados estrechamente a la digitalización.
“Primero que nada, no podemos volver a lo que hacíamos anteriormente. Es momento para que el regulador comience a trabajar en productos que sean claros y fáciles tanto de entender como de vender; que efectivamente respondan cuando llegue el momento de la verdad y que ante todo ofrezcan un valor agregado al cliente. Debemos tomar en cuenta a las pymes, que son el motor de la economía en los países de la región y que a raíz de la pandemia han sido las más afectadas por su alta vulnerabilidad ante eventos de este tipo”, recomendó Soley Pérez.
Por último, el funcionario aprovechó el micrófono para reafirmar lo útil que es un seguro y su importancia al momento de enfrentar un suceso catastrófico; por ello insistió junto con el resto de los panelistas en que se tiene que fomentar la educación financiera desde las primeras horas de formación de las personas para que desde tempranas etapas de la vida cambiemos nuestra mentalidad respecto a los riesgos e integremos en nuestra lista de bienes indispensables los instrumentos adecuados para mitigarlos.