Modelar nuevos riesgos para el sector, clave para crear soluciones que ayuden a la sociedad

El Asegurador

SANTA CRUZ, BOLIVIA.- La región de América Latina tiene en el comercio con Estados Unidos, Europa y China  una de sus principales oportunidades de desarrollo, pero también representa una amenaza. “Si la actividad comercial baja, nos afecta; y, si de por sí ya tenemos una brecha importante   de aseguramiento en los países de la región, esto la agrandaría”, apunta Víctor Roldán, vicepresidente de Risk Management Solutions para América Latina, en entrevista que le hicimos en el marco de la Conferencia Hemisférica de Seguros, que se llevó a cabo en Santa Cruz, Bolivia, en este  mes de septiembre.

El seguro, dijo Roldán, es un instrumento increíble de comercio  que ayuda a reducir el riesgo que contraemos todos los días, desde las primeras fases de producción hasta la exportación. “Se trata de un instrumento enorme de apoyo a la sociedad;  pero, si no se utiliza, si incrementamos la brecha, lo que garantizamos para nuestros países es la pobreza”.

César Rojas (CR): ¿Cuáles serían ahora las principales amenazas o riesgos que enfrentamos?

Víctor Roldán (VR): Tienes que ver las tendencias. Una muy grande es la Cuarta Revolución Industrial.   La revolución digital ha traído cosas muy buenas para la gestión de negocios, con la posibilidad de hacer transacciones más rápido y tener información más detallada;  aunque al mismo tiempo esto representa nuevas vulnerabilidades. Desde una cámara digital hasta un elemento de monitoreo son accesos que pueden provocar interrupción del negocio. Nosotros ya tenemos un modelo para esto, pero cambia constantemente, tal   como lo hace la tecnología.

Por otra parte, el cambio climático está dando para mucho. Acabamos de ver lo que hizo un huracán categoría  5, Dorian,  que se asentó en   Bahamas y provocó daños sin precedentes.  Nuestras estimaciones son que los daños ascenderán a entre 3,500 y 6,500  millones de dólares. Se destruyó toda la infraestructura, y ha causado pérdidas por interrupción de negocio que todavía estamos por ver.

La actividad humana está provocando las catástrofes más grandes. América Latina  es una región que se está urbanizando a un ritmo acelerado. Seremos pronto la región más urbanizada del planeta, y lo que esto provoca es un incremento exponencial del riesgo.      

Cuando las  empresas mineras  tienen que almacenar sus  desechos químicos, crean unas presas enormes, y algo hay que hacer con eso, porque representa un riesgo espantoso. Si estas presas se rompen, causan daños muy importantes y pérdidas económicas de gran magnitud.  En los últimos años ha pasado; no es un supuesto.

CR: ¿Qué papel tiene  el modelaje de estos riesgos dentro del sector asegurador?

VR:  Nosotros estudiamos los patrones que se crean en estos riesgos para ver si es posible modelarlos. Sí  hay un riesgo emergente, como los incendios forestales, que estamos experimentando mucho más porque ahora hay periodos de sequía extremos y una   actividad humana mayor. Si tienes ese riesgo, el análisis que hacemos es para saber cómo va a afectar éste a la industria de seguros. Si nos dicen que puede ser importante y que necesitan un modelo, lo creamos.

Mientras hablamos, están ocurriendo incendios forestales sin precedentes  en Bolivia, pero el daño en propiedad no existe; así que la industria no lo necesita. Ahí  es donde nos adaptamos a lo que la industria requiera.      

CR: ¿Cómo ha sido la experiencia de RMS en América Latina?

VR: Los primeros modelos que diseñamos para la región se confeccionaron  en 2009, cuando hicimos los modelos de terremoto; después, para huracanes en El  Caribe y el Golfo de México. El año pasado desarrollamos el modelo de huracanes para el Pacífico.

Depende mucho de la madurez de los países. México está muy avanzado en la gestión de riesgos catastróficos, ha adoptado Solvencia II y está familiarizado con modelos catastróficos; en cambio, otros países siempre han tenido el riesgo, pero apenas están entendiendo qué necesitan  para hacer más al respecto.

Nuestro valor está atado a los países que pueden sufrir más eventos catastróficos: Chile, Perú, Ecuador, Centroamérica en general, México. Hay países en donde las catástrofes naturales registran menos impacto, como Bolivia, Argentina o Brasil;  aunque en este último país estamos desarrollando un modelo para agricultura, pues queremos ver cómo podrían repercutir en el país los efectos de El Niño  y   La Niña.   

CR: Este evento, Fides,  tiene una participación muy alta de reaseguradoras globales. ¿Cómo   es la interacción con ellas?

VR: El sector reasegurador es muy dinámico, seguirá creciendo; y, de hecho, para nosotros son como nuestros socios naturales. Hay muchas empresas que lanzan productos a las aseguradoras;  hay bastante innovación, y nos gusta decir que los modelos crean mercados. El tener, por ejemplo, un modelo de Cyber Risk ayuda a una reaseguradora a entender los riesgos y a cubrirlos con periodos de retorno específicos, y así pueden ofrecerlo a las aseguradoras. 

CR: ¿Cómo ves el futuro para el sector?

VR:  Nosotros llevamos 30 años en esto, pero lo mejor está por venir. De cada dólar que recibimos, invertimos 30 centavos en investigación, y eso nos ayuda a estar a la vanguardia de la gestión de riesgos, y no solo en cuanto a ciencia, sino también respecto a cómo usamos las tendencias tecnológicas para facilitar al asegurador la gestión del riesgo.     

Temas como big data o inteligencia artificial  están comenzando a presentar beneficios tangibles para el sector;  así que los próximos 15 años van a ser muy interesantes. Solo hay que ver lo que ha pasado en la década y media más reciente.           

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